Siguiendo el antecedente del INE , me propongo plantear algunas preguntas a los tres candidatos punteros a la Presidencia, sobre un tema tan importante como la educación . Y a formularlas, desde luego, a partir de lo que ellos mismos prometieron ante todos los mexicanos, en el debate electoral del pasado martes 12.
Comienzo y profundizo con López Obrador , por enarbolar (desde hace mucho tiempo) posturas tan inquietantes. Posturas populistas, carentes de argumentos y de información. Y a las que, tristemente, sus contrincantes no han sabido refutar de manera apropiada. En cuanto a educación, AMLO propuso en el debate las siguientes acciones: Dar total marcha atrás a la reforma educativa y crear una nueva, incluyendo la opinión de los maestros; No afectar los derechos laborales del magisterio; Convencer a los maestros antes de reformar; y Cambiar la manera de evaluar, porque la hoy empleada es punitiva.
Primera pregunta. Dijo AMLO: “Vamos a quitar la mal-llamada reforma educativa porque no es educativa; es laboral ”. Pero ¿Y la parte del Nuevo Modelo Educativo, también es laboral? Porque usted nunca habla de los nuevos programas de estudio; hasta parece que ignora su existencia. No todo de la Reforma es evaluación. Otra pregunta: ¿Lo laboral, no impacta en los resultados de cualquier emprendimiento, incluyendo el educativo? Porque si no impactara, las empresas aceptarían contratar a cualquier persona; incluso usted podría tener a cualquiera en su gabinete, sin importar si cuenta con el perfil apropiado.
Él habla sobre no afectar los derechos laborales del magisterio. ¿A qué le llama derecho laboral? ¿A obtener plazas de manera discrecional , y recibir sueldos altísimos, por ser “comisionados”?
Dice también: “Formar a los maestros antes de evaluar”. ¿Sí sabía que gracias a la Reforma, la formación docente se ha fortalecido? Se cuenta ahora con cursos presenciales y en línea, emanados de la misma SEP , para consolidar las habilidades docentes. Cursos que antes no existían, y que ahora están gracias a los exámenes de oposición. Sí hace falta fortalecer la formación, pero ello requiere de tiempo y seguimiento.
“Convencer a los maestros antes de reformar”, afirma él. ¿A caso se buscó convencer a los ciudadanos, antes de hacer la reforma política-electoral, o la energética? ¿Por qué sí habría que convencer a los maestros, sobre algo que es bueno para ellos y para el aprendizaje de los niños?
“Cambiar la manera de evaluar, porque ahora es punitiva”. ¿Sí sabía usted que la nueva evaluación docente también es para el ingreso? Ahí no existe punición: es mera selección. Y en el caso de la evaluación de permanencia, no se separa del cargo al profesor a menos que haya reprobado de manera reiterada, y en ese caso, se le manda a una labor administrativa dentro del mismo Sistema Educativo, para también capacitarlo y que se reincorpore ya que cuente con las herramientas necesarias. Pregunto de nuevo: ¿Dónde está la punición?
Y por último, mencionó que echará para atrás toda la Reforma Educativa, para formular una nueva, con la ayuda de los maestros y especialistas. AMLO: las reformas educativas toman en promedio 20-30 años para reflejar sus resultados , ¿Cómo los vamos a conseguir si cambiamos de rumbo cada sexenio? ¿Cómo se va a recuperar todo el dinero que ya se ha invertido en esta Reforma? ¿Sí sabía que para emitir el Nuevo Modelo educativo el proceso llevó casi cinco años? ¿Usted lo piensa hacer en uno? Porque si no, se va a tener un cambio hasta el final de su sexenio, justo como ahora (a menos que busque la reelección, caso que no me sorprendería). Además: ¿Sí sabía que para esta Reforma también se hicieron consultas a los diferentes actores? Se llevaron a cabo foros con profesores en todo el país, por lo que no hay nada novedoso en lo que usted está planteando.
En cuanto a Anaya, él propuso: llevar a cabo pruebas censales justo un año antes de que concluya cada nivel educativo, para que así en el último año se pueda brindar a los estudiantes los conocimientos y habilidades carentes; Que no existan rechazados en las universidades ; No permitir que se vendan o se hereden plazas de maestros; Destinar más dinero público a la capacitación que a la evaluación docente; Entregar una tableta a todos los niños y adolescentes; y que después de su sexenio, absolutamente Todos los niños de educación básica sepan hablar inglés, aprovechando incluso a los mexicanos en EUA para que enseñen inglés a los de aquí, a distancia.
José Antonio Meade prometió: multiplicar por 4 las Escuelas de Tiempo Completo (ETC) ; que existan guarderías y preescolares de Tiempo Completo también; que las escuelas de educación básica tengan Independencia presupuestal; Incrementar el salario a los maestros; y ofrecer una Compensación adicional para los docentes destinados a comunidades de más alta marginación.
La pregunta fundamental para ellos dos es “¿Cómo?" : ¿Cómo piensa lograr Anaya dar tabletas a todos los mexicanos, cuando ya se intentó hacer en este mismo sexenio con quinto y sexto de primaria, y fue un fracaso? ¿Cómo piensa Meade multiplicar por 4 las ETC, cuando en este sexenio ni siquiera se alcanzó a construir las que estaban previstas?
Y la pregunta para los tres es: ¿Por qué están más preocupados en crear y crear nuevas estrategias y políticas educativas, en lugar de perfeccionar las ya existentes? Nadie se atreve a decir que la solución no se encuentra en crear más leyes, sino en hacer eficientes las que ya existen . Que funcionen de manera apropiada los Consejos Técnicos Escolares; que se implementen los Consejos de Participación Social reglamentarios en las escuelas de Educación Básica, que se fortalezca la supervisión, que siga adelante la Estrategia de Fortalecimiento de Escuelas Normales. Hay tanto que está en la lista, y que también está sólo en letra. ¿Cuándo podrán por fin organizar todas esas aspiraciones reglamentarias en realidades palpables? No es creando sin fin como se llega a resultados: es dando un seguimiento a nuestras acciones. Incluso de manera personal, para tener éxito, necesitamos formar hábitos.
Ciudadanos mexicanos: ya tenemos ahí la información. Juzgue usted las propuestas. Plantee más preguntas para que juzgue usted mismo el raciocinio que hay en cada una de ellas. Y sobre todo, con cualquiera de ellos que gane, juzgue si las llevan a cabo en su sexenio. Y en caso de que no, ni nos callemos, ni nos sentemos. Y no nos sentemos tampoco hoy, cuando todavía podemos decidir en manos de quién depositamos las primeras decisiones del país. Ruego a México: que no las de un probado demagogo.