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Es miércoles y la siguiente edición del Guadalajara Reporter está en marcha. Comienzan a llegar los artículos que hay que calificar y los anuncios que entrarán en la edición. Es día de cierre. Sean Godfrey, originario de Estados Unidos, socio y director comercial del diario, conoce este proceso desde hace más de 20 años.
Sean llegó a Guadalajara a los 33 años como parte de un programa de intercambio para aprender español en la Universidad de Guadalajara, pero unos “engañosos ojos tapatíos”, lo convencieron de quedarse.
Entre las historias del periódico está la del propio Sean. “Estaba escribiendo un artículo para una revista de economía y buscando una fuente de información llegué al Guadalajara Reporter. Hablé con los que lo dirigían y me dijeron que me quedara.
“En parte me decidí porque después de cuatro años estudiando español llegué aquí y dije: ¡Qué pinche idioma están hablando! porque eso del mexicano es muy diferente”, recuerda desde su escritorio en la pequeña oficina donde se edita el sabatino, en la colonia Verde Valle.
Tres meses después de entrar en el seminario se quedó como jefe de producción. Pero Jalisco no ha sido su única casa. También vivió en Mazatlán, Sinaloa, en donde inició un periódico que no funcionó. Su segundo trabajo fue “vendiendo tiempos compartidos a los gringos con una lagartija en mi hombro”, recuerda Sean. Después regresó al ámbito periodístico y entró al periódico Pacific Pearl. “Ahí hacía de todo. Desde escribir, hasta trabajar con la imprenta”.
Al poco tiempo el destino lo regresó a Jalisco. Su actual socio lo llamó porque los anteriores dueños del Guadalajara Reporter querían vender el diario y era demasiado trabajo para uno solo.
Ya pasaron más de 25 años desde que Sean piso tierra jalisciense y los cambios han sido notorios: la ciudad creció sin control, es más insegura y gran parte de la comunidad estadounidense se mudó a Chapala, asegura. Su vida también cambió. Sean se casó y tiene tres hijos cuyo interés por EU no va más allá de vacacionar y conocer la nieve: “Ellos son mexicanos. Yo soy el gringo de la casa”.
Sobre el panorama de su país de orgen, Sean es tajante. “Es muy frustrante, nadie creía que él podía ganar y ahora estamos rascándonos la cabeza y preguntándonos qué pasó, cómo es que mi país está así. El triunfo de Trump tiene que ver con lo económico y la xenofobia emergente, pero también con que hay una menor educación”.