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En los últimos días, los institutos electorales nacional y de la Ciudad de México aprobaron dictámenes de obtención de apoyos correspondientes a quienes aspiran a una candidatura sin partido en diversos cargos de elección popular. Las convocatorias de ambas instituciones privilegiaron el uso de una aplicación para que auxiliares de los/las aspirantes consiguieran las firmas de apoyo correspondientes. Esta tecnología sustituyó el uso de formatos en papel, por lo que conviene aprovechar el momento para ver si —en efecto— el uso de celulares fortaleció la participación de los candidatos a nivel nacional y subnacional.
Una primera crítica que se hizo a la app tenía que ver son su “usabilidad”. Es decir, la facilidad con que cualquier persona podría utilizar la aplicación. Están documentados más de dos millones de apoyos ciudadanos válidos recabados a través de la aplicación, de manera que queda demostrado que no hubo temor alguno por parte de la ciudadanía en cuanto a manifestar su apoyo en una pantalla táctil.
Derivado de lo anterior, hubo quienes cuestionaron la constitucionalidad de la aplicación, al considerarla un obstáculo desproporcionado. Al respecto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación consideró que no existe tal afectación de derechos. Determinó que “lejos de restringir el derecho al voto de los actores, la nueva aplicación lo maximiza, siendo un método más efectivo para la protección de los derechos de los aspirantes y de la ciudadanía que el método anterior…” (SUP-JDC-841/2017).
En tercer término, algunos anticiparon que la aplicación inhibiría las ganas de algunos ciudadanos para participar en la obtención de firmas. Se tiene registro de alrededor de 400 personas que buscaron cargos federales y 92 que aspiraron a alguno local en la Ciudad de México. No existe efecto inhibitorio alguno.
Una cuarta vertiente de críticas anunciaba que sería imposible que lograra la candidatura, dada la difícil combinatoria entre un alto umbral requerido y lo complicado que consideraban el uso de la aplicación. Están en posibilidad de llegar a la boleta 48 personas a nivel federal y 14 en el plano local de la Ciudad de México.
Pero, a decir verdad, el mejor efecto de la aplicación es que generó certeza en cuanto a la autenticidad de los apoyos que reciben los aspirantes. En el pasado, hubo quienes, con razón, cuestionaron la obtención de apoyos en papel, puesto que no dejaba evidencia en cuanto a si el aspirante había tenido a la vista la Credencial para Votar de quien le otorgaba su apoyo. El uso de tecnologías rompió esa incertidumbre, al capturar los datos directamente de una Credencial y operar con un sistema de fotos que documenta el proceso.
Es en ese punto donde la aplicación adquiere mayor legitimidad, pues —como es sabido— se lograron documentar casos en los que se recurrió a fotocopias de Credencial para Votar o, inclusive, modelos plásticos que simulaban alguna. En total, los aspirantes a una candidatura sin partido para la Jefatura de Gobierno, alcaldías o diputaciones locales en la Ciudad de México habrían presentado alrededor de 9 mil 400 apoyos sustentados en fotocopias y más de 128 mil basados en una credencial para votar simulada.
Los registros electrónicos que deja la aplicación evitaron engaños que difícilmente se podrían haber encontrado con el instrumento anterior (cédulas de papel). Para decirlo claro, sin el apoyo de esta herramienta tecnológica, muchas de las irregularidades pudieran haber pasado desapercibidas. Se evitó que llegaran a la boleta quienes no tienen derecho a ello conforme a las disposiciones legales.
Consejero electoral del Instituto Electoral
de la Ciudad de México. @yuribeltranm