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Entre 2010 y 2015 murieron 78 mil mexicanos cada año, en promedio, como consecuencia de los tumores en su cuerpo. El cáncer es considerado la tercera enfermedad más mortal en el país. En 2015 cerró con la cifra más alta en los últimos seis años: 85 mil 196 decesos provocados por alguna célula cancerígena. En el caso de los hombres, el más mortífero fue el de próstata, mientras que en las mujeres el de mama.
En Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Baja California Sur, Nayarit, Ciudad de México y Aguascalientes, uno de cada cinco fallecimientos fueron por algún tipo de cáncer, según las últimas estadísticas de mortandad del Inegi.
“Se le conoce como cáncer por la palabra cangrejo, que es como si algo se adosara al cuerpo”, explica el doctor Abelardo Meneses García, director del Instituto Nacional de Cancerología. En México, 15 de cada 100 muertes que se reportaron en 2015 fueron por esta enfermedad. Su letalidad la posiciona sólo por debajo de la diabetes y el infarto.
En 2013, Ricardo Hernández observó las llamadas de atención que le hacía su cuerpo. Durante meses notó que se levantaba con mayor frecuencia a orinar por la noche, además el flujo era más lento y débil. Pero estos síntomas los achacaba a su edad. A sus 62 años nunca había padecido nada más allá de un resfriado.
El primer chequeo lo llevó al área de Oncología del Centro Médico del Instituto Mexicano del Seguro Social. El diagnóstico lo devastó: cáncer de próstata. “Los médicos me dijeron que el cáncer estaba en un nivel agresivo y que había que tratarlo. Fue muy impactante. Me bloqueé completamente. No podía creer que estaba viviendo eso”, recuerda Ricardo.
Uno de cada siete hombres en el mundo será diagnosticado con este tipo de cáncer, de acuerdo con estudios del IMSS. Los factores de riesgo más comunes son la obesidad, tener 50 años o más y antecedentes del padecimiento en familiares cercanos. El mismo año en que Ricardo se enteró de su enfermedad, 6 mil 22 hombres murieron por esta misma causa.
Hernández no es ajeno a este padecimiento. En 2006, su padre, de 90 años, falleció por el mismo mal cancerígeno, pero él nunca estuvo preparado para repetir la historia. “El factor hereditario sólo representa 10% de todos los tumores malignos”, asegura el doctor Meneses.
Los datos muestran que las muertes por algún tipo de tumor presentaban un incremento a nivel nacional de 2 mil reportes entre 2010 y 2013. En 2014 incluso hubo una disminución de 4 mil 700 decesos, pero 2015 cambió el panorama. La cifra aumentó 9 mil 350 muertes con respecto a un año anterior.
Una de las probables causas de este aumento es que “en la actualidad es más viable hacer un diagnóstico. Antes muchas personas fallecían de cáncer sin que supiéramos que esa era la causa principal”, asegura la oncóloga Zuratzi Deneken, miembro de Fucam, A.C.
Cuatro de cada 10 muertes reportadas en 2015, es decir, 33 mil 387, fueron mexicanos de entre 51 y 70 años. El cáncer de mama y en el cuello del útero en las mujeres y de las vías respiratorias en los hombres encabezaron la lista de fallecimientos, con 6 mil 368 de los decesos de ese año, según el Inegi.
Las mexicanas parecen ser más propensas a tener este padecimiento incurable. Aunque la diferencia es menor, de acuerdo con los registros de Inegi, hay un mayor porcentaje de muertes femeninas por algún tipo de tumor. De 2010 a 2015 fallecieron 240 mil 134 mujeres, casi 10 mil casos más que los hombres.
En el último año de los registros (2015), las células cancerígenas en mama, en el cuello del útero, el hígado y vías biliares, el estómago y vías respiratorias fueron las causas de muerte de cuatro de cada 10 mujeres, es decir, 18 mil 902 fallecimiento por estas variaciones de cáncer.
En los hombres, el principal padecimiento son los tumores malignos en la próstata, seguido de las vías respiratorias, el estómago y el hígado y vías biliares; 40% de los mexicanos que murieron en 2015, es decir, 17 mil 126, fueron como consecuencia de estos tumores.
“El consumo de tabaco continúa como la primera causa de cáncer. Se tiene registrado que ocasiona una tercera parte de los tumores malignos”, explica el doctor Meneses. No es coincidencia que en 2015 el principal tumor que mató a los mexicanos fue el de tráquea, bronquios y pulmón.
Angustia, temor y desesperación, fueron las emociones que se mezclaron en cuerpo de Ricardo durante las semanas siguientes a su diagnóstico. “Platiqué con mi esposa y mis hijos. Les mostré los estudios y tomamos la decisión de buscar opiniones de otros especialistas”, cuenta Ricardo en la sala de su casa. Dos oncólogos particulares confirmaron la enfermedad.
“Aceptarlo fue un proceso largo. Por dos años estuve en terapia y con medicamento siquiátrico. No es fácil. Llega un momento en el que tienes que decidir tomar el toro por los cuernos o te dejas ir con la enfermedad”, asegura.
Medicamentos inalcanzables
El cáncer puede expandirse en silencio. De un momento a otro se comienzan a originar células que crecen con descontrol y superan el número de células normales, creando tumores que pueden destruir tejidos de un órgano y propagarse a otros, explica el doctor Meneses.
Los casos más graves requieren cirugías como la quimioterapia o terapias dirigidas. Estos métodos atacan los tumores cancerígenos con radiación o químicos que ocasionan, en algunas ocasiones, efectos secundarios en el organismo. Actualmente hay nuevas formas de combatirlo, como la inmunoterapia o la hormonoterapia, pero estos tratamientos superan el presupuesto de la mayoría de los enfermos.
“Las medicinas más innovadoras están limitadas para su acceso, pensar en tenerlas disponibles y no poder por su elevado precio nos deja preocupados a oncólogos y pacientes. Un solo medicamento puede costar entre 70 y 100 mil pesos. Estos se administran de forma indefinida, podrían ser tres aplicaciones o hasta 20, dependiendo de cómo funcione el medicamento”, señala Zuratzi.
Sin certeza de cuánto tiempo más podría vivir, Ricardo comenzó su tratamiento. El médico le dijo que no era opción operar para extirpar la parte de la glándula afectada, debido a que podría propagarse la enfermedad. La decisión fue ir por la hormonoterapia, por medio de una inyección que, en principio, cada mes le era aplicada, y ahora cada trimestre, por los buenos resultados de la medicina mezclada con pastillas complementarias.
Zuratzi Deneken agrega que la terapia que recibe Godínez podría alcanzar los 40 mil pesos por aplicación, en comparación con la hormonoterapia para cáncer de mama, que puede oscilar entre los mil a 5 mil pesos.
Recortes de presupuesto
El crecimiento de los casos de cáncer en México es un tema que preocupa al sector salud por lo caro que son los tratamientos y los recortes al presupuesto para su atención. En el Proyecto Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017, hay un recorte de recursos de 31% para el Instituto Nacional de Cancerología (Incan).
El presidente de la Junta de Coordinación Política, Francisco Martínez Neri, dijo que esto es “absurdo”, tomando en cuenta que esta enfermedad es la tercera causa de mortalidad en el país. Señaló que en 2016 fueron asignados mil 607 millones de pesos a la institución y que para 2017 se redujo sólo 535 millones de pesos.
“Debemos trabajar en la prevención en el diagnóstico oportuno, porque eso aminora muchísimo el costo de tratamiento de un paciente. Cuando llega a una etapa avanzada, sí tenemos que hacer uso de todas estas herramientas de cirugía, quimioterapia, radioterapia, que tienen un alto costo”, agrega Meneses.
En noviembre de 2016, la Secretaría de Salud informó que las instituciones de seguridad social como el IMSS, ISSSTE y Pemex, y los demás sistemas de salud de las entidades federativas, invirtieron 91 mil 755 millones de pesos al tratamiento de siete padecimientos crónicos, entre los que se encuentran los cánceres de mama, de próstata y cervicouterino. A la lista se agregan la diabetes, la hipertensión y afecciones cardiovasculares.
Enfrentando la enfermedad
El tratamiento al que fue sometido Ricardo, en un inicio hizo que el nivel de cáncer en su cuerpo se redujera, pero en septiembre de 2016 su próstata comenzó a inflamarse de nuevo y terminó en un quirófano. La cirugía fue exitosa, pero los médicos le informaron que la enfermedad volvió.
Con nuevos estudios en la mano, ahora los doctores tendrán que determinar si las células cancerígenas están atacando de manera más agresiva su cuerpo. A pesar de esto, Ricardo espera que los resultados sean a su favor. “Ahora tengo mucho apego a mi familia. Es un proceso difícil, te preguntas cómo vas a terminar, cuánto tiempo tienes de vida, porque nadie te lo asegura. La clave es tener una actitud positiva”.