Es normal quedarse pasmado durante algunos segundos ante el Heritage Chronométrie ExoTourbillon Rattrapante, una edición limitada a ocho unidades que Montblanc presentó hace poco en el Salon International de la Haute Horlogerie (SIHH) de Ginebra. Esta combinación de un cronógrafo monopulsante split-second con el ExoTourbillon exclusivo de la marca, da como resultado una pieza que rinde tributo a la relojería mecánica como un todo. Así de potente es, así de bien hecha está.

El reloj es una síntesis del legado de la Manufactura Montblanc en Villeret, Suiza, fundada en 1858 con el nombre de Minerva y que es propiedad de la firma alemana desde 2007. Minerva forjó uno de los patrimonios más importantes de relojes herramienta con fines deportivos producidos en la primera mitad del siglo XX, entre ellos cronógrafos split-second o rattrapante que permiten el cronometraje de varios fenómenos que comiencen simultáneamente pero cuya duración sea distinta.

Por su parte, el ExoTourbillon fue desarrollado en la época moderna de Minerva-Villeret y se dio a conocer por primera vez en 2010. En este caso, el volante atornillado se coloca fuera de la jaula giratoria del tourbillon (de ahí que se utilice el prefijo exo, que en griego significa exterior o externo). Esto permite que la jaula sea más pequeña y que libre de peso al volante, con un ahorro de 30% de energía en comparación a los tourbillones convencionales y una mejora en la precisión.

El ExoTourbillon gira una vez cada cuatro minutos, en lugar de una vez cada minuto. La velocidad de rotación más lenta requiere menos energía, pero produce el mismo efecto de compensación ante los efectos de la gravedad terrestre, según Montblanc.

El ahorro de energía ha permitido integrar un cronógrafo rattrapante que usa la misma fuente de energía que las otras funciones, manteniendo la reserva de marcha del calibre manual MB M16-62 en 50 horas. Un cronógrafo de este tipo requiere casi 70% más componentes que uno convencional.

El pulsador de la corona sirve para activar las dos manecillas —la del cronógrafo, bañada en oro rojo, y la split-second, de acero azulado—, detenerlas y regresarlas a cero (de ahí que sea monopulsante). El pulsador de las 2 horas controla la manecilla split-second para medir los intervalos.

La labor estética llevada a cabo por los artesanos de Montblanc es igual de imponente. El mecanismo, visible a través del cristal de zafiro del reverso, es uno de los más hermosos de la actualidad, con decorados tradicionales como Côtes de Genève y perlado.

Un poderoso homenaje a la relojería mecánica
Un poderoso homenaje a la relojería mecánica

La caja, de oro rojo, mide 47 milímetros. La esfera es de oro macizo con diferentes acabados para destacar los totalizadores. El ExoTourbillon, colocado a las 12 horas, tiene un doble puente infinito que ha sido biselado a mano y pulido durante una semana.

En cuanto a la distribución de las funciones, la hora local se indica mediante las manecillas centrales y el pequeño segundero a las 9 horas. A las 3 está el contador de 30 minutos del cronógrafo, a las 6 hay un segundo huso horario con la hora de origen (que se cambia con el pulsador de las 8 horas) y entre las 4 y las 5 se ve una indicación día/noche.

El broche de oro es la correa de piel de aligátor negra hecha en la manufactura que Montblanc tiene en Florencia, Italia.

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