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Hace apenas 10 minutos que Romi llegó a su casa después de un paseo por el Parque México. Ante la mirada atónita de Alexander Segovia su perrita comienza a vomitar y a defecar. Mientras su dueño trata de limpiar, Romi corre agitada por todo el departamento, choca con los muebles y, finalmente, antes de que Alexander pueda asimilar lo que está pasando, su Pitbull de 10 meses sufre un paro cardiorrespiratorio y muere. Es el primer día del mes de octubre.

El 3 de octubre, durante la limpieza realizada por personal de la delegación Cuauhtémoc, una bolsa de plástico con pollo es hallada en una de las jardineras del parque. Se trata de una carnada según denuncias públicas de los vecinos en redes sociales. A partir de ese día otros señuelos serán encontrados en la semana siguiente en distintos parques de la ciudad.

El hallazgo de estos cebos, las acusaciones de más casos en otros puntos de la demarcación, así como el hecho de que 20% de los vecinos estén en contra de la presencia de perros en algunas colonias, según cifras de la Cuauhtémoc, orilla a los afectados a descartar la posibilidad de que la muerte de sus canes sea un accidente, como lo apuntó el gobierno capitalino.

Al menos nueve de los 18 casos han levantado una denuncia formal ante el Ministerio Público por el delito de maltrato animal. Ellos buscan que se encuentre y castigue al culpable, pues aseguran que es alguien que lo hizo con “toda la intención”.

En una averiguación previa, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) señaló que el envenenamiento podría haberse dado de forma accidental cuando los animales consumieron un veneno aplicado por restauranteros de la zona para controlar una plaga de ratas. Los dueños de los perros que murieron y otros vecinos de la colonia se manifestaron molestos por la insinuación de un envenenamiento casual, pues aseguran que ningún veneno común para ratas podría matar de la forma tan veloz y violenta como lo hizo la sustancia que sus perros ingirieron.

Así opinan también los veterinarios que atendieron los casos de envenenamiento. Ellos no descartan la posibilidad de que se trate de un accidente, pero ninguno ha podido explicarse la forma tan rápida en que ha actuado el veneno en los casos del Parque México, lo cual sí les parece extraño. “El uso de raticidas siempre es considerado como una causa probable de intoxicación, aunque en estos casos sí nos sorprendió lo rápido que actúa, pues en menos de una hora los perritos fallecieron, un raticida común tendría que ser ingerido por mucho tiempo o en grandes cantidades para matar de la forma en que lo ha hecho este veneno”, explica Berenice Nidome, de la veterinaria Animalia.

Una pista con olor a pollo

Ante la alerta de que Romi no era el único caso de envenenamiento en la Condesa, Alexander creó la página en Facebook Cuidando a Nuestros Perritos, donde otros casos comenzaron a ser denunciados y también la aparición de posibles carnadas en otros parques de la ciudad.

El 3 de octubre, Javier Hidalgo, funcionario de la delegación Cuauhtémoc, dio a conocer a los afectados, durante una junta en el Parque México, que habían encontrado una bolsa con pollo durante la limpieza y que había sido confiscada por el Ministerio Público (MP) con el objetivo de determinar si tenía relación con los hechos.

Lorena Vázquez, quien perdió a Teddy y a Lukas después de un paseo por ese parque, declaró haber encontrado pollo en las heces de sus perros, aun cuando no comían este alimento.

Aunque los resultados de los análisis al pollo encontrado en la bolsa no han sido dados a conocer, un día antes, el 2 de octubre, Angélica Cruz Arana, amante de los perros y vecina de Jardines de San Mateo en Naucalpan, denunció en redes sociales que en el Parque 5 de Mayo de la misma demarcación habían encontrado piezas de pollo envenenado, el mensaje fue difundido por el grupo Brigada del Parque conformado por vecinos que pasean a sus perros en ese lugar, fueron ellos quienes hallaron y retiraron las carnadas además de alertar a los visitantes con un cartel a la entrada del parque.

El 3 de octubre, la asociación Dulces y Detalles, que rescata perros de la calle para darlos en adopción, dio aviso sobre una nueva alerta por carnadas halladas en el Parque 5 de Mayo y, esta vez, también en el Parque Prados de Coyoacán. Según la información de la alerta, además de pollo se encontró pan con mermelada que tenía esparcido un extraño polvo azul.

Alimentos sospechosos

En la página de Animalia Adopta también se emitió un mensaje de alerta por el envenenamiento de cachorros en la Condesa. En esa página, Paola Bragado denunció haber encontrado “salchichas con una sustancia desconocida en su interior”. Aunque no presentó la evidencia al MP y se desconoce si se trataba de algún cebo, especificó que la carne fue encontrada en el circuito Ámsterdam, por donde también pasearon algunos de los animales envenenados.

Por su parte, el 7 de octubre, Juan Carlos Garduño alertó en Cuidando a Nuestros Perritos la aparición de un sospechoso “pedazo de carne de res” en la calle Parras de la Condesa. Una foto del trozo acompaña la advertencia y la alarma de que sus perros estuvieron a punto de comerlo y lo retiró de la zona.

Además de las advertencias de quienes encontraron estos alimentos, se hallaron otras sustancias que alertaron a los vecinos.

Como resultado de las revisiones en el Parque México, se encontró una bolsa de plástico con pastillas color rosa. También se detectó la presencia de polvo blanco, ambas pistas aparecieron en las jardineras aledañas a dicho parque. Casualidad o no, las pastillas rosas fueron halladas en una jardinera de la calle Ozuluama, donde ocho de los nueve perritos que murieron se detuvieron a oler con insistencia y donde uno de ellos ingirió una pastilla color negro.

El Manual en caso de Envenenamiento de Animales Domésticos y Silvestres, del Proyecto Life Naturaleza Antídoto, señala distintos venenos que pueden ser utilizados para envenenar plagas y que pueden ser consumidos de manera accidental por mascotas. Ahí se establece que al menos cuatro de los siete venenos más comunes se presentan en forma de polvo blanco. En tanto que sustancias como el anticoagulante, indica el estudio, pueden presentarse en forma de polvo azul o bolitas rojas-fucsia, como las que aparecieron en la Condesa y en Naucalpan.

Aunque en la mayoría de los casos se desconoce cómo fueron envenenados, se tiene la certeza de que al menos uno se intoxicó con una pastilla ubicada en una jardinera de la calle Ozuluama. Es Milagro Velasco, dueña de Cosmo, quien afirma que su perro murió por ingerir una pequeña bola negra que encontró en esa jardinera. Cuando notó que el perro tenía algo en la boca, trató de sacarlo, pero el can lo tragó sin que ella pudiera hacer nada. Dos horas después, Cosmo estaba muerto.

De acuerdo con el manual de Proyecto Life Naturaleza Antídoto, los principales venenos con los que una mascota puede intoxicarse son químicos como los organofosforados, organoclorados, anticoagulantes, fosfuro de zinc o estricina, compuestos presentes en raticidas o insecticidas de uso doméstico.

El estudio señala que en dosis normales para eliminar una plaga, la muerte accidental en mascotas ocurriría en un lapso que va de más de una hora, hasta 12 horas después de la ingesta. Ninguno de ellos mata tan eficazmente como el veneno de la Condesa.

Médico de profesión, Alexander, dueño de Romi, opina que un raticida normal no es el causante de las muertes que hoy los acongojan. “Estamos hablando de un veneno que los mata a los 20 o 30 minutos de haberlo ingerido, y de una forma potente y violenta. Tiene que tratarse de algún veneno industrial o modificado para que provoque esas reacciones, por eso no puede ser un accidente, un veneno común para combatir ratones no provoca el daño del que fuimos testigos”, sentencia.

Condesa, ¿amigable con los animales?

Hace siete meses inauguraron en el corazón del Parque México un área exclusiva para perros. Con mil metros cuadrados y una inversión de un millón de pesos, fue uno de los logros más presumidos de la administración pasada.

“La Condesa se estaba jactando de que estaba a la altura de esas ciudades como Nueva York o Barcelona, donde también se contaba con lugares especiales para que los perros pudieran pasear y disfrutar, era un orgullo de la colonia, una muestra de que estaba a la altura de las mejores ciudades del mundo, pero con esto que está pasando hemos demostrado que estamos lejos de estar al nivel de esas ciudades”, comenta Alexander, quien solía pasear en este parque a su juguetona Pitbull.

Aunque para muchos el área para perros fue sinónimo de vanguardia, no todos vieron con buenos ojos la aparición de un espacio que atraía más perros. Alexander comenta que las versiones sobre quién podría estar detrás del envenenamiento de los cachorros son variadas.

“Se ha dicho que son vecinos que están en contra de que la colonia se llene de perros bajo el argumento de que sus heces están por todas partes. También se ha manejado la versión de que es un regalo que la administración pasada le dejó al nuevo gobierno, la más absurda de todas es que fue un accidente, eso no lo aceptamos” dice Alexander.

Para él, la idea de vecinos inconformes no es descabellada. “me ha tocado escuchar a gente que tiene perros decir que ya son demasiados, que la gente es inconsciente, que el parque ya está infestado. A mí me parece muy grave que un pensamiento así venga de alguien que tiene un perro, si eso piensan ellos no me extraña que haya quien sea capaz de ponerles veneno”.

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