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Paso a paso toda la comunidad internacional empieza a darse cuenta de que el conflicto sirio está entrando en su fase final. El país está dispuesto a llevar a cabo las reformas necesarias y está abierto a dialogar con todos aquellos que buscan prestar ayuda en la reconstrucción de la república. Esos resultados serían inalcanzables sin participación de los Estados aliados y de su contribución a la lucha contra organizaciones terroristas como Frente al Nusra y Estado Islámico.
Aún muchos se preguntan hoy si esa “intervención” y sus objetivos son útiles. En particular, el ex Embajador de Líbano Nouhad Mahmoud, quien trabajó en México entre 1999 y 2011, en su artículo Salvando a Idlib del 30 de agosto de 2018 se refiere a una presencia excesiva de los militares de otros países, en particular de Rusia, en la zona del conflicto. El autor denuncia la participación ilegal de Irán en la campaña militar, aunque todo el formato de la cooperación fue acordado por el gobierno sirio y elaborado en el marco de la coalición.
El diplomático califica a los participantes principales del enfrentamiento como “regímenes de carniceros” que persiguen únicamente objetivos geopolíticos y no tienen interés en lograr la paz en Siria. Aquí hay que destacar que esas declaraciones no corresponden de ninguna manera al proceso de alivio de tensiones que se está perfilando en la región. La llamada de Nouhad Mahmoud a los países occidentales a que rechacen la cooperación con Bashar al-Assad y que faciliten la llegada de un nuevo gobierno, básicamente, puede llevar a la suspensión de todas las iniciativas exitosas.
También cabe señalar que los militares rusos se encuentran en Siria legalmente y en plena conformidad con el derecho internacional. A medida que avanza la eliminación de pocos terroristas que se quedan en la tierra siria y se fortalecen las fuerzas armadas sirias, sigue reduciéndose la presencia armada rusa en el país.
Quisiéramos resaltar las palabras del vicecanciller ruso Oleg Syromólotov, encargado, entre otros asuntos, de las cuestiones de la lucha contra el terrorismo: “Con el apoyo decisivo de Rusia el ejército sirio les asestó un golpe demoledor a los militantes del Estado Islámico y no les permitió realizar sus planes de crear un califato mundial”.
También necesitamos citar al viceministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Riabkov, quien declaró: “Evidentemente la situación en Siria y los éxitos de su gobierno en liberar el país del último foco del terrorismo [en Idlib] provocan un creciente rechazo y una preocupación de los que no están interesados en una Siria soberana, en que la vida normal vuelva a Siria, en el retorno de los refugiados a sus hogares”.
Los datos estadísticos del Ministerio de Defensa de Rusia indican que gracias a medidas tomadas para el arreglo de la situación en Siria, ya volvieron a sus casas más de 1.2 millones de desplazados internos, así como 238 mil personas retornaron de los países extranjeros. Entre julio y agosto, sólo de Líbano regresaron más de 9 mil sirios; las autoridades libaneses prestan activamente su ayuda en el traslado de los refugiados sirios a su patria. Durante la estancia en Beirut a finales de este agosto del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, las autoridades libanesas le solicitaron su ayuda en solucionar la situación muy compleja.
Según el Alto Comisionado, la mejor decisión para este grupo de personas es el regreso a sus hogares.
La agravación de los problemas vinculados con la crisis migratoria y los altos costos financieros del mantenimiento de los refugiados hacen a las autoridades de los países occidentales buscar cada vez más insistentemente una salida de esta situación. Según las estimaciones más conservadoras, se gastan más de 16 mil millones de dólares estadounidenses anualmente para el mantenimiento de 1 millón de refugiados sirios en los países europeos. No obstante, para financiar todo el proceso del retorno de 1.7 millones de refugiados, listos para regresar a Siria, se requiere sólo 12 mil millones de dólares estadounidenses durante tres años.
Por su parte, el gobierno sirio da prioridad a la restauración ante todo de la infraestructura y objetos sociales, lo que permite preparar más rápidamente nuevas viviendas para el regreso de los refugiados. En resumen, en la República Árabe de Siria ya se ha reparado un total de 93 instituciones médicas y 226 instituciones educativas; se han tendido 261 kilómetros de líneas eléctricas; se han puesto en operación 88 subcentrales eléctricas, 74 instalaciones de suministro de agua y 2 complejos de combustibles y energía. En el nuevo año académico 14 mil instituciones educativas abrieron sus puertas después de la restauración total, de las cuales mil fueron renovadas con el apoyo de la Federación de Rusia. Más de 5 millones de estudiantes volvieron a sus escuelas, lo que es casi 1 millón de estudiantes más que en el año pasado.
Teniendo en cuenta lo mencionado, no se ve ninguna alternativa al desarrollo del diálogo con las autoridades sirias y el apoyo de sus esfuerzos dirigidos a la eliminación de los últimos focos del terrorismo y a la reconstrucción de su país.
Embajador de la Federación Rusaen México