Importa tanto lo que se dice, como la manera en que se dice. Ejemplo de ello fue el spot de la Asociación Mexicanos Primero: ¿Y si los niños fueran candidatos?, cuya difusión fue recientemente detenida por resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

En la pantalla, aparecían cinco niños caracterizando a los candidatos a la Presidencia, cada uno externando su visión sobre cómo podría mejorarse la educación en el país. Los promotores del spot abogaban una buena intención: encarar a los actuales candidatos y a la sociedad entera ante la urgencia de que se atienda el tema educativo. Lo concedo: el tema es urgente, y lamentablemente, de él se ha hablado poco durante las jornadas electorales. Pero el mensaje del video se revistió de algunos elementos sensibles y problemáticos.

El más visible es el motivo legal por el que fue cesado. El artículo 41 de la Constitución y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales prohíben la contratación de tiempo aire a particulares durante la campaña electoral, con material que pueda influir en el destino de la elección. El spot se posicionaba marcadamente a favor de la Reforma Educativa actual, y finalizaba con la frase: “piensa bien y elige al candidato que apoye la transformación educativa”, encaminando así las preferencias de voto hacia aquel candidato que apoyara la citada Reforma.

No obstante, otro elemento de dudosa legitimidad para una democracia saludable, fue la ridiculización de los candidatos, al mostrar a los niños que los representaban con el aspecto físico, frases y gestos que más los caracterizan en el plano “divertido”, rayando incluso en lo “burlesco”. Por ejemplo, el tono y ropa del Bronco, el inglés de Anaya, o el acento de AMLO. Es cierto, las redes sociales están atestadas de este tipo de caracterizaciones, pero una cosa es lo que suceda en redes, ideadas para la distracción, y otra en los medios de comunicación formales: cuando estos últimos pierden la seriedad, se fomenta abiertamente que la sociedad también la abandone, y que en el caso de las campañas, la decisión del electorado se influya por factores superfluos, más más que por razones maduras e informadas.

No menos preocupante era el mensaje que se mandaba sobre la causa de las tragedias educativas en nuestro país. En la mayor parte del tiempo, el spot recalcaba que la solución para la calidad educativa está en tener mejores maestros: más evaluados y más profesionales. Es cierto, cuando se tiene un buen docente, se garantiza un compromiso con el aprendizaje de sus alumnos, pero no el buen funcionamiento de muchos otros factores ajenos y superiores a él, como la capacitación, los materiales y la infraestructura educativa. Señalar al magisterio como el principal culpable del atraso educativo nacional, es generar odio y estigma hacia dicho colectivo laboral, cuando la respuesta está en aceptar que ellos son parte de un engranaje que debe ser mejorado en su conjunto; desde atender los contextos más rezagados, reducir los alumnos por grupo y las cargas burocráticas que restan atención a las labores docentes, hasta incluir más maestros de apoyo para los alumnos con necesidades educativas especiales, y fortalecer la formación continua y las funciones de la Supervisión, aún muy endebles.

Los Medios de Comunicación Masiva siempre han representado una arena fértil en polémicas, más en esta era Digital, en que prácticamente la mitad de nuestras vidas transcurre en ellos. En su uso, individuos y sociedades debemos ser cuidadosos, no por seguir de manera ciega lo “políticamente correcto”, sino por el tipo de valores que transmitimos al usar estas plataformas. Los valores a prevalecer deben ser el respeto y la unidad nacional, no el lanzar piedras unos a otros.

Si bien es aplaudible que nuestras disposiciones legales velen por que los particulares generen una opinión pública libre pero responsable, ahora también es momento de que lo hagan con los candidatos; que tengan candados para frenar sus mensajes de miedo, de odio, de manipulación con frases reduccionistas del raciocinio; que ya todos nos sabemos, que no nos creemos, pero que inconscientemente, al final terminamos siguiendo.

Si los spots de particulares han de mejorarse, que también los de los candidatos se mejoren; que predomine la sustancia, y no las denostaciones. No se trata de crear un Ministerio de la Verdad; se trata de evitar que los procesos electorales sean una expresión de Pan y Circo. No esperemos que los candidatos y partidos políticos modifiquen sus prácticas por si solos: mientras existan regulaciones que les favorezcan, seguirán haciendo uso de ellas.

Por último, qué pena que este suceso genere más materia a debatir que todas las propuestas que hasta ahora han mencionado los candidatos en materia educativa. Discutiendo todo tipo de estrategias, la educación persiste en segundo plano, pero llegado el momento de analizar los problemas, no le faltará la ocasión a cualquiera del que llegue a Los Pinos, para aceptarla como la base de todo progreso.

A los candidatos, hasta el día 12 de junio les corresponde debatir en cadena nacional sobre educación, dentro del tema “Economía y Desarrollo”. Pero la pregunta es: ¿Y si les tocara hablar de ello hoy? ¿Qué dirían? ¿Su mensaje sería, efectivamente, de calidad? No deben esperar hasta esa fecha para comunicarlo a un gremio tan grande como el magisterio, y a una esperanza tan representativa, como la que deposita un Pueblo en su formación.

P.D. Figura femenina o no, consanguínea o no, siempre hay una Mamá que nos da vida. Por eso, hoy y todos los días ¡Gracias! ¡Feliz día de las Madres

sofiglarios@hotmail.com

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