El mercado de autos actual tiende a ofrecer una inmensa variedad de opciones pero que la gran mayoría se parece entre sí. En ese mar de coches, Jetour tiene una propuesta que puede resultar atractiva por la imagen musculosa y gran carga tecnológica que ofrece.
Pasamos unos días con el Jetour Dashing, que es su producto más nuevo y que refresca la imagen de la marca. Se trata de un crossover que recuerda en algunos ángulos a modelos como el Lamborghini Urus, aunque claro, por menos dinero. Su apuesta se centra en la tecnología, como decíamos anteriormente, pero que adopta una motorización algo más potente que los demás modelos de Jetour para ir acorde a su diseño. ¿Es una combinación ganadora?
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Desde un punto de vista visual, el Jetour Dashing es bastante llamativo. Durante la semana de pruebas, varias personas en la calle volteaban a ver la camioneta, y eso que la unidad proporcionada era de color negro, que enmascara algunos detalles.
Si bien, tiene la moda de dividir los faros en dos secciones, las ópticas principales se fusionan con la parrilla que parece una gran boca, recordando un poco a las ballenas. Recurre a ángulos muy marcados, lo que le da esta sensación de robustez.
Aunque no es precisamente un crossover coupé, sí presenta una silueta con inclinación notable, que va reduciendo el tamaño de las ventanas para generar la sensación de movimiento, acompañado de rines de 20 pulgadas y manijas que quedan al ras de las puertas cuando se activan los seguros.
Por atrás, es fácil distinguirla puesto que no tiene la típica barra de luz, sino que los grupos ópticos están separados y crean una forma de Y. El difusor de aire, que es más estético que funcional, le aporta un acento adicional de deportividad, aunque sea ante el ojo.
Como se está volviendo costumbre en los autos chinos de corte más personal y caprichoso, la eliminación de botones a favor de una pantalla más grande es natural. El Dashing recurre a una enorme de 15.8 pulgadas, que es el punto focal de la cabina. Está flotando sobre el tablero, muy al estilo de Tesla, y tiene varios atajos para las funciones más usadas.
Sin embargo, su funcionamiento no es el mejor, pues tiene reacciones lentas y no siempre actúa al primer contacto. El mapa no está cargado con la cartografía nacional y los menús son complicados, con traducciones poco exactas sobre las funciones que se ejecutan. Por ejemplo, un modo de iluminación ambiental es “Forzado”. ¿Qué quieren decir con ello?
Pero lejos de eso, incluso funciones esenciales para poder conducir de manera segura están escondidas en la pantalla. Creo que el más importante es el ajuste de los espejos laterales, pues se tiene que oprimir la función dentro de la opción de cámaras y moverlos a través de las perillas del volante. Al primer momento en el que te subes, no sabes hacerlo y es frustrante. También, las luces se encienden desde la pantalla si no tienes el modo automático activo. Y hablando de luces, al encenderse, el software de la pantalla se traba y apaga la música, cosa que resulta molesto cuando se transita por calles con túneles.
De regreso a las perillas del volante, la de lado derecho hace las funciones de subir y bajar volumen así como cambiar de canción pero la izquierda puede cambiar la temperatura y velocidad del aire acondicionado aunque también el control crucero que solamente se logró activar al oprimirlo por accidente. Nuevamente, no es claro saber delegar funciones.
Hay tres detalles curiosos que vale la pena mencionar. El primero son dos pantallas que reflejan la temperatura exterior junto con la calidad del aire en partículas por millón en las puertas delanteras. El segundo es que, como parte de la iluminación ambiental, hay una sección iluminada sobre la bocina del tablero que, al poner las direccionales o cuando se activa el asistente de mantenimiento de carril, cambia el color y patrón de encendido para avisar al conductor. El tercero es que al abrir o cerrar el auto emite una canción desde el exterior.
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Enciendes el motor, pones Drive y la idea de un manejo más deportivo viene a la mente, preconcebido por el diseño imponente del Dashing. Si bien, el motor es 1.6 turbo de 197 caballos de fuerza y 214 lb-pie de par, el arranque es lento debido al lag y sensación pesada. Hace falta revolucionar el motor más de lo que nos hubiera gustado.
Una vez en movimiento, tiene una aceleración adecuada, que en rebases o incorporaciones no es tan ágil debido a que la transmisión de doble embrague con siete cambios es lenta en operar. Hay que saber medir las distancias y entender la entrega de potencia con la transmisión para sacarle el mayor provecho. Eso sí, en modo de manejo Normal o Sport mejora la experiencia al volante.
Un gran acierto es que el volante es pequeño, similar al que usa Peugeot hoy en día, lo que facilita mucho maniobrar. La dirección es suave, no muy directa, pero que comunica lo suficiente para saber lo que ocurre con las ruedas delanteras. Por otro lado, la suspensión se siente un tanto rígida sobre pavimentos en estado regular, como si no absorbiera las imperfecciones. Puede ser, en parte, por las enormes ruedas, lo que ocasiona una marcha que vibra.
Desde un arsenal de asistentes de manejo hasta comandos de voz que abren y cierran ventanas (dichos en inglés), la carta que enamorará a un público joven es la gran carga tecnológica. Se nota que el público objetivo es joven que busca estilo con un costo que resulta atractivo.
El Jetour Dashing está disponible en una única versión con un precio de $699,900 con seguridad, amenidades, buen espacio interior y diseño diferenciador entre un mercado donde las camionetas se parecen entre sí.
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