La Fuente de Petróleos y un circuito del Bosque de Chapultepec conforman la panorámica que relaja a nuestro entrevistado en medio de álgidas discusiones sobre el futuro de la banca extranjera en el país. Desde 1980, el abogado Luis Nicolau Gutiérrez se ha codeado con los banqueros más importantes.

Fue testigo de la frase emblemática del ex presidente José López Portillo: “Defenderé el peso como un perro”, que aducía un supuesto complot de la banca contra la nación. Treinta y cinco años después, Nicolau se dedica a ayudar a bancos extranjeros a establecerse en México y a la colocación de empresas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

“Nunca hubo un complot de la banca contra México. La banca está comprometida con intereses económicos y, en consecuencia, lo que buscaba era defender los intereses de sus clientes. ¿Por qué la banca los ayudó a que convirtieran su dinero de pesos a dólares y lo sacaran del país? Sencillo: había una incertidumbre y el sector público había sido tremendamente ineficiente”, comentó.

Un librero pegado de piso a techo simula la pared más grande del salón. Al fondo hay dos pinturas. Se trata de los fundadores del despacho Ritch Mueller, del cual Nicolau es uno de los 11 socios actuales.

“Lo peor de la nacionalización de la banca es que en México se perdieron dos generaciones de empresarios. Si nos comparamos con Brasil, hay menos conglomerados”, evalúa el compañero de pupitre de Fernando Gómez Mont y otros políticos panistas en la Escuela Libre de Derecho.

Entre sus clientes actuales está el banco Goldman Sachs, que en breve iniciará operaciones en México.

Encabezó operaciones como la adquisición de Hylsamex, por parte de Techint, y asesoró a JP Morgan Chase y Morgan Stanley.

“El proceso es interesante porque no sólo implica ayudarles a caminar por la regulación mexicana y a entender cómo establecer sus oficinas, muchas veces sirves como traductor cultural en cuanto a la forma más eficiente y prudente de tener una relación profesional con los reguladores mexicanos”, admite quien fuera abogado del Grupo Financiero Santander en la venta de su Afore y en la compra de su participación en el capital de Bank of America

¿Y cuál es “esa forma”?

—Por formas quiero decir que hay determinadas cortesías y reglas que tienen que seguirse al tratar con un regulador mexicano. Y otras que son de fondo. Los reguladores mexicanos, igual que en otros países, no siempre te dicen claramente lo que quieren, sino que más bien te dejan entrever cómo les parecería correcto que tú lleves a cabo tus operaciones.

En esa medida, sólo con el tiempo entiendes esas señales implícitas, que no están escritas en blanco y negro, pero que te invitan a que actúes de una manera u otra.

Porta una sonrisa afable. Ha heredado las formas de comportamiento de los banqueros. Con discreción, pero con el tiempo necesario para que su interlocutor vea el ademán, mira su reloj para indicar que la conversación está por concluir.

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