A diferencia de lo que algunos pudieran pensar, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad ( TDAH ) puede repercutir hasta la edad adulta, donde los pacientes llegan a tener problemas, por ejemplo, en sus relaciones interpersonales, finanzas, educación y empleo.
“El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por tres grupos de síntomas: inatención, hiperactividad e impulsividad. Es igual de frecuente en hombres y mujeres, y se menciona que el 60% de los pacientes continúan con manifestaciones hacia la edad adulta”, expone en entrevista la doctora Yariela Delgadillo, psiquiatra y enlace médico-científico de la biofarmacéutica Takeda México.
La especialista detalla que, en el caso de los automovilistas con esta condición, si cuentan con un tratamiento individualizado y multimodal (el cual incluye un abordaje farmacológico y terapia), se encuentran “en condiciones ideales de manejar. No es una discapacidad”.
Sin embargo, de no tratarse o, incluso, de no estar diagnosticados, los conductores con TDAH mostrarán “distracción entre estímulos internos y externos debido a esta dificultad para mantener la atención. ¿Cuáles son los estímulos externos? pensamientos e ideas que van surgiendo. Esto condiciona a un mayor riesgo de accidentes de tránsito”.
Por desgracia, la doctora Delgadillo González admite que es muy frecuente que el TDAH se detecte hasta la vida adulta, debido a la variabilidad y cantidad de síntomas relacionados con este trastorno. En esta etapa, “se llega a hacer el diagnóstico por comorbilidad (diagnósticos asociados). Llegan a consulta psiquiátrica por depresión , ansiedad, consumo de sustancias, trastornos de personalidad y, cuando se explora de fondo, el TDAH es el principal problema”.
Posibles consecuencias
Otro aspecto a considerar cuando alguien con TDAH no tratado toma el volante es la impulsividad. Esta característica contribuye a que el paciente hable excesivamente, interrumpa o le cueste trabajo esperar su turno. Asimismo, “favorece que la conducción pueda ser más temeraria o a mayor velocidad”.
La psiquiatra añade que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad también se asocia, sobre todo en la adolescencia, con el uso de sustancias, lo cual es una combinación preocupante y peligrosa al momento de manejar. “El paciente, todo el tiempo, está atendiendo a lo que le es novedoso. Por eso, hay una tendencia en quien tiene TDAH por explorar con sustancias. El riesgo es que muchas de ellas disminuyen la sintomatología.
“Por ejemplo, la marihuana mejora la atención durante algunos lapsos; el alcohol disminuye la tensión que pueden tener algunos pacientes. Se van enganchando con su consumo y se mantiene esta asociación a lo largo de la vida. Tener TDAH cuadriplica el riesgo de consumo de sustancias en hombres en la edad adulta, y lo duplica en las mujeres”, señala.
Recomendaciones a seguir
La especialista de la empresa de origen japonés exhorta a no abandonar el tratamiento del TDAH una vez concluida la etapa escolar. De lo contrario, la persona puede experimentar dificultades para organizarse, cambios constantes de empleo, menor rendimiento y despidos asociados a distracciones.
Además, aconseja “mantenerse en tratamiento farmacológico, no consumir alcohol u otras sustancias y cuidar el tiempo de sueño previo a manejar . Si estás bajo estrés y con las emociones fuera de control, evita manejar; el estrés o un conflicto emocional transitorio incrementan la impulsividad y la distracción de quien tiene TDAH . El estado de ánimo repercute en la forma de conducir.
“La conducción es una actividad compleja que requiere el 100% de nuestra atención. Hay que enfocarnos en manejar únicamente. Si pasan pensamientos que nos estresen o si nos estamos sintiendo inquietos, recordemos que el objetivo es llegar a salvo a nuestro destino”, concluye la psiquiatra.