El uso del aceite de oliva se remonta a la época del Imperio Romano y la supremacía de los griegos, un producto requerido como básico en su dieta, salud y belleza. Entre las mujeres se usó frecuentemente para proteger su piel, al grado de catalogarlo como un oro líquido.
Las propiedades del aceite de oliva son cada día analizadas, principalmente en temas de la salud. Universidades e institutos de todo el mundo demuestran que incluirlo en la dieta diaria reduce el colesterol malo, contribuye en prevención y el tratamiento del cáncer de mama y beneficia la salud de los pacientes con diabetes tipo II.
Recientemente, la Universidad de Louisiana, en Estados Unidos, e investigadores del Hospital Clínic de Barcelona, hicieron estudios que asocian al aceite de oliva con la protección contra el deterioro cognitivo que viene con el envejecimiento, es decir que posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias con el potencial de reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer o demencias neurodegenerativas.
“Es un alimento vegetal tremendamente positivo siempre que sea una buena selección, porque mientras más virgen es el aceite de oliva, sus propiedades se acentúan más, y su falta de uso en la dieta de los mexicanos responde a un tema de educación porque se desconocen sus bondades”, explica Hernan Betbeder, director comercial de Latitud Sur, productor chileno de aceite de oliva extra virgen.
Los tipos de aceite de oliva
Este ingrediente se divide en cuatro tipos: virgen extra, virgen, de oliva y de orujo de oliva. Pero es el “Virgen Extra” el de mayor calidad, con grandes cualidades organolépticas (olor, color y sabor) y el más apreciado en el mundo, además de sus múltiples beneficios saludables en beneficio de nuestro organismo.
El extra, es el zumo de aceitunas, cuyas propiedades se notan y se refuerzan en el aroma y sabor que repercuten de manera positiva en nuestro organismo, gracias a su gran contenido en sustancias antioxidantes y vitaminas, especialmente la vitamina E (tocoferol), entre otros valores nutrimentales.
Principales productores
El experto señala que los países que se mantienen como principales productores de aceite de oliva son España, Italia y recientemente Chile, lugares donde las bondades del clima mediterráneo hacen que con sus veranos secos, inviernos lluviosos, días muy calurosos y noches frías, las cepas de oliva se desarrollen de forma óptima.
La oferta de este producto en nuestro país aún no es muy amplia debido a la desinformación, pero tenemos productos importados de gran calidad o puros que no tienen la calidad óptima para explotar sus beneficios, pero lo más importante es distinguir la calidad y pureza de un buen aceite que estás adquiriendo.
“Todo parte de la selección de las mejores tierras y cepas de olivas, en Latitud Sur trabajamos con Leccino, Coratina, Frantoio y Arbequina, olivas reconocidas a nivel mundial que al combinar sus aceitunas ofrecen líquidos con diferentes notas de sabor y perfumes como almendra, alcachofas y manzana”, dice el directivo.
El toque en la cocina
En la gastronomía, el aceite de oliva extra virgen resalta el sabor natural de los ingredientes de un platillo, sin opacar ni ocultar sus matices.
“Es un tema de educación, de inicio este tipo de aceite suele ser más caro que los vegetales como el de maíz, canola o girasol, pero es óptimo en la cocina para todo, desde marinar, freír y hasta acompañar los alimentos”, apunta Betbeder.
La calidad de este tipo de líquido es calificada con el grado de acidez, si se encuentra por debajo de 0.8 por ciento, entonces su sabor y aroma son de nivel internacional. Como es el caso de los productos de Latitud Sur con Santiago, Santiago Premium y O-live&Co, con un grado de acidez por debajo de 0.2 por ciento.
Para elegir el mejor
Afortunadamente el consumidor mexicano comienza a ser más informado y como consecuencia tendrá una comunicación directa con las marcas para elegir el mejor producto más allá de dejarse llevar por la mercadotecnia.