Un reporte desclasificado de la DEA, denominado Áreas de influencia de las organizaciones criminales en México, en manos de este diario, destaca que el CJNG no tenía control del tráfico de droga en ningún estado de México hasta el año 2014. Para 2015 en el mapa de la organización delictiva figuraba el control en nueve estados de la República: Jalisco, Michoacán, Nayarit, Guanajuato, San Luis Potosí, Oaxaca, Chiapas, Baja California Sur, y la llamada corona de la droga, por su ubicación geográfica estratégica: Baja California.

Para el secretario de Seguridad Pública de Baja California, Daniel de la Rosa Anaya, el incremento vertiginoso se relacionó con una alianza que formaron con el Cártel de los Arellano Félix, y que desde la década de los 90 controlaba el tráfico de droga en el noroeste de México.

El reporte de la DEA exhibió que desde 2015 el CJNG estaba traficando droga por toda la costa oeste de EU y la única frontera por la que logró ingresar fue Tijuana.

San Ysidro, Riverside, Sacramento y San Francisco, en California, Reno en Nevada, y Seattle en el estado de Washington, son los puntos de distribución del cártel.

Personal del área de inteligencia de Seguridad Pública de Tijuana dijo a este diario que el Cártel de los Arellano Félix le permitió al CJNG ingresar por Baja California e inundar ciudades de la costa oeste hasta la frontera con Canadá, lo que le generó ganancias millonarias y la expansión de la organización en un año por todo México.

El cártel es liderado por el narcotraficante Nemesio Oceguera Cervantes, alias El Mencho, un michoacano que hasta la fecha no han podido capturar las autoridades mexicanas, que alguna vez estuvo detenido en EU y también lo dejaron en libertad.

Documentos de la Fiscalía Federal de California y de Washington, en poder de EL UNIVERSAL, destacan que El Mencho y su cuñado, Abigael González, fueron detenidos a principios de la década de los años 90 en California, por tráfico de droga. Sin embargo, tras cinco años de sentencia el capo fue puesto en libertad y deportado a México.

Años más tarde, fundó el CJNG con su cuñado, Abigael González, quien fue detenido en 2015. En la acusación de Abigael González en una corte federal de Washington, posicionan al cártel como uno de los más grandes de México, responsable del tráfico de cocaína de Colombia a EU, Australia y Canadá.

En un periodo de sólo 12 meses, lograron vender tanta cocaína que les generó ganancias por 10 millones de dólares. Una vez detenido Abigael, El Mencho le declaró la guerra al Cártel de Sinaloa y la frontera que eligió arrebatarle fue la ciudad de Tijuana.

En ascenso

En septiembre pasado, el gobernador de Baja California, Francisco Vega de la Madrid, fue cuestionado sobre la guerra que libran el Cártel de Sinaloa y el CJNG, y el mapeo presentado por la DEA sobre su expansión vertiginosa.

El hombre de bigote prominente y rojizo, antes de contestar trastabilló y luego lanzó una pregunta a la reportera:

—¿Está usted segura? —y se contestó de golpe con un “yo no”.

Ese día, Vega de la Madrid, político panista, consideró que las estadísticas eran injustas y negó que la violencia hubiera regresado a Tijuana; apenas habían pasado unas semanas del asesinato de un empresario en el lobby de un hotel Marriot. Tres meses después, se han registrado en las últimas cuatro semanas 73 asesinatos.

La Fiscalía estatal confirma que los enfrentamientos se han dado por el control en la venta de droga en la frontera, y tras una alianza del Cártel de los Arellano con el CJNG para arrebatar el control al Cártel de Sinaloa.

Noviembre arrancó con la escena de un hombre colgado de un puente del centro de la ciudad: a las 10:00 de la noche, en una de las vialidades más transitadas.

Decenas de personas se aglomeraron para mirar la silueta del cuerpo que se oscilaba sutilmente. Esa noche en la frontera, la nueva guerra se avivó.

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