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Tres candidatos a la Presidencia han presentado sus spots de arranque de la campaña electoral. Todos giran en torno al desarrollo de la precampaña y la intercampaña. Al momento de escribir estas líneas me faltaba conocer el spot de la única mujer en la contienda presidencial, la hoy independiente Margarita Zavala. Por ello mi análisis se refiere sólo a los tres candidatos de las coaliciones. Empiezo por el posicionado en tercer lugar en las encuestas, el hoy priista José Antonio Meade.
Los promocionales de Meade se centran en la corrupción. Es claro que son reflejo de lo vivido en las dos fases anteriores. Al inicio de la precampaña el PRI basó su estrategia en posicionar el conocimiento de su candidato ante la ciudadanía. El nivel de conocimiento de Meade subió de 43 a 86% en semanas. Lo que no subió fue el respaldo electoral de su propuesta. Las encuestas lo ubican entre 18 a 24 puntos. Es claro que al vincular a Meade con el gobierno de Peña Nieto y la corrupción, la percepción ciudadana es de rechazo. Por eso él centra sus spots en la corrupción. Pero requerirá más que palabras. ¿Le escucharemos algún planteamiento para solicitar la extradición de César Duarte? ¿Se pronunciará por investigar el desvío de recursos públicos a partir del ejercicio discrecional de Eduardo Sánchez de la publicidad oficial? ¿Alguno de los altos jerarcas del régimen que después de impulsar la reforma energética montaron empresas para la explotación de energía eléctrica y petrolera serán investigados? A Meade le urge un deslinde de la corrupción de la actual administración, de lo contrario, su sitio será el de bronce.
Por su parte, los spots de Anaya también se basan en los acontecimientos recientes. Se fundan en la idea de que el PRI ya se va y que existen dos rutas: la del lopezobradorismo y la del frente. La premisa responde a que, pese a la embestida de PGR y del PRI en contra de Anaya, no lograron tirarlo del segundo lugar. El 90% de las encuestas lo mantiene en ese sitio. Lo que dicen las encuestas es que los puntos que perdió se le sumaron a López Obrador, no al candidato del PRI. Por eso la premisa es que, una vez pasada la carga de los ataques, el PRI no lo ha movido y el futuro está en dos opciones. Su postura es contrastar las políticas de López Obrador con las suyas. Mostrarse como un ejecutivo eficaz y moderno.
Finalmente, el puntero de las encuestas, Andrés Manuel López Obrador también comprendió bien lo sucedido en las precampañas y la intercampaña. El primer tema es deslindarse de los modelos autoritarios que se le atribuyen, refrendar el carácter mexicano de Morena. Por otra parte, llama a un voto por la coalición que encabeza Morena en el Congreso. La premisa de la que parte es que su preferencia de voto oscila entre el 42 y el 46% de los votos, pero su partido en el Congreso alcanza máximos de 36 puntos. Será la fracción parlamentaria más importante. Sin embargo, requiere todavía un buen tramo para la mayoría calificada, si bien nuestro sistema electoral de mayoría segmentada favorece siempre al puntero. Si no alcanza esa mayoría, entonces tendrá que negociar con los otros partidos. Por ello el voto por el congreso es el núcleo del promocional.
Mientras tanto, disfrutemos los millones de spots, denunciemos la compra de voto y el condicionamiento de programas sociales federales, confiemos en las instituciones electorales y pensemos si queremos seguir siendo el país 135 de 180 con los mayores niveles de corrupción.
Ex titular de la FEPADE