A la complejidad del tema migratorio en México, deben agregarse nuevos factores que hacen de los flujos migratorios un reto mayor.
En primer lugar, porque llegan personas de diversos países de Centroamérica, en su mayoría. En segundo término, el volumen de esos flujos migratorios ha cambiado con grupos masivos organizados en caravanas; y, en tercer lugar, la migración ha tenido como destino las ciudades de Estados Unidos. Actualmente, México se ha convertido en país de destino para algunos migrantes, por la política migratoria de ese país que criminaliza y restringe la entrada a su territorio.
Frente a este escenario, ¿cuál es la estrategia del gobierno federal para atender los distintos y contantes flujos migratorios, dentro y hacia el norte del país?
En este contexto, se ha planteado una “blanda” Estrategia de protección a Migrantes en Estados Unidos de diez puntos.
Sin embargo, persiste entre la comunidad mexicana migrante, particularmente la que reside en Estados Unidos, la percepción de que el actual gobierno se ha desentendido de ellos (como lo expresó Artemio Arreola, presidente de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois), e incluso se habla de un retroceso, por la disminución de recursos a consulados, recortes al Programa 3X1 para migrantes (A pesar voces que exigen fortalecerlo, como la de Lupe Gómez, líder zacatecano e impulsor de dicho programa).
Igualmente reclaman el silencio ante los ataques de Donald Trump (Exigen respeto a Trump, Carlos Arango presidente del Frente Nacional de Inmigrantes y Erasmo Salgado, líder de los Clubes Unidos Guerrerenses), o la posición de oídos sordos de los representantes del gobierno en los foros consultivos (como el de Nueva York), realizados por el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), al grado de existir solicitud de destitución de su titular, Roberto Valdovinos, a fin de que se elija a un representante auténticamente migrante, como lo han expresado voces calificadas como la de Elvia Yolanda Torres Cosio, Fundadora de Mujer Migrante Líder Silenciosa y líder migrante en Chicago.
No olvidemos que la migración por ser utilizada como bandera política en los procesos electorales de Estados Unidos, ser factor de presión de los gobiernos de ese país y, estar intrínsecamente ligada a la realidad del país, merecería una mayor atención del gobierno mexicano.
Esa atención debe darse con un enfoque distinto, para que el acercamiento a la constante migratoria sea a partir de una política pública que reconozca su complejidad, sea responsabilidad compartida de los países de la región y, priorice el respeto a los derechos humanos con una ética migratoria de los gobiernos.
Mientras no se reconozca al otro México que vive al norte de nuestra frontera y se entienda el inevitable paso de migrantes desde la frontera sur, se continuará atendiendo coyunturalmente el problema migratorio.
Analicemos con seriedad la propuesta de contar con una instancia que encabece una política transversal de atención al migrante, es decir, una Secretaría del Migrante, desde la cual se podría desplegar la estrategia que enfrente el nuevo derrotero migratorio.
