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Samsung empezará a vender la semana que viene una versión reacondicionada de su teléfono Galaxy Note 7, que el año pasado tuvo que retirar de la venta por el riesgo de explosión de su baterías, indicó este martes la prensa.
Según la agencia sucoreana Yonhap, que cita fuentes industriales, Samsung venderá a partir del 7 de julio sus Galaxy Note 7 por 700.000 wons (unos 616 dólares), con una nueva batería y un nuevo software llamado Galaxy Note Fandom Edition (FE).
El líder mundial de los teléfonos móviles no quiso comentar la información.
El año pasado Samsung tuvo que retirar 2,5 millones de Galaxy Note 7, destinados a competir con el iPhone de Apple, por el riesgo de explosión de sus baterías y finalmente dejó de producir este modelo.
El fiasco sin precedentes costó miles de millones de dólares al fabricante surcoreano y afectó a su credibilidad. En abril la marca lanzó el Galaxy S8, muy bien acogido por los especialistas.
Greenpeace se había mostrado preocupada por el destino de los miles de teléfonos retirados del mercado y en marzo Samsung anunció que pondría a la venta una versión reacondicionada.
Samsung también se enfrenta a problemas internos, con el encarcelamiento de su vicepresidente, Lee Jae-Yong, heredero del grupo, y la implicación de varios de sus directivos en el caso de corrupción que llevó a la destitución de la expresidenta surcoreana Park Geun-Hye.
A pesar de estas dificultades, el grupo anunció en abril su mejor beneficio trimestral en tres años gracias a la fuerte demanda de chips, que compensó los problemas del Galaxy Note 7.
Según la agencia sucoreana Yonhap, que cita fuentes industriales, Samsung venderá a partir del 7 de julio sus Galaxy Note 7 por 700.000 wons (unos 616 dólares), con una nueva batería y un nuevo software llamado Galaxy Note Fandom Edition (FE).
El líder mundial de los teléfonos móviles no quiso comentar la información.
El año pasado Samsung tuvo que retirar 2,5 millones de Galaxy Note 7, destinados a competir con el iPhone de Apple, por el riesgo de explosión de sus baterías y finalmente dejó de producir este modelo.
El fiasco sin precedentes costó miles de millones de dólares al fabricante surcoreano y afectó a su credibilidad. En abril la marca lanzó el Galaxy S8, muy bien acogido por los especialistas.
Greenpeace se había mostrado preocupada por el destino de los miles de teléfonos retirados del mercado y en marzo Samsung anunció que pondría a la venta una versión reacondicionada.
Samsung también se enfrenta a problemas internos, con el encarcelamiento de su vicepresidente, Lee Jae-Yong, heredero del grupo, y la implicación de varios de sus directivos en el caso de corrupción que llevó a la destitución de la expresidenta surcoreana Park Geun-Hye.
A pesar de estas dificultades, el grupo anunció en abril su mejor beneficio trimestral en tres años gracias a la fuerte demanda de chips, que compensó los problemas del Galaxy Note 7.