El viernes pasado, Samsung estrenó su nuevo Galaxy S8 en Corea del Sur. El modelo no es solo el primer lanzamiento de la firma desde el Note 7 -que debió ser retirado por problemas de incendio de su batería-, sino que también el celular con el precio de fabricación más alto del mundo.

Así lo reveló un informe elaborado por la consultora británica IHS Markit, que estimó los costos de los principales smartphones del mercado. Según el estudio, producir una unidad del Galaxy S8 cuesta 307 dólares, un 42% de su actual precio de venta en Estados Unidos -que va desde los 720 y 52.4 dólares más caro que su antecesor, el Galaxy S7.

El elemento más caro del S8 es su pantalla AMOLED de 5.77 pulgadas, que cuesta 85 dólares, mientras que su procesador y memoria tienen un valor de 45 y 41.5 dólares, respectivamente. Su cuerpo, recubrimiento, botones, metales y vidrios suman un total de 28.2 dólares, y el costo de sus cámaras frontal y trasera asciende a 20.5 dólares por cada terminal.

Le siguen en la lista el Google Pixel XL, con un costo de fabricación de 285.8 dólares, y el S7 Edge, con 271.2 dólares. Más atrás están los modelos de Apple, iPhone 6s Plus e iPhone 7, con 236 y 224.8 dólares, respectivamente.

"El aumento de los costos de producción de los teléfonos es consecuencia de la carrera entre Samsung, Apple y otros fabricantes por superarse en el creciente sector de los smartphones premium ", aseguró Andrew Rassweiler, de IHS.

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