Rebecca Struthers pone el listón muy alto para quienes dicen amar los relojes sobre todas las cosas. A sus 31 años, es relojera, joyera y platera, además de maestra y doctora en historia del arte y el diseño, estudios que adaptó para que fueran sobre historia de la relojería. También ha sido restauradora, ha trabajado para casas de subastas y es miembro de la Antiquarian Horological Society de Inglaterra. Y está casada con un relojero llamado Craig.
En 2013, Rebecca y Craig fundaron Struthers London. En las hermosas cajas diseñadas por ellos y fabricadas con los artesanos del Jewellery Quarter de Birmingham, colocan movimientos antiguos que salvaron de una destrucción segura. Antes, los embellecen a extremos conmovedores. Su labor ha sido reconocida con varios premios y este mes presentan su primer movimiento in-house. Es una historia del romanticismo más puro, que Rebecca cuenta a continuación.
FLECHAZO RELOJERO
“En la escuela siempre me gustaron las artes y las ciencias, pero al entrar a la universidad tuve que escoger entre ellas porque me dijeron que las temáticas no se conectaban. Elegí ciencias, pero me sentía algo perdida y extrañaba las artes. Así que me salí y entré a estudiar joyería y platería. En ese tiempo no sabía nada sobre relojería, ni siquiera estaba consciente de que era una carrera. Puse un autómata muy básico en una de mis piezas de joyería, los alumnos de relojería lo vieron y me preguntaron si había pensado en hacer relojes. Tomé un curso y me encantó. Descubrí que en este oficio las artes y las ciencias se unen. Tenía todo lo que yo buscaba”.
PRIMEROS PASOS
“Cuando salí de la universidad en 2008, ya estaba calificada como relojera y trabajé para las casas de subastas Fellows & Sons en Birmingham y Bonhams en Londres, donde evaluaba y catalogaba las piezas. Luego empecé a restaurar relojes y fui compradora para Watch Club. Durante ese tiempo conocí a mi esposo Craig. En 2012 pusimos un negocio dedicado a la restauración de relojes antiguos, y en 2013 fundamos Struthers London y diseñamos nuestro primer reloj”.
BRILLO DE STELLA
“La marca surgió casi por casualidad. Restaurábamos relojes y éramos felices, pero los dos somos muy creativos y tenemos formación de diseñadores. Había un concurso para diseñar una pieza de joyería en platino. Si ganabas, tenías 10 semanas para producirla. Entramos con nuestro reloj pendiente automático Stella y quedamos en primer lugar. Fue muy emocionante. Nunca habíamos hecho un reloj y fue un proceso traumático, pero al acabar teníamos ganas de repetirlo”.
STRUTHERS ACELERA
“Fuimos a una conferencia con el ex director de Morgan Motor Company, Charles Morgan, quien habló sobre el concepto de diseño de sus autos y cómo buscan crear algo con lo que la gente se conecte, que tenga su propia historia, personalidad y legado. Y nos encantó la idea. Sabía que la fábrica hacía tours, así que mandé un mail para preguntar si podíamos visitarla, tomar fotos y diseñar un reloj inspirado en sus autos. Nos respondieron que sí y nos dijeron que nos recibiría el director de diseño. Nunca habíamos hecho algo así, no sabíamos qué preparar, llevamos unas ilustraciones que yo hice a mano, les encantaron y nos invitaron a colaborar oficialmente. Eso fue en noviembre de 2013 y teníamos que presentar el reloj en el Salón del Automóvil de Ginebra de marzo de 2014. Fue muy rápido y estresante, pero lo logramos”.
CREAR EN COMUNIDAD
“El pasado nos inspira mucho. Cuando vemos la calidad de los movimientos que se hacían antes, queremos traer eso de regreso. Otro punto es que, al ser una empresa tan pequeña, no podemos costear el equipo y la maquinaria que usan los gigantes suizos. Lo que sí podemos hacer es recrear la forma tradicional de trabajar de hace 200 años. Nuestro taller está en el Jewellery Quarter de Birmingham, uno de los últimos centros de manufactura de joyería del Reino Unido. Hace dos siglos no tenías un relojero que hacía todo, sino que era una comunidad de artesanos que creaba las piezas. Es algo muy poco común, pero somos afortunados de tener una comunidad así, por lo que trabajamos con maestros de todos los oficios. No empleamos a nadie de forma directa, pero para elaborar cada reloj se necesitan las habilidades de entre 20 y 30 personas”.
SALVADORA DE MOVIMIENTOS
“Cuando nos dedicábamos a la restauración, hubo una crisis en Inglaterra y el precio del oro se fue por las nubes. Veíamos cómo destruían hermosos relojes antiguos para extraer el oro y echaban los movimientos a la basura, así que compramos miles y miles de esos calibres para usarlos en relojes nuevos. Tenemos casi un museo con los mejores movimientos que hemos encontrado, hay cosas muy raras, como un calibre con un escape que no estamos seguros de qué es; lo llevamos al British Museum y ellos tampoco lo supieron. Es como de 1800, estilo Breguet, quizás sea de uno de sus aprendices. Y eso iba a terminar en la basura, es muy triste”.
COLECCIÓN BESPOKE
“Para nuestra colección Bespoke, el cliente llega con una idea, nos sentamos con papel y pluma, dibujamos nuestra visión de esa idea y creamos el reloj. Cada Bespoke es único, nunca habrá otro igual. En el caso del Polly, eran los aretes de diamante de una cliente que pesaban demasiado para que los usara y nos preguntó si podíamos crear un reloj a partir de ellos. Ahora estamos haciendo una pieza que nos ha tomado dos años y está basada en unas escopetas antiguas”.
COLECCIÓN TAILOR-MADE
“El problema con la colección Bespoke es que nunca tienes la oportunidad de aprender y beneficiarte de producir esos relojes, y los márgenes de ganancia son prácticamente inexistentes. Por eso le pedimos a un par de clientes que nos dejaran utilizar el diseño de sus Bespoke para convertirlos en modelos de línea. Así nació la colección Tailor Made, con dos opciones que llevan los apellidos de esas personas: The Kelso y The Kingsley. Cuando solicitas el tuyo, puedes personalizarlo y escoger el metal de la caja, el color de la esfera y de la correa, la forma de la corona. En cuanto a los movimientos, usamos las series 26 y 28 de Omega de los años 40 y 50”.
OCHO RELOJES AL AÑO
“Estamos a punto de presentar el prototipo de nuestro primer calibre in-house en un modelo nuevo. Está basado en un mecanismo inglés de alrededor de 1880 y espero que esté listo para venderse a finales de año. Es algo que hacemos para probar nuestras habilidades. Por ahora somos un dueto, sé que vamos a crecer un poco, pero no queremos ser una compañía grande, ni necesitamos vender mucho para hacer lo que hacemos. Nuestra producción es de unas ocho piezas al año”.
AMOR POR LA HISTORIA
“Ayudé a crear el Wristwatch Group de la Antiquarian Horological Society (AHS). Es un grupo de gente que quiere saber más acerca de relojería antigua y la historia de los relojes de pulsera, por lo que organizamos eventos y pláticas. Al principio, casi siempre era la única mujer y la única persona menor de 60 años. Ahora vienen más mujeres. También doy cursos de relojería en una universidad y un cuarto de mis alumnos son mujeres, cuando había años en que sólo eran hombres. Espero que esto siga cambiando y mejore”.
EXPERIENCIA SUIZA
“Si vas a una manufactura suiza, verás que la mayoría de las personas en las líneas de producción son mujeres. Ellas hacen los procesos monótonos por los que pagan menos. Yo trabajé en una empresa suiza, no diré cuál, pero emplean a unas 20 mil personas. Cuando fui a la capacitación, me dijeron que era muy especial, porque entre los 20 mil empleados, era una de las tres relojeras que podían hacer de todo. Me pareció sorprendente”.
¿DISCRIMINACIÓN?
“Ahora hay más mujeres en la industria relojera, algunas de ellas son fantásticas, marcan el ritmo y muestran lo que es posible lograr. Es parte de un relevo generacional, pero aún no hay suficientes mujeres en posiciones directivas. Nosotras hemos cambiado, somos más ambiciosas. El mercado relojero ha crecido muy rápido y las marcas tal vez se han dado cuenta de que deben tener mujeres para que diseñen los relojes femeninos, y no sólo diseñar lo que creen que queremos comprar. Las cosas mejorarán, pero tomará tiempo. Todavía hay mucha discriminación y muchas presunciones de que las mujeres no entienden estas cosas, que es muy complicado”.
FALTAN HÉROES
“Me gusta ser mi propia jefa y eso lo descubrí después de trabajar para otras compañías. Tengo igual o más presión que antes, pero al menos cuando hago las cosas bien, el reconocimiento es para mí y no para mis superiores. Eso pasa mucho en esta industria, la atención se centra en las marcas y no en las increíbles personas que hacen los productos. Hoy más que nunca necesitamos que se conozca a los relojeros brillantes, no estamos entrenando suficientes jóvenes ni tenemos héroes porque todos están detrás de puertas cerradas. Las marcas tienen que darse cuenta de eso”.
VIAJE EN EL TIEMPO
“Cuando catalogaba relojes para Fellows & Sons, me topé con uno hecho alrededor de 1760 y firmado con la leyenda London-Made por un tal John Wilter. Al buscar en un diccionario de relojeros, sólo decía que quizás eras un nombre ficticio. Investigué más y descubrí que era un tipo de falsificación del que no se sabía casi nada, así que hice mi tesis de doctorado sobre esos relojes. Ahí demuestro que fueron los primeros en ser producidos en masa, en muchos pueblos de la frontera franco-suiza donde están algunas de las marcas más famosas. Al parecer, mucho del dinero de la relojería suiza surgió de la falsificación de relojes ingleses, y eso tuvo un gran impacto en nuestro país, porque no podíamos competir contra esos productos baratos que decían London-Made. Trabajé con el British Museum en el proyecto, analicé como 30 de esos relojes. Fue como viajar en el tiempo".