Los neumáticos garantizan la seguridad del auto, pues proporcionan adherencia y estabilidad en la conducción. Sin embargo, no son la pieza más asequible porque su costo va de los $1,200 a $2,500 por unidad.
Para algunos usuarios, comprar llantas usadas resulta una idea atractiva porque se venden por una fracción de su precio original y por esto mismo suelen ignorar los riesgos que implican.
Llantas del auto. Foto: Unsplash
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Bridgestone, marca de neumáticos, explica en su blog que las llantas usadas no ofrecen los mismos estándares que las nuevas y la razón es muy obvia: sus materiales ya se han desgastado.
Y por más que quieras ahorrarte unos centavos, es preferible invertir en neumáticos nuevos para evitar los siguientes riesgos:
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- Procedencia dudosa: las llantas de segunda mano se pueden reparar para que luzcan como nuevas, por lo que realmente no conocemos los daños que tuvieron y qué tanto fueron manipuladas.
- Desgaste: relacionado con el punto anterior, las llantas usadas no son sinónimo de resistencia. No se puede saber con exactitud cuál es su historial de abolladuras, lo que definitivamente disminuye su duración.
- Falta de garantía: siguiendo con el artículo de Bridgestone, los neumáticos usados no tienen una garantía por defectos de fábrica, así que no será posible recuperar lo que pagaste por ellos.
- Compatibilidad desconocida: existe la posibilidad de que te ofrezcan un par de llantas usadas parecidas a las que necesita tu auto. No obstante, podrían no ser compatibles con los rines o quedar desproporcionales al resto.
- No aptas para el terreno: los neumáticos de segunda mano tienen menor adherencia, ello quiere decir que podrían derraparse sobre el asfalto mojado o que se ponchan con facilidad en superficies rocosas.
Cuida las llantas del auto cuando llueve. Foto: Unsplash
Las llantas, al igual que otras piezas del auto, tienen un ciclo de vida. Para saber si ya es momento de cambiarlas, la agencia Kavak recomienda poner atención a dos factores: desgaste y tiempo de uso.
- El desgaste de una llanta es muy evidente: si presenta raspones, chipotes o menos profundidad en la banda de rodamiento, es un signo evidente de que debes cambiarlas.
- El tiempo de uso tiene que ver con los años que la llanta ha estado en funcionamiento. En promedio, los fabricantes sugieren reemplazarlas cada 4 o 6 años.
Para saber cuántos años tiene una llanta, en los laterales debes encontrar el código DOT y así puedes leerlo: los primeros dos números indican la semana y los últimos dos dígitos son el año de fabricación.
Identifica el año de tus llantas. Foto: Freepik
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