Durante más de 40 años, Steve McCurry ha recorrido el mundo incansablemente para cubrir conflictos bélicos y otros asuntos de interés periodístico y personal. Sus fotografías han aparecido en algunos de los periódicos y revistas más importantes del mundo, así como en varios libros que dan cuenta de una de las trayectorias más destacadas en el fotoperiodismo de las últimas décadas. Para la posteridad ha quedado su retrato de la niña afgana Sharbat Gula en un campo de refugiados de Pakistán, publicado en la portada de la revista National Geographic en junio de 1985.
Sin embargo, a este viajero consumado todavía le quedan lugares por descubrir. Prueba de ello es que nunca había estado en una manufactura de una casa de relojería suiza hasta que hace unos meses visitó las instalaciones de Vacheron Constantin en Plans-les-Ouates, Ginebra.
“Fue una experiencia de aprendizaje excepcional”, dijo McCurry en el Salon International de la Haute Horlogerie (SIHH) de enero pasado. “Me pareció increíble observar a los artesanos mientras ensamblaban unos mecanismos tan intrincados y complejos, y hacían piezas perfectas y elegantes. Lo más sorprendente fue descubrir que no sólo el exterior de los relojes es extraordinario, sino que el interior tiene un trabajo artístico de la misma calidad aunque no se vea. Me inspiró mucho entrar en contacto con ellos y atestiguar la pasión que sienten por lo que hacen”.
De Plans-les-Ouates salió con la convicción de que la fotografía y la relojería tienen puntos en común. “La meta de nosotros los fotógrafos, nuestra esperanza, es tomar fotografías que trasciendan el tiempo, que sean eternas e interesantes en 15, 20 o 100 años”, dijo. “De igual forma, el trabajo artesanal de los relojeros es eterno. Si dentro de un siglo viéramos un reloj hecho en esta época, aún nos dejaría sin aliento.”
McCurry no fue un testigo pasivo en el impresionante edificio diseñado por el arquitecto franco-suizo Bernard Tschumi que se inauguró en agosto de 2004. Armado con su cámara, hizo lo que mejor sabe hacer y capturó diferentes momentos de la vida de los habitantes de ese reino de la relojería. Así comenzó un proyecto inédito en la historia de Vacheron Constantin para celebrar el espíritu viajero de la marca que tan bien encarna la renovada colección Overseas y, sobre todo, el modelo World Time.
Entre enero y agosto de 2016, el estadounidense McCurry (nacido en Darby, Pensilvania, en 1950) ha visitado otros 11 lugares elegidos por él, y en los que tampoco ha estado, para fotografiarlos. Juan Carlos Torres, CEO de Vacheron Constantin, ha bautizado esta aventura el “Overseas Tour”.
Junto con representantes de la firma, McCurry elegirá cinco imágenes de cada sitio para sumar un total de 60, número que simboliza los minutos de una hora. Por su parte, el número 12 alude a las horas que por lo general se muestran en un reloj mecánico.
“La idea no es presentar imágenes de paisajes, sino de lugares donde los hombres han creado algo”, dijo Torres, cuya primera profesión fue la de fotógrafo. “Le pedimos a Steve, que para mí es una estrella y el mejor fotoperiodista que hay, que se hiciera cargo del proyecto. Le dimos total libertad para descubrir esos sitios con sus propios ojos.”
“Estos lugares se han transformado por el esfuerzo de seres humanos que han construido algo para moldear el mundo y ayudarnos a vivir mejor”, explicó McCurry. “Es muy inspirador que las construcciones que los hombres y las mujeres del pasado hicieron por razones funcionales sean tan hermosas que aún nos dejan sin aliento. En mi trabajo siempre hay un elemento humano, la mayoría de mis fotografías muestran cómo nos relacionamos con otras personas, el medio ambiente y los animales. Eso es lo que me motiva y me hace sentir curiosidad.”
McCurry confirmó que la marca lo dejó desarrollar el proyecto sin intervenciones. “Tanto la selección de las locaciones como el enfoque para fotografiarlas tenían que ser con mi propia visión, necesitaba sentirme inspirado de una forma particular”, afirmó. “Cuando estás trabajando para un cliente, colaborar con él es parte de la ecuación, pero en el proceso creativo tienes que seguir tu olfato. Era igual cuando trabajaba para revistas, siempre contaba las historias a mi manera. No pensaba en lo que el editor quería o si una fotografía serviría para la portada. Tienes que entrar en un estado meditativo, seguir tu inspiración y hacer las cosas en tu propia forma creativa.”
A finales de mayo, el “Tour Overseas” hizo una escala en el parque elevado High Line de Nueva York, donde un grupo de invitados de Vacheron Constantin conoció las imágenes de los primeros seis lugares. Además de la manufactura de la casa suiza, McCurry retrató las aguas termales de Tsurunoyu, en Japón; el gran Buda de Leshan, en China; el antiguo pozo escalonado de Chand Baori, en India, y la Grand Central Terminal de Manhattan.
También estuvo en territorio mexicano, específicamente en el Acueducto del Padre Tembleque, una estructura que edificaron 40 comunidades indígenas entre 1554 y 1571, que recorre 48 kilómetros entre los actuales estados de Hidalgo y de México. “Uno toma plena conciencia de la fuerza visual de este acueducto hasta que se da cuenta de que lo construyeron hace casi 500 años con una simetría perfecta”, explicó McCurry. “Lo veo como una estructura poética colocada en la mitad de la nada.”
El resto de los lugares y de las imágenes de McCurry ya han sido dados a conocer por Vacheron Constantin. Se tratan de: el Observatorio Astronómico de París; la Plaza Roja del Moscú vista desde el tejado del GUM; el complejo Crawick Multiverse de Escocia; Chefchaouen, Marruecos; Samarcanda, Ubekiztán; y Lalibela, Etiopía.
La obra de McCurry se ha expuesto en museos y galerías de varios países. En esta etapa de su carrera se define más como un narrador visual que como el fotoperiodista curtido que cubrió conflictos como el de Afganistán durante la invasión soviética, la guerra Irán-Irak de los años 80, las guerras civiles de Líbano y Camboya o la Guerra del Golfo de principios de los 90, entre otros.
“He querido tener una experiencia plena y no sólo cubrir zonas en conflicto”, dijo. “Ahora quiero contar otras historias e involucrarme en otros proyectos. Siento una atracción especial por los países y las culturas budistas. Hay lugares del mundo que quiero explorar. En lo que se refiere a contar asuntos periodísticos importantes, ya hice mi parte. Incluso hace un par de años tomé fotografías para una historia sobre el abuso que sufren las trabajadoras domésticas [de Indonesia, Nepal y Filipinas en Asia y Medio Oriente] que se publicó en The New York Times.”
Como parte de esa experiencia plena, McCurry hizo el calendario Pirelli 2013 en Río de Janeiro, Brasil. Hace unos meses fotografió la campaña publicitaria de la colección femenina primavera-verano 2016 de Valentino en el Parque Nacional de Amboseli, Kenia.
“Creo que todos queremos hacer cosas variadas, así que el proyecto con Vacheron Constantin es perfecto para mí”, afirmó.
En el fondo, a McCurry le hipnotiza la posibilidad de seguir viajando tan incansablemente como lo ha hecho desde que se puso una cámara al hombro. “Para mí viajar es una forma de conocer culturas diferentes y de tener conocimiento profundo de la condición humana”, dijo. “La mayor lección que he aprendido como fotógrafo que recorre el mundo es tratar a la gente con dignidad, respeto y sentido del humor. Creo que no hay nada más importante que viajar, conocer a otras personas y ver lo increíble que es el planeta que compartimos.”