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Un sistema tecnológico único en su tipo que no solo almacena hidrógeno, sino que lo genera sin ayuda de ningún apoyo eléctrico fue creado por el emprendedor mexicano Martín Gutiérrez. Se trata de un modelo sustentable capaz de crear una fuente de energía ilimitada de gas, electricidad y agua sin costo.
El equipo se instala en la azotea de las casas y puede conectarse a una estufa o boiler, además es capaz de generar hasta 10 litros de agua solo con la captación de humedad del ambiente.
Gutiérrez, ingeniero industrial egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y líder del proyecto, detalla que se inició en este tema cuando su papá se dedicaba a colocar sistemas de
hidrógeno para ahorrar gasolina. “Ahí aprendí acerca del hidrógeno y comencé a experimentar, realicé cuatro años de desarrollo, sin embargo el proyecto empezó a madurar cuando se integró un equipo multidisciplinario”.
En ese sentido, Miguel Reséndiz, parte del equipo de desarrollo, explica cómo funciona: “la electrólisis es un medio por el que induces líquido a que pase por una corriente eléctrica controlada y logras una reacción electroquímica. Lo que nosotros desarrollamos es un sistema que en lugar de enviar la reacción a la atmósfera la contiene en un recipiente a una presión constante, que mantiene el tanque de gas lleno”.
Su equipo está construido con acero inoxidable de grado quirúrgico para que pueda durar “toda la vida”. A la fecha ya cuenta con patentes y un prototipo funcional probado en diversos ambientes. Estiman que el costo al público sería alrededor de 30 mil pesos para una casa de dos pisos.
Pero el desarrollo no ha sido sencillo. “Llega un momento en que no hay información y te enfrentas a algo que no existe; es algo muy hermético. En internet te topas con mucho charlatán. Además, no siempre es fácil convencer a la gente de los beneficios que podrían obtener. Algunos no están dispuestos a realizar la inversión, pese a que con este sistema no volverían a pagar gas nunca”, señala Martín Gutiérrez.
Otro de los problemas que enfrentan es el miedo a la utilización de este tipo de gas, no obstante, Reséndiz explica: “sí es explosivo pero no más que el gas, con la diferencia de que manejamos muy baja presión, máximo 25 libras, menos que una llanta de coche. En caso de accidente el equipo está diseñado para detectar que aumenta la temperatura y libera la presión muy rápido, así que, aunque hubiera fuego, no habría explosión, lo que no pasa con un tanque estacionario”.
En el caso de los vehículos todavía continúan realizando pruebas para conseguir el prototipo más apto a un costo menor, aunque señalan que la modificación es simple y que un usuario podría viajar desde la Ciudad de México a Monterrey y mantener el marcador de gasolina lleno.
Además de las ventajas por el hecho de no tener que pagar gasolina, otro beneficio es que con este sistema no se genera CO2, lo cual contribuiría al cuidado del medio ambiente pues el 70% de la contaminación atmosférica en la CDMX es provocada por los automóviles.
Los investigadores ya han cerrado contrato con clientes en varias partes del mundo, de hecho tienen una lista de espera. No obstante, aceptan que no todos los países están listos para adoptar este tipo de tecnología, “es sustentable y va a beneficiar, pero toca ciertos intereses y algunos países no lo aceptan”. En el caso de México, refiere el ingeniero, estamos ante una oportunidad: “está muy abierto. Por la Reforma Energética hay mayor apertura, estamos en un momento clave”.
Sobre el desempeño de México en innovación se comentó, “el país está preparado, en nuestro caso contamos con un proyecto que va a cambiar el mundo y beneficiar a las familias”. Dijo que esta tecnología es tan noble que lograron, además, perfeccionar celdas que trabajan con hidrógeno con mucho mejores resultados que las celdas solares, pues no dependen del clima o del lugar para su buen funcionamiento.