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La mayoría quiere un cambio. De fondo. El hartazgo frente a la corrupción, la inseguridad, la injusticia y la simulación definirán el voto de la gran mayoría.
El hartazgo es comprensible. Lo compartimos casi todos. Hay amplio consenso —¡hasta en Meade!— en cuáles son los problemas.
Por eso AMLO ha sido eficaz. Expresa una y otra vez los problemas que padecemos, de una manera clara. Muy creativa y popular. Pero eso no basta.
Por ejemplo, para terminar la corrupción, ¿cuál es la solución? ¿No investigar a Peña? Algo así como “borrón y cuenta nueva” como propone AMLO. O “quien la hizo que la pague”, investigar a Peña y si es culpable que vaya a la cárcel. Como propone Anaya.
El dilema entonces, no consiste en repetir una y mil veces los problemas. Sino en cuál es el cambio. ¿Hacia dónde cambiar? ¿En qué consiste el cambio?
Enumero algunas razones por las que estoy convencido que el cambio real es con el Frente y con Anaya:
1. Frente a la corrupción, romper el pacto de impunidad. Con una fiscalía independiente, con una comisión de la verdad frente a casos de corrupción y de violación de derechos humanos.
2. Para superar la crisis política, cambiar el régimen. Con un gobierno de coalición, donde todo el gabinete sea ratificado por el Congreso. Con revocación de mandato. Y donde el jefe de gabinete no sea del mismo partido del presidente. Avanzar hacia el parlamentarismo, no hacia la recomposición del presidencialismo.
3. Contra la violencia cambiar la estrategia y adoptar paradigma de seguridad ciudadana. Con profesionalización de las policías, con uso de la inteligencia y la tecnología, con acciones de prevención, con planes de retiro gradual de las fuerzas armadas.
4. Frente a pobreza y desigualdad, mejorar ingresos y crear un “piso” de igualdad de oportunidades. Recuperando el valor del salario mínimo, reduciendo impuestos a quienes ganan menos. Promoviendo la economía social y las cooperativas. Priorizando el desarrollo infantil los primeros mil días de vida y creando opciones de formación e inserción productiva para jóvenes.
5. Para mejorar las instituciones y servicios públicos, establecer el derecho a la participación ciudadana en todas las políticas públicas. Con la obligación de todas las autoridades de fomentarla, mediante diversas formas de contraloría social, observatorios, consejos y formas de consulta real.
6. Para controlar el poder y evitar abusos, recuperar la autonomía y “ciudadanización” de comisiones de derechos humanos, órganos electorales, institutos de transparencia y demás, mediante procesos de selección sin injerencia de partidos, sin “cuotas ni cuates”.
Hay muchas otras razones. Quizá debí incluir el manejo responsable de la economía y cómo crecer con equidad. Ahí el contraste es también grande y el riesgo de perder la estabilidad económica es mayúsculo, especialmente para quienes menos tienen.
Para mí esas son las razones más importantes. Son compromisos del Frente y de Ricardo Anaya. Por supuesto, son falsas las descalificaciones sobre su integridad. Él tiene la convicción y la capacidad para cumplirlos. Lo más importante, tiene la disposición de superar el presidencialismo con un equipo muy plural en el primer gobierno de coalición.
En las encuestas hay mucha gente que no ha expresado su opinión. Es falso que la ventaja de AMLO sea de 20 o 30 puntos. Es aún más absurdo que Meade tenga alguna posibilidad. El PRI ya se va. Eso deberíamos estar festejando como nación y como generación.
Espero que muchos votos se definan por cuál es la solución frente a lo que sabemos que son los problemas. Y no sólo por quien los explica de manera creativa y repetitiva. Menos aún por la campaña negativa.
Finalmente, les recuerdo que además de la boleta presidencial, hay otras elecciones. Hay que usar bien todas las boletas. En la CDMX invito a votar por Emilio Álvarez Icaza al Senado.
Consultor internacional en programas
sociales. @rghermosillo