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En los expedientes desclasificados por la Procuraduría General de la República (PGR) se encuentra una carta que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) le envió al entonces procurador Jesús Murillo Karam. En ésta le reclaman que entre el 6 y el 15 de noviembre de 2014 las autoridades hayan dejado sin custodia el basurero de Cocula, donde supuestamente fueron incinerados los normalistas de Ayotzinapa.

La misiva señala que durante ese lapso “41 casquillos percutidos fueron colocados por alguna persona, todos juntos debajo de una piedra”.

Los antropólogos argentinos le reprochan a Murillo que no haya respetado el acuerdo de realizar esas tareas juntos.

La carta fechada al 29 de enero de 2015 detalla que entre el 6 y el 15 de noviembre de 2014 el basurero de Cocula se quedó sin custodia las 24 horas del día y que justo en ese lapso se vio a personas ajenas a la investigación caminar libremente por la zona.

Luego de ello aparecieron amontonados, debajo de unas piedras, 41 casquillos percutidos que fueron incluidos por la PGR en la averiguación.

En la misiva se expone que los casquillos fueron detectados por peritos de la propia PGR, durante una diligencia realizada el 15 de noviembre, sin la presencia del EAAF; esto a pesar de que había un acuerdo previo donde se comprometían a realizar juntos estos trabajos.

El documento, que forma parte de la averiguación previa abierta del caso Ayotzinapa, está firmado por una criminalista y una antropóloga de quienes fueron reservados sus nombres, por protección de datos personales.

“El hecho de que 41 casquillos hayan sido hallados todos juntos, debajo de una piedra, deja en clara evidencia que los mismos no son producto de la disposición que debería darse al ser eyectados o extraídos de un arma de fuego que fuera disparada en el lugar, sino que fueron colocados por alguna persona en ese lugar”, se acusa en el documento.

Y prosigue: “En opinión del EAAF, ésta sería la única forma en que 41 casquillos percutidos por la misma arma, como fuera informado en el Dictamen del Departamento de Balística (Folio 84513, elaborado en el marco de la Averiguación Previa 871), puedan quedar amontonados todos juntos entre las piedras en un mismo lugar”.

El EAAF expone que durante el lapso en que el basurero permaneció con lo que la PGR llamó resguardo “intermitente”, la custodia del lugar fue claramente interrumpida.

Así, la carta de tres páginas finaliza: “El EAAF no puede tener certeza del origen y/o vinculación de los indicios recolectados el día 15 de noviembre de 2014 con los eventos investigados. Lo anteriormente expuesto tiene su fundamento en que el sitio quedó por un tiempo prolongado sin custodia y/o seguridad, y en que los peritos del EAAF no estuvieron presentes en esta segunda intervención (15/11/2014), por lo que  no  podemos dar fe de que estos indicios recolectados en el lugar, y que no fueron hallados en la primera intervención llevada a cabo entre los días 26 de octubre al 6 de noviembre del mismo año, tenga relación con los hechos investigados”.

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