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periodismo.investigacion@eluniversal.com.mx
Las aplicaciones para celulares o tablets se han vuelto parte esencial de nuestro día a día. Gran parte del valor de un dispositivo móvil está en las apps que podemos descargar, porque hacen que nuestra vida sea más fácil y entretenida. Dentro de las tiendas virtuales de Apple y Android existen aplicaciones para casi todo: para hacer compras en línea, para consultar el clima, para organizar nuestra agenda diaria, para monitorear calorías, para corredores, para editar fotografías, entre muchos otros usos que ni siquiera imaginamos.
En el mundo de las aplicaciones todo es posible, y para que pasen de ser una idea en la mente de una persona a convertirse en un icono en el celular es necesario el trabajo de un desarrollador de apps como Mauricio Martínez, director general de Arte Facto Estudio, una empresa que, entre otras cosas, se dedica al desarrollo de aplicaciones.
En 2003, Mauricio fundó Arte Facto Estudio, en colaboración con Néstor Gómez, quien es su socio. Juntos empezaron una compañía que se dedicaba a la creación de páginas web y a la edición de video. En 2005, tras la aparición de la tienda de Apple y con el surgimiento de las aplicaciones, vieron la oportunidad de diversificar sus servicios.
“Cuando empezó la tienda de apps de Mac no había tantas especificaciones para crearlas y se podía subir cualquier tipo de contenido. Podías hacer tus propias aplicaciones con el kit de desarrollador de Mac, aunque no estuvieran en la plataforma de Apple. Así que se nos ocurrió crear contenidos propios. Empezamos a hacer apps de entretenimiento para familiarizarnos con el lenguaje, nos apoyamos de gente que trabajaba con nosotros y que tenía conocimiento de programación en gráficos y así empezamos a experimentar”, recuerda.
¿Quién está detrás de las descargas?
Para ser un desarrollador de aplicaciones hace falta la combinación perfecta entre conocimientos de diseño y de programación. Cualquier ingeniero en sistemas o alguien con experiencia en programación puede aventurarse a entrar en el mundo de las aplicaciones, acompañado siempre de alguien que esté capacitado para diseñar, puesto que el éxito o el fracaso de una aplicación depende, en gran medida, de la parte visual; es decir, de la experiencia que el usuario tenga con la app.
Por esta razón, en Arte Facto se dividen en dos áreas: la de diseño y la de programación. Como director general, Mauricio supervisa que el proceso de desarrollo de la aplicación se lleve de manera adecuada en cada una de las etapas.
Mauricio asegura que lo más importante al momento de desarrollar una app es saber perfectamente qué es lo que quieres lograr con ella y qué le ofreces al usuario que no le ofrezca otra de las miles de apps que hay en el mercado. Para él, esta parte se vuelve más complicada cuando realiza aplicaciones por encargo que cuando las desarrolla por cuenta propia.
“Si es un proyecto pagado es un poco más lento por el ir y venir de ideas y por las diferentes propuestas. Cuando es interno es un poco más rápida la toma de decisiones, pero una vez establecidas las utilidades que quieres que tenga tu aplicación el proceso es igual para todas”, comenta el experto en apps.
Sentado en la silla de su escritorio, Mauricio señala un diagrama de una aplicación para la empresa telefónica Movistar que se encuentra colgado en una pared, y explica el proceso de desarrollo de una aplicación:
“Primero se empiezan a hacer diagramas de flujo que representan el diseño de las conexiones de servicio web, de programación o de experiencia de usuario, para después hacer una propuesta gráfica de cómo luciría la app una vez hecha. Se realiza un prototipo en papel, donde se revisa qué es lo que le pudiera faltar visualmente, y es ahí donde se detectan detalles como que un botón está muy grande, que una imagen está muy pequeña, que tal cosa no se nota y se debería reubicar”, explica.
Diseñador de profesión, Mauricio se involucra de lleno en esta primera etapa del proceso. Si se trata de apps de entretenimiento, como juegos, además del diseño de la interfaz del usuario el equipo debe crear todo el arte del juego, es decir, diseñar los personajes, los paisajes, los colores y todo lo relativo al ambiente que verán en sus celulares quienes descarguen la app. Una vez aprobado el diseño se empieza la parte de la programación.
“En esta etapa es fundamental saber si es para móviles o para tablets porque es diferente para ambos. Posteriormente se va programando todo por partes y se va revisando cómo va el desarrollo de la app hasta que generas toda la aplicación completa. Una vez que se termina, pasa por un periodo de testeo, donde se le hacen tests de usabilidad, es decir, se revisan los pequeños detalles que podría tener la aplicación, las cosas que se podrían descomponer por mal uso del usuario, entre otras cosas”, comenta Mauricio.
Además de hacerle pruebas internas, para realizar diagnósticos de calidad más exigentes Arte Facto Estudio contrata empresas externas que se dedican a probar las aplicaciones con usuarios reales, y una vez que todos los detalles son corregidos y se tiene la certeza de que la aplicación está lista se manda a las tiendas iOS de Apple o a las tiendas Android para que la revisen y la aprueben.
“Revisan que no tenga contenido inapropiado, que no haya cosas de la aplicación que afecten la funcionalidad de los teléfonos, que la información de los usuarios esté bien protegida. Para finalizar el proceso de desarrollo, una vez que pasa la aprobación de las tiendas debes comprar una licencia anual para poder subir tu aplicación a las tiendas de apps. Dependiendo el tipo de licencia es la distribución que le puedas dar a tu aplicación”, explica el director de Arte Facto.
Mauricio comenta que una parte importante del proceso de creación de aplicaciones es la parte de la conectividad a web, que tiene que ver con información de servicios, bases de datos y contenidos dinámicos.
“Para que la aplicación no resulte tan pesada y se descargue rápido se hacen contenidos muy dinámicos. Toda la información de la aplicación debe estar en una nube, se generan estos web services para que cuando abras tu aplicación mande a llamar a esos links, esa información, y la interacción sea más fácil y rápida”, detalla el especialista.
Costos y beneficios
Desarrollar una aplicación para una empresa o porque se tiene una buena idea puede parecer tentador, pero hay muchas cosas que se deben considerar antes de lanzarse a la aventura de crear una: los costos para desarrollarla pueden ir desde los 50 mil hasta el millón de pesos, dependiendo de las funciones que se quieran implementar. Por ejemplo, si se desea que tenga geolocalización o que se puedan hacer notas a mano incrementa el costo. Entre más simple sea la aplicación menor es la inversión, tal como cuenta el equipo de Arte Facto.
Además de los costos de desarrollo de la aplicación se deben considerar los costos para publicitarla, ya que, según comenta Mauricio, quien tiene más de 10 años de experiencia como desarrollador de apps, es otra inversión importante. “Se debe invertir un buen presupuesto en publicidad para darle un impulso a la app, para que se conozca y no se pierda entre tantas aplicaciones que existen. A veces esos costos pueden ser mayores que las utilidades que reporta la aplicación, por lo que se debe pensar muy bien antes de mandar a hacer una”, asegura.
A pesar de que cualquiera puede mandar a desarrollar una aplicación, no todas las empresas o personas son aptas para hacerlo.
“Recordemos que una app es algo que el usuario descarga porque le sirve para algo, porque va a sacar una ventaja de ella, porque mi móvil va a ser más útil. Por estas razones necesitas ofrecer a las personas funcionalidades adicionales a las de su dispositivo, como una lámpara que prenda o más filtros para tu cámara. Siempre pensar a qué tipo de usuarios va dirigido. Si deseas un juego, puedes desarrollar uno muy simple pero muy entretenido y entonces tendrá éxito porque, aun con la publicidad, si una app no es buena no pega”, señala el experto.
Como desarrollador de aplicaciones, Mauricio señala que hay una situación que es difícil para quienes se dedican a este oficio y es la falta de educación y entendimiento del proceso de parte del consumidor, pues muchos piensan que desarrollar una app es fácil y económico.
“La gente estaba acostumbrada al desarrollo web donde tenías tiempos de respuesta muy rápido, pues te podían entregar una página grande en dos o tres meses, pero para las app el proceso es más lento. Debes revisar muchos detalles que son tardados, pero la gente aún no entiende que es un conocimiento más específico, que no hay tanta gente que sepa hacerlo y que los costos de desarrollo no son baratos”, explica.
Para quienes decidan que una aplicación es lo que necesitan, Mauricio señala que son varias las formas en que se pueden obtener ganancias. “Por un lado, está la forma más fácil y clásica, que es cobrar por la descarga, lo que representa ganancias directas, aunque las tiendas tanto de Apple como de Android se quedan con un porcentaje de aproximadamente 15%. Otro método de comercializar es poner publicidad en tu aplicación o cobrando por funciones extra cuando la aplicación es gratuita”, comenta.
Este experto en el mundo de las aplicaciones asegura que además de todos los elementos mencionados lo más importante de una app es que la experiencia de uso sea grata para el usuario y que tenga un diseño atractivo.
“Es muy importante que quien la use se sienta cómodo con ella. Un buen desarrollador de apps debe cuidar cada detalle y llevar la programación de la mano del diseño para que sea una aplicación completa y se coloque en el gusto de la gente”, concluye Mauricio.