Él no es boxeador ni un rival de la lucha libre que salta desde lo alto de las cuerdas. Su escenario es un ring para emprendedores donde él habla de su propia empresa. La primera vez que lo vi todo a su alrededor parecía un juego. En aquel momento, el joven Marc Oyamburu parecía tener muy claro todo lo que decía. Había estudiado teatro cuando era pequeño.

Al ver la seguridad de sus pasos y el modo en que se plantaba el empresario ante la audiencia pocos podían imaginar que de niño su madre lo incitaba a mover la panza en la playa por monedas.

No lo hacía porque fueran pobres, sino porque a ella le preocupaba la timidez de su hijo, y así, pensó ella, a través de un juego en el que podía duplicar las monedas que consiguiera venciendo ser un retraído le ayudaría a construir al hombre seguro que años más tarde estaría sin miedo frente a decenas de personas.

Cuando lo presentaron como director y fundador de Playbusiness, la primera plataforma en línea de inversiones grupales para emprendimientos de alto impacto, lejos estaba la época en que, con tres años (y hasta los seis) Marc Oyamburu había tenido que utilizar esos aparatos ortopédicos que le provocaron muchos episodios de desánimo, pero que luego le abrieron la puerta a un mundo de fantasía que definiría su futuro.

Playbusiness. El creador de tesoros
Playbusiness. El creador de tesoros

Cambiar las reglas

Sentadas en un confortable sofá, en una habitación de las oficinas de Playbusiness, una mujer nacida en España y yo damos vuelta a las páginas de un álbum familiar. En él no sólo se aprecian las típicas fotos de Marc y su hermano, hijos pequeños de ella, Begoña Oyamburu, creciendo en la década de los 90. También se aprecian los detalles escritos en pequeños trozos de papel donde la madre quiso plasmar las primeras palabras, las risas o los malos momentos que vivieron cuando por discapacidad motriz temporal Marc tuvo problemas para caminar, como si tuviera mucho miedo de olvidar los pequeños detalles que vivía en el día a día con su hijo pequeño. Mientras recorre las páginas, ella confiesa haber llegado a tener miedo de que él no viviera mucho tiempo debido a sus problemas de salud.

Él no recuerda esos momentos. Sabe que existieron puesto que ha visto las mismas fotografías una y otra vez; sin embargo, no hay un solo momento de esos años que nuble su memoria. Su madre se encargó de que su infancia fuera lo más divertida y fantasiosa posible.

Hoy Marc tiene 27 años y se ha convertido en inventor de juegos. Estudió Derecho y Economía, pero siempre le gustó no sólo jugar, sino crear reglas nuevas para que otros pudieran sumarse a sus juegos y divertirse con él.

Marc creía que todos podían, como él, con menos de tres palabras, crear un mundo completo de fantasía con reglas propias en un segundo.

“Algo por lo que siempre se han enojado mis amigos conmigo, desde chiquitos, es que siempre cambio las reglas de los juegos, siempre he ido un poco en contra de las reglas, no por ser el pirata que quiere cambiar las cosas, sino porque creo que hay una manera mejor de hacer las cosas, más divertidas”, relata Marc, para quien su padre, Carlos, también resultó una influencia importante. Gracias a él entendió que si no sabía qué carrera elegir debía entonces estudiar la que fuera más difícil, la que le pudiera dar más herramientas para enfrentar la vida, ya luego vería qué hacer con aquellas competencias. Así fue que el joven decidió estudiar, al mismo tiempo, dos carreras.

“Todo lo que aprendes en la vida es una herramienta, no un fin. Estudiar leyes no me hizo ser abogado, sólo me hizo saber de leyes pero no tenía la vocación para litigar en los tribunales.

“Cuando tienes la capacidad de usar todo lo que aprendes en la vida y juntarlo para luego hacer algo que te gusta es cuando nacen cosas grandiosas”, afirma el creador. No deja puerta abierta a la duda, porque conjuga la creatividad y la seguridad que le dio el haber hecho teatro durante toda su infancia con el conocimiento de leyes y economía, más la experiencia laboral adquirida en firmas jugueteras como Mattel y Hasbro.

Marc Oyamburu fue quien creó el primer juego de negocios para ganar en la vida real y este fue Playbusiness.

“Cada persona tiene una naturaleza, inventar juegos es la mía. Todos los días antes de tomar cualquier decisión me pregunto si me divierte o no. Si no me divierte no lo hago, porque no me interesa. Nunca en la vida haré algo que no me divierta porque no es necesario y cuando algo te divierte lo haces mejor justo por eso. Mi premisa es que todo lo que es divertido es exitoso, porque la gente prefiere divertirse a no hacerlo, es simple. No importa qué hagas ni qué industria estés tocando. Esa premisa la trasladé a Playbusiness”, afirma.

Cuando Marc estudiaba en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey descubrió el concepto de gamification (ludificación sería la traducción en castellano) y lo convirtió en un estilo de vida.

“Cuando tú ludificas algo le pones las características que tiene un juego y automáticamente la gente va a hacer lo que tú le digas. De hecho, la institución que lo ha hecho en la historia es el Ejército. Todo lo militar es un juego, tiene rangos, puntos, medallas, reglas, incluso existe la ley militar; es decir, ellos tienen sus propias reglas, no juegan ni siquiera con las reglas de la sociedad. Pero así como en el contexto militar eso puede ser peligroso, si lo haces en el sentido adecuado puede ser muy sano porque puedes hacer que las personas tomen decisiones adecuadas a través de la lógica de un juego”, explica.

Esta es la razón por la que la empresa de Marc se llama Playbusiness, pues el mundo de las inversiones en emprendimientos es muy complicado, lo mismo que la valuación de estos proyectos innovadores, pero si hay alguien dispuesto a enseñarte a jugar, te diviertes y si logras que sea divertido para todos los jugadores entonces todos van a tener éxito. Esa fue la premisa del concepto.

Playbusiness. El creador de tesoros
Playbusiness. El creador de tesoros

¿Qué es Playbusiness?

Cuando pido a Marc que explique en forma simple lo que es Playbusiness sonríe y suspira, porque lo ha explicado cientos de veces pero no se cansa.

“Somos la primera y más grande plataforma de equity crowdfunding (inversiones colectivas) en México. Ofrecemos una nueva forma de financiamiento para startups (emprendimientos de alto impacto) mexicanas e inversionistas de cualquier parte del mundo. Cualquier emprendedor puede subir y desarrollar su idea y, a su vez, cualquiera puede invertir desde 100 pesos mensuales sin la necesidad de ser un inversionista acreditado”.

Sin embargo, a diferencia de plataformas de simple fondeo colectivo, en Playbusiness la gente no se lleva sólo recompensas en productos, recuerdos o reconocimiento por haber apoyado una idea innovadora o creativa. En el modelo de equity crowfunding lo que realmente obtienen a cambio de su inversión es una parte de la misma empresa que están apoyando, es decir, se convierten en inversionistas.

Es por ello que, sin dudarlo ni un momento, Marc afirma que Playbusiness es un juego donde “todos ganan”.

Pero crear las reglas claras le tomó a Marc tiempo y dedicación puesto que se trataba de que todo el diseño de este juego, donde la gente puede hacer dinero de verdad a partir de invertir en ideas innovadoras, estuviera basado en el principio simple de “jugar bien”.

“El principio se llama jugar bien. Cualquier persona que quiera diseñar un juego, ya sea una plataforma de inversiones como Playbusiness o un juego de mesa, debería basarse en ese principio. Las personas jalamos para nuestro lado, es decir, buscamos nuestra conveniencia, sin importar la circunstancia, hacemos lo que nos conviene siempre. El concepto de jugar bien lo que te dice es que tienes que alinear los intereses de las personas para que si alguien quiere jugar mal se dé cuenta de que le conviene menos que jugar bien. Si quieres que las cosas funcionen tienes que crear un sistema en el que jugar mal sea más caro que jugar bien. Si como creador del juego logro que tu interés y el mío reciban más beneficio si jalamos para el mismo lado entonces lo vamos a hacer por naturaleza y adiós a los fraudes, simplemente no va a salir más caro. Nuestras políticas antifraudes están enfocadas a alinear los intereses de todos los que participan en el juego”, indica.

Marc sabe que en todo juego hay perdedores y ganadores. Cuando él dice “todos ganan” se refiere a que si en la primera experiencia de inversión la empresa por la que apostaste no logra sobrevivir la ganancia estará también en el aprendizaje y para la segunda vez sabrás elegir mejor el proyecto por apoyar para ver crecer tu dinero al mismo tiempo que le ayudas a hacer realidad su idea innovadora.

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