Cuentas bancarias en Estados Unidos congeladas. Casas confiscadas. Visa y entrada al país del norte denegada. Sin acceso comercial con ninguna empresa o ciudadano norteamericano.

Estos son algunos de los puntos a los que se enfrentarán a partir de hoy Rafael Márquez y Julión Álvarez .

Para el cantante representa la cancelación de cualquier presentación en el país del norte y no podrá obtener regalías por parte de empresas de streaming como Spotify o Itunes.

Además de que sus empresas Noryban Productions, Ticket Boleto o JCAM editora musical, quedan fuera de cualquier negocio.

En el caso de Márquez, los negocios que no podrán entablar ninguna relación comercial con compañías norteamericanas son: la escuela de Futbol Rafael Márquez, el Grupo Deportivo Márquez Pardo, el Grupo Deportivo Alvaner, la Fundación Futbol y Corazón, el Grupo Terapéutico Hormalral, el Grupo Nutricional Alhoma, Prosport&Health Imagen, Servicios Educativos y de Negocios y Grupo Terapéutico de Puerto Vallarta.

En el momento en el que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos los incluyó en la lista de la Oficina para el Control de Bienes de Extranjeros (OFAC) y los ligó con Raúl Flores, narcotraficante especialmente designado de conformidad con la Ley de Designaciones de Cabecillas Extranjeras (Ley Kingpin) y su organización criminal, los nombres de estos dos mexicanos quedaron vetados en el país del norte.

Hasta 2015, se tenía el registro de 105 casos de México que lograron salir de esta famosa “lista negra” y quitarse la etiqueta que los colocó junto a los capos más peligrosos del país. El registro es de 64 ciudadanos y 41 empresas. El proceso es tortuoso y agotador. En promedio, se pueden tardar hasta seis años juntando las pruebas necesarias para demostrar que no existe ninguna relación con algún criminal.

El primer escalón es el más complicado: un abogado norteamericano tiene que estar autorizado para llevar el caso. Esto, como consecuencia, trae uno de los principales obstáculos. “Casi ninguno quiere defenderte porque supuestamente tus recursos son ilegales”, asegura un mexicano que fue acusado en 2009 y logró salir en 2012.

La primera vez que se tuvo el registro de un mexicano que salió de la lista de la OFAC fue el 28 de septiembre de 2006, fecha en la que un joven de 37 años, originario de Baja California, fue designado como parte de la red financiera que apoyaba al cártel de los hermanos Arellano Félix. Necesito dos años y medio para que Estados Unidos decidiera que no existían elementos que lo hicieran permanecer en esa lista.

Al caer en la lista de la OFAC, ningún ciudadano o institución bancaria de Estados Unidos puede hacer transacciones económicas con aquellas personas o empresas enlistadas, como lo son el artista Julión Álvarez y el futbolista Rafael Márquez.

No solo eso, sus nombres también pueden ser vetados por bancos como Grupo Financiero Banamex, uno de los tres mayores bancos de México, y que fue comprado en agosto de 2001 por Grupo Financiero Citigroup, compañía estadounidense que es considerada como la mayor empresa de servicios financieros y que tiene que cumplir con las normas de la OFAC.

Además, diversas instituciones como American Express Bank, J.P. Morgan, Bank of America, entre otras, también tienen oficinas en tierra azteca. Por lo que cualquier trato en territorio mexicano podría ser eliminado.

En abril de 2015, el entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray, anunció en Washington que México comenzaría una lista para bloquear la participación de individuos o entidades asociadas al narcotráfico en su sistema financiero. Uno de los principales cambios, de acuerdo al funcionario, sería que “toda persona o empresa que aparezca en la lista de la OFAC o en la lista de la ONU estará impedida para realizar operaciones con bancos, casas de bolsa o cualquier institución del sistema financiero regulado por la Secretaría de Hacienda.”

Después acotó que México determinaría que nombres de esas listas se incluirán en la nacional.

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