Este año, la República Popular China celebra el 70º aniversario de su fundación. En estas siete décadas, con duros y continuos esfuerzos, China ha experimentado cambios radicales. Del enclaustramiento y el atraso, a la apertura y el avance; de una sociedad sin lo suficiente para comer y vestirse, a una sociedad modestamente acomodada; China se ha convertido en la segunda economía mundial. Sacó a más de 700 millones de personas de la pobreza, cifra que representa más del 70% de toda la población global que abandonó esta condición. En la causa del alivio de la pobreza de la humanidad, esto es un milagro y es una de las historias más grandes en la historia humana, según el Banco Mundial.
A principios de su fundación, China fue uno de los países con mayor índice de pobreza del mundo. A finales de 1978, la población pobre fue de 770 millones, y el porcentaje en zonas rurales fue en promedio de 97.5%. Gracias a la política de reforma y apertura aplicada desde ese mismo año, China incrementó constantemente su fuerza productiva y consolidó las bases materiales para reducir la pobreza con el fin de erradicar la miseria de una vez y para siempre. Hasta finales del año pasado, se redujo a 16.6 millones el número de la población pobre rural, y la tasa de pobreza rural bajó a 1.7%, con lo cual China fue el primer país en desarrollo que cumplió las metas de reducción de la pobreza de la ONU y al mismo tiempo ha mejorado considerablemente el nivel de vida de los chinos. En 2018, el ingreso disponible per cápita se totalizó en casi 4,200 dólares, creciendo 24.3 veces en comparación con la cifra de 40 años atrás. El sistema de seguro básico para la vejez ha cubierto a más de 900 millones de ciudadanos, y el de seguro médico a más de 1,300 millones. China ha establecido el mayor sistema de seguridad social del mundo, garantizando que la gente pueda vivir feliz y trabajar en paz.
El presidente Xi Jinping siempre enfatiza que “no debe pasar por alto ninguna de las áreas ni las personas en condición de pobreza”. Es el solemne compromiso de China y también su guía de acción para la causa del alivio de la pobreza. En los últimos años, a medida que el trabajo entró en una etapa crucial, China ha tomado como una estrategia básica “prestar ayuda contra la pobreza de forma precisa”, subrayando las medidas precisas en la gestión, el apoyo a la gente necesitada y la distribución de los recursos. Las medidas eficaces y apropiadas a las circunstancias locales ayudaron a la población a salir de la pobreza de forma acertada.
El presidente también expresó que “para erradicar la pobreza hay que cambiar primero el pensamiento ignorante y atrasado, y para ayudar a la gente a salir de la pobreza hay que darle el conocimiento”. La educación es esencial para el alivio de la pobreza y el desarrollo, por eso se debe apoyar preferentemente a las zonas pobres y la educación básica, para que la pobreza no se transmita a las próximas generaciones. En 2018, la tasa de matrícula a la educación básica, profesional y superior fue de 99.95%, 42.13% y 45.7% respectivamente. El pueblo tiene un acceso cada vez más fácil a la educación, y eso es una medida efectiva para que los niños de las zonas con pobreza abandonen la miseria. El secretario general de la ONU, António Guterres, elogió los planes chinos al respecto, señalando que las experiencias del país pueden ser una buena referencia para otros en desarrollo.
Según el mandatario chino, “la erradicación de la pobreza es una misión común de toda la humanidad”. China promueve activamente la cooperación Sur-Sur y la construcción de una comunidad de destino común para la humanidad, por lo cual apoya y ayuda a las naciones en desarrollo, sobre todo a las menos desarrolladas para combatir la pobreza. China impulsó el establecimiento de una nueva relación de cooperación e intercambio internacional para el alivio de la pobreza centrada en el beneficio compartido, y ha proporcionado ayuda a más de 120 países en desarrollo en cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Hoy día, China está en una fase decisiva para completar la construcción de una sociedad modestamente acomodada, y hasta 2020, sacará a toda la población pobre rural de la pobreza. En este proceso, China siempre está dispuesta a trabajar con el resto del mundo, incluyendo México, para aprender de los demás y afrontar conjuntamente los desafíos presentados por la pobreza, a fin de lograr un desarrollo común.
Embajador de China en México