Nos confiesa que prevalecerá la continuidad. Y hasta ahí, no hay sorpresas. Pero con matices. El éxito que ha llevado a la firma de Schaffhausen a lidiar con las recientes turbulencias en mejores condiciones que la mayoría de firmas del Grupo Richemont también se debe a él. Christoph Grainger-Herr lleva una década cuidando que la imagen del Portugieser en las boutiques y en los elitistas eventos sociales, como los premios Laureus, sea impecable, como el reflejo de una afinada gestión suizo-germánica. Georges Kern, el timonel del cambio en la compañía desde 2002, declaraba en un desayuno reciente que siempre tuvo claro que las opciones para sustituirle eran dos: “O Christoph o Christoph”.

Grainger-Herr recibe a Tiempo de Relojes para hablar de cómo será su gestión cuando Kern deje el cargo para dirigir toda la división relojera y digital del grupo en un mes.

Empezamos interrogándole de cómo un diseñador de interiores ha llegado hasta aquí. “Mi formación es creativa, pero siempre he sido una persona de marca. Construir una historia y un sueño en 3D es muy similar a crear marca”. Tras cursar estudios de interiorismo en la Universidad de Bournemouth, en Reino Unido, su primer proyecto fue la boutique de la firma joyera Longmire en Sloane Street, en Londres, y su asociación con el lujo quedó predeterminada.
En IWC ingresó en 2006 después de los buenos resultados en la ejecución del concepto de la creación del museo de IWC en Schaffhausen que él asumió desde un despacho independiente de arquitectos. Su perfil de diseñador de marca con buena imagen y atento en los detalles hizo que Kern lo incorporase a su equipo. “Al final, una casa de lujo la lideras con una visión estética para atrae a los clientes.  No es algo que se consiga numéricamente”.

Su objetivo al frente de la casa relojera estará centrado en tres aspectos concretos: lo digital, la respuesta rápida al cambio y el precio justo. Grainger-Herr asegura que existen las  bases para convertir a IWC en un jugador aún más dominante en los próximos años. Cuenta con la marca, el portafolio de productos, la excelencia  tecnológica, el servicio al cliente y la distribución fuertes para lograrlo.
Las nuevas plataformas en línea están cambiando los fundamentos del negocio, en la forma de relacionarse con los clientes, en la distribución y en la posibilidad de personalizar los productos al gusto del consumidor. “Es como volver a los inicios de esta industria que empezó con los relojes para clientes individuales”. El segundo punto es la capacidad de adaptación continua a los cambios . “Tenemos una meta a la que queremos llegar pero la estrategia la iremos implementando sobre la marcha. Te metes en problemas si tienes un proyecto unidimensional”. Según él, desde 2009 el mercado cambia todo el tiempo y la tarea diaria es responder a esos cambios. “No creo que lo que está pasando hoy en la industria relojera sea una crisis. Son cambios continuos que hay que saber enfrentar”.
IWC presentó al año pasado su colección Pilot como un versátil escuadrón de ataque a las necesidades comerciales, con precios accesibles y buenos resultados que se adelantaron a la tendencia más socorrida de 2017.

“Ofrecemos el mejor producto al mejor precio posible en todos los segmentos, porque es la forma de tener una relación duradera y armónica con los clientes”. El directivo también se refiere al próximo lanzamiento de la plataforma de e-commerce de la firma y se despide con lo que será su eslogan de campo: “El único día fácil fue ayer”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses