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El primer día de febrero de 2019 el SITUAM de forma mayoritaria decidió estallar la huelga en la Universidad Autónoma Metropolitana por un aumento salarial del 20% y por violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo, que en gran medida se refieren a la contratación de personal de confianza que realizan funciones de trabajadores de base. La respuesta de las autoridades universitarias ante las demandas del sindicato, entregadas desde finales del año pasado, fue de 3.35% de aumento salarial; 3% de retabulación para puestos de administrativos y profesores de tiempo parcial y de medio tiempo; más 4.28% de aumento en vale de despensa. Para darnos una idea de la propuesta de las autoridades podemos hacer un ejercicio. Un auxiliar de intendencia tiene un salario mensual de $6824, el tres por ciento de aumento salarial corresponde a $7 pesos diarios y el incremento de la despensa corresponde a $48 mensuales. Con respecto a la retabulación de los académicos sólo incluye a 169 profesores de medio tiempo y 149 profesores de tiempo parcial. Esto es, 318 profesores, dejando fuera de este aumento a 2754 profesores de tiempo completo.
De entrada habría que decir que la propuesta de las autoridades universitarias está en la misma tónica de los gobiernos anteriores, esto es, el aumento de salario atado al incremento de la inflación. En esta ocasión ni siquiera se ajustaron a este lineamiento, porque el Banco de México reporta una inflación del 4.83 para el año 2018. En esta perspectiva las autoridades universitarias continúan con esta política de contención salarial que ha producido una pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, una mayor desigualdad y un incremento de pobreza en el país durante los últimos cuarenta años en la etapa neoliberal.
El complemento de esta política son los sueldos, compensaciones y estímulos de privilegio que se otorgan las autoridades, al mismo tiempo, que amplían su planta de empleados de confianza de manera exponencial, cubriendo y repitiendo funciones que corresponden a personal administrativo de base.
Por ejemplo, tenemos que el rector general tiene un ingreso, entre sueldo, compensación y estímulos de $129,476 mensuales; el Secretario General de $101,351; un rector de unidad de $90,710; el tesorero general $98,708.Esta situación se refleja en la siguiente tabla.
Como podemos observar 6 personas tienen un ingreso de $ 614, 438 mensuales. Esta concentración del ingreso en pocas personas y para la mayoría, ingresos reducidos, es la que hay en el país y se reproduce en nuestra universidad.
Los grandes salarios para los funcionarios de la universidad se repiten en cada una de las unidades. En la siguiente tabla tenemos los ingresos de las cinco personas que tienen mayor categoría. Veamos:
Podemos observar que en una unidad, cinco personas tienen un ingreso $ 359, 307.37 mensuales. Si consideramos que la UAM tiene cinco unidades (Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa, Lerma y Xochimilco) tendríamos un total de $1,796,536.85.
De tal manera que 31 personas, que son los altos directivos de la universidad, tendrían un ingreso mensual de $2,411,025.15.
Con esta información podríamos hacer un ejercicio que muestra la concentración del ingreso.
Lo que ganan 31 personas, equivale a lo que ganan 353 trabajadores de limpieza cuyo salario es $ 6824; también podríamos decir que es el ingreso de 278 profesores asociado de medio tiempo, con un ingreso de $8660.57 ; o el ingreso de 434 profesores temporales contratados por 15 horas con un salario de $5528.40.
Otro ejercicio que podemos realizar es el siguiente. Si les descontamos 10 por ciento al ingreso de los altos directivos, tendríamos $241,102.515. Con este monto se podría dar un aumento de tres por ciento a 1176 trabajadores de intendencia cuyo salario es $6824 mensuales.
Como podremos notar, el presupuesto de la universidad destinado a los ingresos, tiene un desequilibrio que beneficia a los altos ingresos de las autoridades y castiga al de los trabajadores administrativos.
La huelga del SITUAM ha evidenciado que la desigualdad que se vive en el país también se reproduce en las universidades. Por esta razón, junto a la demanda de aumento salarial se debe discutir una distribución equitativa del presupuesto.
Con el nuevo gobierno se ha evidenciado la desigualdad y la alta concentración de la riqueza en nuestro país. Se ha denunciado los salarios exorbitantes de los magistrados de la corte, la excesiva contratación de personal con altos ingresos en los tres niveles de gobierno.
El aumento salarial ofrecido por las autoridades contrasta con el 16% de aumento a los salarios mínimos que el nuevo gobierno otorgó a los trabajadores en esta condición.
La huelga por supuesto que es un instrumento de lucha para obtener las demandas del pliego petitorio, pero también debería ser un instrumento para fortalecer nuestra organización sindical. Necesitamos fortalecer la discusión política y la participación de todos sus miembros particularmente de los académicos.
El país a partir del primero de julio del año pasado vive cambios importantes y las universidades públicas y los sindicatos deberán jugar un papel central en la definición del rumbo del país.