El alto riesgo de brotes de dengue y diarrea por la carencia de agua potable y las toneladas de basura que hay en las calles de Acapulco generan preocupación en los habitantes del puerto turístico por la situación en la que se encuentran los hospitales y clínicas, algunas dañadas por el huracán Otis, otras sin personal suficiente o cuyos sistemas fallaron por no tener energía eléctrica.

En un recorrido por hospitales del IMSS, ISSSTE, así como Secretaría de Salud federal y estatal, los derechohabientes expusieron la falta de medicamentos, la cancelación o tardanza de citas y la espera de horas para ser atendidos.

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