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Otis Johnson había estado recluido en una cárcel desde 1971 y dejó de tener contacto con su familia a finales de los 90, por lo que no sabía lo que ocurría en el mundo exterior. Al salir de prisión 44 años después, descubrió que el mundo era prácticamente otro.
“Todo el mundo hablaba consigo mismo.Pero los miré de cerca y vi que llevaban unas cosas en los oídos, 'iPhones', lo llaman. Primero pensé que todos se habían convertido en agentes de la CIA", explica sorprendido a la cadena de televisión Al Jazeera.
Otis también se sorprendió al darse cuenta de las múltiples bebidas de colores que existen en las tiendas y las “divertidas” comidas que se venden. Y aunque para Johnson no ha sido fácil, parece que poco a poco se está adaptando al mundo de hoy.