La semana pasada, el Senado de la República aprobó, por amplia mayoría, el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), demostrando que la importancia de este instrumento va más allá de posturas políticas y diferencias ideológicas.

A través del diálogo y el entendimiento, el Senado privilegió la necesidad de brindar certeza a las inversiones nacionales y extranjeras para favorecer el desarrollo económico que México necesita para cumplir con los compromisos adquiridos por la actual administración.

Los 114 votos a favor con los que se aprobó el TMEC demuestran también la posición conciliadora que México elige tomar, ante las amenazas y el potencial conflicto que pudiese enfrentar con la Unión Americana, así como la unidad que, en una situación delicada, mantuvieron las distintas fracciones parlamentarias para fortalecer la posición de nuestro país.

La inminente ratificación del tratado nos obliga a seguir preparando el terreno para obtener de él el mayor beneficio posible. Aquí, siete ideas al respecto:

1. Decidir las industrias que serán prioritarias en la participación del comercio con los dos países del norte. Esta definición deberá especificar con precisión qué parte del proceso productivo se realizará en México, y las ventajas competitivas y comparativas que sostenemos para ser la opción más atractiva para nuestros socios comerciales.

2. Determinar áreas geográficas donde se hagan planes maestros de infraestructura para recibir a estas industrias prioritarias, los cuales deberán incluir todos los elementos de infraestructura física y tecnológica, incentivos fiscales, mecanismos de financiamiento público y privado y facilidades gubernamentales de los tres niveles de gobierno para llevar a buen puerto la ejecución de los proyectos.

3. Actualizar los procesos y la tecnología de las aduanas mexicanas, para que estén a la altura de las necesidades de estas industrias. La eficiencia en los procesos aduanales puede representar un elemento significativo tanto en la reducción de los ciclos de producción como en los costos finales de los productos. México puede convertir sus procesos aduanales en una ventaja comparativa que, aunada a su ubicación geográfica, sea un diferenciador imposible de superar para otros países.

4. Tener una infraestructura de telecomunicaciones de vanguardia y que esté alineada con las necesidades de estas industrias. Carreteras, trenes de carga, puertos marítimos y aeropuertos deben proveer las condiciones para atender la demanda de las industrias.

5. En materia de capacitación y educación, el gobierno federal deberá trabajar de la mano con las cámaras industriales y representantes de las empresas para desarrollar programas que permitan dotar a la fuerza de trabajo existente de los conocimientos y habilidades necesarios para ocupar los puestos de trabajo que serán ofertados. Se deberán impulsar programas de estudio de carreras técnicas y profesionales que resuelvan las necesidades más específicas y complejas de las nuevas industrias.

6. Los esfuerzos en materia de seguridad pública de los gobiernos federal, estatales y municipales deberán tomar en cuenta la urgencia e importancia que tiene brindar las garantías de seguridad propicias para que las empresas inviertan con confianza y hagan planes de largo plazo; erradicar al crimen organizado, fortalecer las instituciones de procuración de justicia e implementar las reformas correspondientes al marco legal.

7. Contar con la inteligencia oportuna que nos dé un panorama claro y actual del contexto internacional; conocer las necesidades, problemas y preocupaciones de los mercados, industrias y clientes a los que estamos vinculados con los dos países socios. Esto permitirá realizar ajustes, diseñar planes de largo plazo e idear nuevos productos, esquemas, reglas, modelos operativos y leyes que nos mantengan a la vanguardia del comercio en la región de América del Norte y del mundo entero.

La aprobación y la ratificación del TMEC se darán en un momento de alta importancia política para los Estados Unidos de América y Canadá. Ambos países están próximos a iniciar campañas electorales que determinarán quién los gobernará y, por ende, el tipo de políticas que cada uno de ellos implementará. Ante esta incertidumbre, siempre presente en todo proceso político, nuestra nación tiene que permanecer cohesionada, para aprovechar al máximo las bondades otorgadas por el tratado.

Una vez más, hemos demostrado que estando unidos somos más fuertes. Debemos de seguir así, anteponiendo el bien común a cualquier interés o ideología política. Solamente de este modo podremos avanzar hacia la consolidación de nuestro país en la economía mundial y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos y las mexicanas que depositan su confianza en sus autoridades.

ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

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