Grandes empresas tecnológicas como Apple, Google y Uber están experimentando con tecnología que permitan a un auto moverse sin intervención humana, algunas han sido más abiertas que otras al respecto e incluso ya se ha presentado controversias.

Apple por ejemplo acaba de sumarse a las compañías con permiso de experimentar con automóviles sin conductor en el estado de California. Aunque la empresa ha dado poca información sobre sus planes, señala que está invirtiendo mucho en aprendizaje automático.

Según información compartida por un vocero del DMV estatal, Apple registró para las pruebas a seis conductores y tres SUV's 2015 marca Lexus, es decir que no probará su prototipo Project Titan, sino que examinará el rendimiento de su software para conducción autónoma, por lo que se estima que su fin es enfocarse en programas informáticos para los vehículos y confiar a sus socios la fabricación.

Con la empresa de la manzana, ya son 30 compañías las que poseen autorización del estado para poner en circulación estos vehículos. Entre las firmas que ya han llevado a cabo pruebas se encuentran Tesla Motors, BMW, Honda y Google Auto.

Esta última, con su modelo Waymo, ha logrado grandes avances relacionados con los captores láser "Lidar", que permiten a un vehículo "ver" coches, peatones y otros obstáculos a su alrededor, para lo cual la empresa ha invertido "decenas de millones de dólares y decenas de miles de horas de ingeniería". De acuerdo con la compañía el dispositivo, ubicado en exterior del vehículo, provee al auto de una imagen tridimensional y tiene capacidad para ver un casco de fútbol americano a una distancia de dos campos de juego.

Pero Alphabet, el área de Google dedicada a los automóviles sin chofer, acusó a Uber y su filial de camiones autónomos Otto de haber robado algunas de sus tecnologías.

"Otto y Uber tomaron la propiedad intelectual de Waymo con el fin de ahorrarse el riesgo, el tiempo y los gastos vinculados al desarrollo independiente de sus propias tecnologías", afirma la demanda presentada ante un tribunal de San Francisco y dada a conocer por varios medios de comunicación.

"En resumidas cuentas, este robo calculado les produjo más de medio millar de dólares en salarios de Otto y le permitió a Uber reanimar un programa bloqueado, todo ellos a costa de Waymo", precisa la demanda.

Waymo acusa a Otto y a Uber de robo de secreto industrial y violación de patente, y pide un proceso ante un jurado con el fin de prohibirles la utilización de sus tecnologías, así como indemnizaciones por un monto aun no precisado.

Esta no es la primera controversia para Uber que ha enfocado sus pruebas en el estado de Arizona, en donde la regulación solo exigía que los autos contarán con seguro, pues una de sus unidades, un Volvo XC90, se vio involucrado en un accidente en donde quedó volcado.

La empresa reanudó sus operaciones luego de que un portavoz de la Policía afirmara que el vehículo operado por Uber en modo automático no fue el responsable del accidente, sino que el otro automóvil no le cedió el paso.

En el auto de Uber, que estaba en función de conducción automática al momento del accidente, viajaban dos empleados de la compañía en la parte delantera, que no sufrieron heridas.

Los autos de Uber también fueron señalados por no respetar un semáforo en rojo en San Francisco, por lo que se ha cuestionado si los sensores y las cámaras en la parte delantera del auto deben tener una reacción más rápida para detectar y reaccionar al entorno.

Por este tipo de problemas, de acuerdo con la empresa Deloitte, en México la atracción de los consumidores hacia todas las formas de automatización en automóviles ha disminuido en los últimos dos años, no sólo en cuanto al deseo, sino también la disposición a pagar por tecnología avanzada en vehículos. La confianza, estiman será el mayor obstáculo para la venta de autos de autoconducción en todos los países.

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