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Cuando se estrenó, en julio de 2016, Pokémon Go causó furor entre sus usuarios, quienes salían a la calle con la mirada fija en sus teléfonos celulares para atrapar algún pokemón o en busca de alguna de las pokeparadas señaladas en el mapa. A solo 60 días de su lanzamiento, la aplicación había superado los 500 millones de descargas, según Niantic, su desarrolladora.
Esa euforia inicial ha ido disminuyendo. De hecho, un informe de la analítica comScore asegura que a finales del año pasado, el juego había perdido el 80% de sus usuarios habituales.
Pero a pesar de eso, Pokémon Go sigue siendo una iniciativa lucrativa para sus dueños. En 2016, Nintendo ganó 180 millones de dólares gracias a la aplicación móvil. Una cifra sorprendente si se tiene en cuenta que la firma japonesa solo es dueña de un tercio de The Pokémon Company -que incluye a las empresas Game Freak y Creatures- y debe dividir sus utilidades con Niantic.
Además de Pokémon Go, Nintendo lanzó otras dos apps el año pasado: Fire Emblem Heroes y Super Mario Run. Solo en Japón sus juegos móviles generaron 106 millones de dólares.