La edad promedio de inicio para el uso de drogas ilegales en México es de 13 a 14 años, según datos estadísticos oficiales, pero los indicios de consumo en niños de entre ocho y nueve años, colocan la situación como un grave problema de salud pública.
“La atención hacia este sector vulnerable debe ser prioridad. Es alarmante la edad en que jóvenes y niños recurren al consumo de drogas que, aunque legales, como el tabaco y el alcohol, siguen estando prohibidas para ellos, eso nos habla de un incumplimiento a la normatividad vigente en materia de venta o de suministro de estas sustancias y otras drogas”, reconoce en entrevista María José Martínez, directora de técnica normativa de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).
El organismo diseña diversas estrategias, en coordinación con otras instituciones, para contribuir a la prevención y control de las adicciones en este grupo de la población, entre ellas, la creación de una campaña en redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram) contra el tabaquismo —puerta de entrada hacia otras drogas, aseguran—, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud. La idea es aprovechar el constante uso del espacio virtual entre jóvenes, para sensibilizarlos.
La campaña se lanzará antes de que termine 2017 y manejará “contenidos llamativos y sencillos” sobre los riesgos y consecuencias del consumo de tabaco y otras sustancias.
“Tomaremos en cuenta las características de esa población para llegar a ella, la industria tabacalera las conoce bien y las usa para atraerla. Sobre eso nosotros tenemos que incidir”.
Martínez destaca que los mensajes de la campaña tocarán también algunos mitos difundidos entre jóvenes sobre el consumo de cigarros, como la idea falsa de que las cápsulas de sabores (que van desde el mentol hasta pepino, chocolate o clavo, pasando por cereza, banana o durazno, entre otros), contrarrestan la irritación de garganta o estómago, o que evitan que el consumo inicial frecuente derive en adicción. Esas diversas presentaciones no son sino ganchos para incrementar la venta del tabaco, una industria frente a la cual, dado su alto presupuesto para publicitarse, reconoce Martínez, es difícil pero necesario, competir.