Más Información
México no está haciendo su tarea para reducir contaminantes, acusan expertos; 2023 registró récord en emisiones de CO2
Presidentes municipales de Jalisco piden reasignación de 10 mil mdp en el PPEF 2025; aporta 7.4% del PIB del país, argumentan
IMSS invertirá 875 mdp para modernizar 180 elevadores; trabajadores argumentan que no se pueden cambiar hasta 2027
En el corazón de la Quinta Avenida de Nueva York, un edificio se impone sobre muchos otros, no por su tamaño, sino por su historia. Es la Maison Cartier, que desde 1917 le ha regalado a La Gran Manzana una historia de leyenda. El 7 de septiembre tuvo lugar la gran celebración de apertura que congregó a celebridades planetarias y convirtió en escenario de película el edificio más emblemático de la casa de lujo. Sofia Coppola, Olivia Palermo, Neil Patrick Harris, Lewis Hamilton, David Burtka, Katie Holmes, Sienna Miller y Uma Thurman estaban entre los invitados.
La importancia de esta reapertura se cimenta en sus orígenes. El mito comienza con la misma adquisición de la casa. Pierre Cartier –nieto del fundador de la firma- buscó la mejor locación para su tienda durante 5 años, hasta que dio con el edificio enclavado en Manhattan. Este pertenecía a Maisie y Morton Plant, un acaudalado matrimonio que no pretendía vender su propiedad… hasta que ocurrió la magia. Pierre, obsesionado con el lugar, propuso un trueque extraordinario: ofreció a Maisie un collar de perlas valuado en 1 millón de dólares (más 100 dólares). Seducida por la joya, la dueña de la casa convenció a su marido de hacer el intercambio, pues la mansión estaba valuada, en ese momento, en poco más de 900,000 dólares. Fue así que la casa Plant se convertió en la bandera de Cartier en Estados Unidos.
Construido originalmente por el arquitecto Robert W. Gibson para el empresario Morton Plant en 1904, ya acumula varios cambios. El primero ocurrió en 1917 cuando la Maison Cartier la adquiere y el arquitecto William Welles Bosworth hace pequeños cambios al exterior con grandes ventanales con detalles en bronce enmarcados por mármol verde para mostrar sus piezas. En 1970 Nueva York reconoce la construcción como monumento histórico.
Ésta ha sido la más grande renovación que ha sufrido el edificio en su historia: cuadruplica su espacio, de 2,622 m2 en dos pisos a 13,442 m2 en cuatro pisos. Tras dos años y medio de restauración, hoy la maison reabre sus puertas. El arquitecto Thierry Despont fue el elegido para encabezar este proyecto. La remodelación externa incluyó modificaciones a la fachada: se movió ligeramente la entrada que da a la Quinta Avenida, para que se alineara con el centro del edificio. En lo que respecta al interior, fue pensada como un espacio con grandes salones, donde los clientes pueden contemplar la joyería, relojes, objetos y accesorios de la casa. También gran número de áreas privadas, donde los asiduos podrán realizar pedidos especiales o tener privacidad para realizar sus compras. Estos salones exhiben antigüedades de lujo y están iluminados por 30 candelabros, réplicas de los originales encontrados en la mansión. Muchas de las habitaciones llevan nombres de la clientela más famosas de Cartier: Grace Kelly, Elizabeth Taylor, Andy Warhol y Gary Cooper, entre otros.
En el interior, casi todo está hecho a medida. Entre los innumerables artículos incluidos, encontramos que se dio mantenimiento a 101 ventanas, se colocaron 43 telas y cueros diferentes en paredes, muebles y cortinas, además de que el propio Despont diseñó 35 muebles en exclusiva para este templo del lujo. Una gran pared de acabados en roble fueron preservados con tal de mantener el espíritu original, al tiempo que se reinstalaron y reformaron paneles para adaptarse a las nuevas habitaciones.
Una parte vital que también es ADN de otras flagships como las de París y Londres, es el gusto por las antigüedades como parte del decorado. Esta vez se seleccionaron 110 objetos preciosos, exhaustivamente valorados por los encargados del patrimonio Cartier, así como por el mismo Thierry.
A todo esto hay que añadir que la firma no da la espalda a la tecnología. Ha provisto a la casa de una red Wi-Fi que, al momento de acceder a ella, te redirige a una guía de todos los espacios públicos de la maison.
Es así que una de las casas más elegantes de la historia, agrega aún mayor prestigio a su historia mítica. Bienvenidos de vuelta a la Maison, donde habita una leyenda máxima: Cartier.