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Hilario Ramírez Villanueva, Layín, candidato independiente al gobierno de Nayarit, fue protagonista central del grupo de políticos locales protegidos en esa entidad por el ex fiscal general Édgar Veytia Cambero, conocido como El Diablo, quien enfrenta cargos de narcotráfico ante tribunales de Estados Unidos.
De acuerdo con distintas fuentes consultadas por EL UNIVERSAL, esa posición privilegiada dentro del círculo de influencia del ex fiscal Veytia y el desplome de la expectativa electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI), hicieron de Hilario Ramírez el “plan B” del gobierno de Roberto Sandoval para el relevo en la gubernatura nayarita en 2017.
“La red de protección del ex fiscal”, dice en entrevista el ex candidato a la gubernatura de Nayarit y actual diputado federal perredista, Guadalupe Acosta Naranjo, rebasaba al PRI, incluía a algunos empresarios, medios de comunicación y otros partidos. Édgar Veytia ponía candidatos donde se dejaban; uno de ellos, el más identificado, es Layín, añade.
Asegura que Ramírez Villanueva era el “caballo alterno” del gobierno de Roberto Sandoval y de su operador político, económico, mafioso y electoral, que era el fiscal, de quien Layín recibía protección, recursos, apoyo y respaldo”.
Ramírez Villanueva fue requerido hace unos días por la Procuraduría General de la República (PGR) para explicar un desfalco de 255 millones de pesos en sus gestiones municipales, como resultado de las investigaciones publicadas por EL UNIVERSAL.
Pero podría ser todavía un pez vedado a la justicia por la protección de la estructura construida por los barones de la droga dentro del andamiaje de gobierno de Nayarit. Según Acosta Naranjo, “[a Layín] lo protegieron y lo siguen protegiendo…”.
Consultado al respecto, un antiguo operador del gobierno del estado de Nayarit, quien pide mantener su identidad en anonimato, relata que Hilario Ramírez reportaba sus actividades políticas directamente al ex fiscal Édgar Veytia, y que éste financiaba distintas campañas políticas. Aclara: “Sacaron a Veytia, pero la estructura sigue intacta”.
Coincide el ex presidente del PRI nayarita y actual candidato de Movimiento Ciudadano (MC) a la gubernatura, Raúl Mejía González: “Indudablemente la estructura sigue intacta (…). Debemos de limpiar esto, no podemos permitir que la narcopolítica avance más en Nayarit. Es necesario que la PGR investigue e intervenga para blindar a nuestro estado”.
El diputado Acosta Naranjo considera que las historias negras van surgiendo ahora, debido a que hasta hace poco “la gente no podía hablar porque tenían un fiscal de las características de Veytia”. Raúl Mejía corrige: “Todavía hay mucha desconfianza, todavía hay miedo, hay prudencia para hablar, para decir las cosas…”.
En la madriguera
Édgar Veytia tenía —adyacente a su oficina de la fiscalía— una amplia sala de descanso en la que habitualmente comía y la mayoría de las veces pernoctaba, mucho más que en su domicilio. En el otoño de 2013 recibió en esa estancia a un grupo de representantes populares regionales y estatales que acudieron a denunciar negocios ilegales del ex edil de San Blas, Hilario Ramírez.
Para satisfacer a los denunciantes, Veytia mandó llamar a Layín, quien llegó después de una larga espera. El fiscal sermoneó al entonces munícipe sanblaseño en su oficina, desde donde podía ser escuchado por los quejosos y por los empleados.
“Layín estaba en precampaña, con sus escándalos. ‘Ya bájale, Hilario, bájale’, le decía alzando la voz. Ramírez Villanueva reaccionó dócil, muy dócil. Posiblemente era sólo una actuación, porque ellos se entendían”, relata un funcionario estatal de entonces, testigo del encuentro, quien condiciona su testimonio a mantener su identidad bajo reserva, pero el cual fue verificado por editores de EL UNIVERSAL.
También relata que el presunto narcotraficante Édgar Veytia financió campañas de distintos candidatos que se hallaban bajo su círculo de influencia, a quienes otorgó “apoyos” por 60 o 70 mil pesos, así como vehículos. En esto último coincide el diputado Acosta Naranjo, quien expone que, durante su ejercicio como fiscal, Veytia regaló “taxis piratas”.
La estructura
Los entrevistados señalan a algunos de los políticos priístas subordinados al ex fiscal: Fátima del Sol Gómez Montero, alcaldesa de Santiago Ixcuintla; el ex diputado local Luis Emilio González; la diputada con licencia Candy Yescas, sanblaseña, y como candidatos nominados directamente por Veytia, a los actuales aspirantes a las presidencias municipales de Bahía de Banderas, Héctor Santana, y de Tepic, Carlos Saldate Castillón.
Guadalupe Acosta detalla: “La red de protección que tenía Édgar Veytia sobrepasaba por mucho al PRI, tenía que ver con distintos partidos, con algunos empresarios, con medios de comunicación (…). En Morena, Pavel Jarero, alcalde con licencia de Santiago Ixcuintla, y Miguel Ángel Navarro Quintero, candidato morenista al gobierno de Nayarit, tan bravos que son, y ahora que sí había uno de la mafia en el poder no dicen absolutamente nada, andan calladitos, como el propio Layín. Son las viudas de Veytia, andan de luto”.
Raúl Mejía, candidato de Movimiento Ciudadano (MC) al gobierno de la entidad —ex senador, quien renunció al PRI a principios de este año—, explica a EL UNIVERSAL: “Es cierto que el anterior fiscal participaba en política, le gustaba apoyar candidatos e impulsar candidaturas, para efecto de seguir controlando parte del estado, que era su ambición”.
—Candidato, ¿qué tan cierto es que la estructura creada por el ex fiscal Veytia sigue intacta? —se le pregunta.
—Indudablemente sigue intacta, porque simplemente se nombró a una persona que es de toda su confianza como responsable [interino] actualmente de la Fiscalía. Yo pediría que la PGR interviniera e investigara, porque hay mucha desconfianza, todavía hay miedo, hay temor, hay prudencia para hablar, para decir las cosas. También es necesario que los nayaritas despertemos, actuemos [electoralmente] para blindar a nuestro estado y para librarnos de esta pesadilla —comenta.
En efecto, el miedo puede palparse. Al menos 15 personas se negaron a hablar —aun bajo reserva de identidad— de la historia de Hilario Ramírez y de la de Édgar Veytia. Por ejemplo, la diputada Candy Yescas, regidora por tres años en San Blas, contendiente de Ramírez por la alcaldía, diputada por la misma cabecera distrital, respondió a EL UNIVERSAL: “Seré sincera, yo de la familia de Hilario desconozco todo…”. Ahora es vinculada al mismo grupo.
Caballo protegido
—¿Qué tan verosímil es la versión de que el gobernador y el ex fiscal impulsaron la candidatura de Hilario Ramírez al gobierno de Nayarit? —se le pregunta al candidato Raúl Mejía.
—Bueno, todo mundo lo comenta. Hay notas periodísticas de diferentes tiempos que así lo señalan, y quien debería dar la respuesta es el Ejecutivo. Porque el gobernador del estado debe muchas explicaciones.
—Entonces, ¿Hilario Ramírez sigue siendo el ‘plan B’ del gobernador? —se cuestiona al perredista Acosta Naranjo.
—Se les está cayendo, pero de que le apostaron, le apostaron. Contra el municipio de San Blas nunca movieron un dedo. El ayuntamiento de Tepic heredó una deuda del mismo Roberto Sandoval, quien fue alcalde; de Manuel Cota, quien fue munícipe (…). Era de mil 200 millones de pesos. Se amortizó 20% y se sanearon las finanzas, pero a [la Auditoría Superior del Estado] nunca le quitaron el guante de la cara. En cambio, a Layín lo protegieron y lo siguen protegiendo. Era su ‘plan B’, pero no les ha venido funcionando.
Agrega: “Lo cierto es que a Sandoval no le importa mucho [Manuel] Cota [Jiménez, candidato del PRI al gobierno de Nayarit], a él lo que le importa es protegerse. Es tal su afán de protección que quiere dejar a un nuevo fiscal ¡por nueve años! (…), y usó su mayoría para aprobar la convocatoria de ese proceso en el Congreso local”. Raúl Mejía converge en esa posición: “Es una burla para los nayaritas”.
“El patrón de los ojos verdes”
La fortuna política tocó a las puertas de Édgar Veytia y de Hilario Ramírez por las mismas fechas. En el periodo 2008-2011, mientras Hilario Ramírez era el amo y señor del Palacio Municipal de San Blas, en el municipio vecino de Tepic, Édgar Veytia Cambero se desempeñaba como jefe de la Policía Municipal, primero, y después como director de Seguridad Pública bajo la administración del entonces alcalde Roberto Sandoval.
Fue la época en que, debido a la coordinación institucional de los ayuntamientos de esos municipios en materia de seguridad pública, ambos personajes estrecharon sus lazos, primero. Después llegó el segundo periodo de Hilario Ramírez en la alcaldía de San Blas, y Veytia Cambero asumió la Fiscalía General de Nayarit.
Muchas de las relaciones en el grupo de Veytia y del gobernador Sandoval se consolidaron en compadrazgos. Consultado al respecto, el morenista Lenin Guardado dice: “El gobernador Roberto Sandoval le apadrinó los 15 años a la hija de Veytia, es su compadre, y éste le bautizó un bebé a Carlos Saldate, aspirante priísta al gobierno de Tepic”. El equipo de campaña de Hilario Ramírez desmiente que sea compadre “de grado” de Veytia.
Al asumir su segundo periodo como alcalde de San Blas, en septiembre 2014, Hilario Ramírez se deshizo en elogios al gobernador Roberto Sandoval y, aún con más sonoras loas, al entonces fiscal general del estado, Édgar Veytia. Aunque no estaba presente.
Dijo entonces Ramírez Villanueva: “Le doy las gracias a nuestro amigo Édgar Veytia, para que nos apoye con patrullas para los policías, que nos apoye con armamento”.
Un año después, “el amigo Édgar Veytia” acudió a San Blas, con la representación del gobierno del estado, al primer informe de la segunda gestión municipal de Ramírez Villanueva, aquel en que el alcalde echó la casa por la ventana y contrató a Los Tigres del Norte. El fiscal expresó: “Hechos son amores, y en el caso de San Blas, todo el apoyo para su crecimiento y desarrollo”.