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A principios de año, H. Moser & Cie. lanzó una pieza que, más que un reloj, era una declaración de principios: hacerle frente a la modernidad con inteligencia, humor e ironía. Para ello presentaron el Swiss Alp Watch, modelo que asemeja al Apple Watch de Apple, pero con un giro de tuerca: aquí la única app válida es el propio tiempo, capaz de medirse y embellecerse gracias al savoir faire de la alta relojería.
Cuando se lanzó, generó un nuevo debate acerca de los smartwatches: no solo representaba una suerte de bofetada con guante mecánico a la casa de la manzana, sino también a la propia relojería tradicional. “La relojería forma parte de nuestra herencia, una herencia que ha hecho frente en el pasado a retos importantes. Estamos ante a un nuevo desafío (los smartwatches), así que debemos demostrar que la relojería mecánica tradicional no solo tiene futuro, sino que es el futuro mismo”, declaraba en ese entonces Edouard Meylan, cabeza de la compañía, convencido de que la relojería no debía callarse ante un nuevo fenómeno, sino hacerle frente de manera decidida. Con esa idea en mente, H. Moser & Cie. presenta su nueva arma en la cruzada: el Swiss Alp Watch S.
Esta “actualización” del Swiss Alp Watch (no deja de resultar un toque de fino humor el uso de la letra S como único distintivo entre relojes, pues lo mismo hace Apple con sus teléfonos) sigue fiel a sus principios pero con una nueva carátula. En su propia página web lo deja claro: "este reloj no permite al usuario hacer llamadas, cazar Pokémons o probar los últimos filtros Snapchat. Sólo mostrará el tiempo, pero ahora en una esfera azul fumé medianoche impresionante".