El Presidente no puede ocultar cuando está molesto. Si algo no sale como él quiere por una persona o institución, está claro que de ahí en adelante esta recibirá todo el castigo del discurso. Pase lo que pase, una y otra vez ellos serán los culpables.
Y el Presidente, desde el 2 de enero de este año, el día que ganó la Ministra Piña la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha dejado claro que la Corte ya no le simpatiza, claro con algunas excepciones.