Ricardo Rocha

AMLO: presidente inédito

03/07/2019 |02:47
Redacción El Universal
Pendiente este autorVer perfil

Desde la cúpula del poder, él sigue reinventando al país. Nada tiene que ver con su mandato la política tradicional. Ha roto todos los esquemas. Y trastocado el calendario, para instaurar oficialmente el primero de julio como el Día de la Cuarta Transformación.

A ver: a quién se le había ocurrido un informe de siete meses de gobierno precedido de la Diosa de la Cumbia. Nada más a él. Y a ese enigma impenetrable de las cosas que pasan por su cabeza, sobre todo por su corazón y a veces por su estómago. Las razones y las sinrazones que han provocado dos fenómenos paralelos de opinión pública: por un lado, un México brutalmente dividido entre quienes lo tienen por su gurú iluminado, incontestable e infalible al que no se puede rozar ni con el pétalo de una crítica; enfrente quienes se descomponen de solo pronunciar su nombre y en los cafés, las redes y todavía pocos en las calles lo insultan y exigen su renuncia inmediata.

A propósito, López Obrador cuenta todavía con un índice de aprobación muy alto que ronda el 65 por ciento. Pero entre los que desaprueban su gestión y los arrepentidos se estima una caída de ocho por ciento. De ser así, apenas un pellizco de dos millones a sus 30 millones de votos, que sin embargo serían 20 estadios Azteca al tope.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

El fenómeno alterno es el de opinólogos de todo tipo que disponen de espacios de expresión: políticos, académicos, analistas, columnistas y reporteros como el que esto escribe. Aquí tampoco hay acuerdo. Pero podríamos agrupar un tanto anárquicamente, los pros y las contras más destacables. A fe mía y entre los positivos:

- El haber mantenido una apreciable estabilidad macroeconómica y un aceptable tipo de cambio. Ayer, por ejemplo, hubo buenas reacciones en los mercados.

- El acercamiento, como nunca antes, a las comunidades más pobres, hasta ahora olvidadas por los gobiernos anteriores

- El combate a la corrupción como una constante en todos sus actos

Y hablando de negativos:

- El pecado original de la cancelación de Texcoco y el empecinamiento irracional por Santa Lucía; la necedad contaminante de Dos Bocas y la ocurrencia indefinida del Tren Maya

- La baja sistemática en el pronóstico de crecimiento que ahora nos sitúa en apenas 1.13 si bien nos va en este 2019.

- El menosprecio por áreas tan sustanciales y sensibles como la salud, el bienestar, la ciencia y la cultura. Ejemplos: el cierre insensato de las estancias infantiles; los miles de nuevos desempleados en la burocracia; las absurdas políticas de becas en Conacyt, Conade y Cultura que obligan a nuestros jóvenes más destacados a limosnear para cumplir sus sueños. Ya hemos hecho cuentas y los pocos miles de millones de “ahorros” por estos machetazos, simplemente no pintan en el presupuesto nacional. Y más parecen diseñados para ofender, para lastimar y para demostrar quién manda aquí.

A propósito, me parece que lo más urgente es que López Obrador se comporte como Jefe de Estado y ya no más como candidato en campaña. Que gobierne para todos los mexicanos por igual y no solo para sus incondicionales. Que se comprometa a dejar de fomentar esa revancha social mal entendida de chairos contra fifís. Un peligroso ridículo histórico. Está bien que sea radical; pero puede serlo también en el diálogo, el humanismo y la tolerancia.

Periodista. ddn_rocha@hotmail.com