Donald Trump anunció las medidas que tomará contra la inmigración ilegal. Una de las más controversiales: la ampliación de un muro fronterizo con México. En su discurso justificó sus acciones al referirse a los inmigrantes indocumentados que han cometido crímenes.
“Se habla de que hacer cumplir las leyes migratorias puede separar familias de inmigrantes, pero no se habla de las familias estadounidenses que han sido separadas de sus seres queridos”, aseguró Trump, quien también anunció la creación de una oficina de apoyo a familiares de víctimas de criminales indocumentados.
Pero en estas afirmaciones no se incluyó el dato de que varias investigaciones aseguran que los inmigrantes en EU, sin importar el país del que provengan, cometen menos delitos que los estadounidenses.
En 2010, los hombres nacidos en Estados Unidos de clase baja registraron un índice de encarcelamiento de 10.7% contra 2.8% de los inmigrantes mexicanos, de acuerdo con datos del estudio The Criminalization of Immigration in the United States, publicado por American Immigration Council a mediados de 2015.
“La primera generación de inmigrantes dejaron sus hogares, familias y lenguas para llegar a un nuevo país en búsqueda de mejorar sus vidas y las de sus hijos. Estas son buenas razones para mantenerse fuera de problemas”, se menciona en el reporte.
El estudio asegura que “los inmigrantes tienen el estigma de la criminalidad y se están definiendo cada vez más como una amenaza”. Esto a pesar de que existe una relación inversa entre el crimen y los indocumentados.
Entre 1990 y 2013, periodo en el que el número de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos creció de 3.5 a 11.2 millones, las estadísticas criminales del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) revelan que la tasa de delitos violentos se redujo 48%.
Estas cifras incluyen asalto agravado, robo, violación y asesinato. Estos datos mostrarían lo contrario a lo que asegura Trump, y se asociaría el número elevado de inmigrantes con menores índices de criminalidad.
La información que publicó en 2016 el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tampoco aporta datos que fortalezcan el discurso del magnate. Entre 2010 y 2014 se tiene el reporte de 121 personas que fueron liberadas de la custodia de inmigración y después fueron acusadas de asesinato, según los datos del organismo. Esto representa una cantidad mínima del total estimado de indocumentados no autorizados que residen en Estados Unidos.
En 2013, se reportaron 438 mil 421 extranjeros que fueron deportados. De estos, 45% (198 mil 394) fueron clasificados con antecedentes criminales. En ese entonces, el director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas aseguró ante el Congreso que “85% de las personas expulsadas o devueltas fueron previamente condenadas por un delito”. Pero 31% de estos “criminales” cometieron delitos de “inmigración”. Es decir, la entrada ilegal o reinserción en EU.