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De 2006 a 2015 las calles de la capital fueron el escenario de 151 mil 789 accidentes viales. Cada año, en promedio, 15 mil coches estuvieron involucrados en algún percance. El 8%, es decir, 11 mil 813, ocurrieron en épocas decembrinas.
Desde el 2009, la Secretaría de Seguridad Pública aplica el programa “Conduce sin alcohol” las 24 horas en la recta final del año, esto ha contribuido a que los accidentes en ese mes lograran bajar de mil 201 a 876, según los últimos registros del Inegi.
Pero a pesar de estos controles, las fiestas de Navidad y de fin de año se convierten en un peligro para los capitalinos. En los últimos 12 días de cada año se registraron, diariamente, en promedio, 30 accidentes vehiculares. Tan sólo de los 876 percances de los que se tiene reporte en 2015, 248 pasaron entre el 20 y el 31 de diciembre.
Para Eduardo Cumming, paramédico de la Cruz Roja Mexicana, las fiestas decembrinas son una de las épocas más difíciles. “Sabemos que las posadas son sinónimo de choques. Salimos preparados para presenciar lo peor, porque es cuando ocurren los accidentes más catastróficos”, explica.
La combinación de alcohol y velocidad siempre “tienen resultados fatales”, afirma Pitichi Rivadeneyra, coordinadora nacional de Prevención de Accidentes de la Cruz Roja. Estos mismos factores fueron los que provocaron que el automóvil en el que viajaban Moisés, Abraham, Fredy y Bernie se impactara de frente con un poste de luz sobre Periférico Norte. El Jetta clásico en el que iban los cuatro universitarios quedó partido por la mitad.
Abraham, quien iba conduciendo, intentó un derrape a una velocidad de 130 kilómetros por hora, esta maniobra le costó la vida y varias lesiones de gravedad a sus amigos.
“Cuando vio que no venían más coches cerca nos dijo que sólo le faltaba hacer un drifting. Así como lo dijo, lo hizo y no tuvimos tiempo de detenerlo. El coche iba muy rápido y sólo escuché el rechinido de las llantas”, cuenta Moisés, uno de los tres sobrevivientes.
El Regio, como le decían al joven que manejó esa noche, falleció al instante a causa de la colisión. El poste con el que se impactó el auto entró por el lado en el que él viajaba. Moisés, quien iba de copiloto, estuvo internado tres semanas en el hospital de traumatología Magdalena de las Salinas por fractura de costillas y perforación de pulmón izquierdo. “Ninguno de nosotros traía puesto el cinturón de seguridad y con el derrape yo me fui contra el volante. Mis amigos, que iban en la parte de atrás, sólo alcanzaron a sostenerse de los asientos delanteros. El Jetta quedó casi desecho”, cuenta el joven.
Cada año, en promedio, mueren alrededor de mil capitalinos por accidentes viales en la Ciudad de México. Tres de cada 10 fallece en el lugar del percance. Entre 2006 y 2015 se tiene el registro de 3 mil 245 muertes en pavimento, lo que quiere decir que la víctima no alcanzó a llegar ni siquiera a un hospital. Diciembre ocupa el sexto lugar con 282 fallecimientos.
Velocidad. El nuevo peligro. Entre 2012 y 2013 se registró el mayor descenso de accidentes automovilísticos en la capital, al pasar de 17 mil 120 a 15 mil 742, según los datos del Inegi. En ese entonces el programa “Conduce sin alcohol” ya llevaba una década operando y fue uno de los factores que contribuyó a esta disminución. De los más de 150 mil reportes que existen de 2006 a 2015, en 4 mil 858 se comprobó el consumo de alcohol.
Cada año, en promedio, se tuvieron 485 casos en los que esto fue un factor determinante. Diciembre ocupa el primer lugar. En ese periodo se tiene el registro de que en 457 de los más de 11 mil accidentes decembrinos había alcohol de por medio.
“Conduce sin alcohol logró que los accidentes por consumo dejaran de ser la primera causa de percances y pasaran a segundo lugar con 21%, por debajo de las velocidades altas, que se corona con el primer lugar con un 34% (…) el reto que tenemos hoy es la velocidad en la capital”, explica Laura Ballesteros, subsecretaria de Planeación la Secretaría de Movilidad (Semovi).
Con el programa “Visión cero accidentes”, el gobierno capitalino busca disminuir las velocidades máximas en las principales avenidas de la ciudad. Este ajuste “se lo debíamos desde hace más de cuatro años a la OMS”, asegura Ballesteros Mancilla.
Las víctimas. En la última década, 3 mil 245 capitalinos murieron en alguna de las calles de la ciudad como consecuencia de un accidente automovilístico. Las principales víctimas ni siquiera conducían. Eran peatones que fueron embestidos por un coche.
Dos de cada cinco muertos, es decir mil 548, iban a pie, según datos del Inegi. “Los que más mueren en hechos de tránsito son niños y jóvenes de entre cinco y 35 años”, indica.
Diciembre tiene en su lista a 282 víctimas, de las cuales la mitad no usaban ningún medio de transporte. Es el segundo mes que cobra más vida de peatones. “La gente debe entender que la implementación de radares de velocidad son justamente para prevenir estos accidentes”, explica Rodrigo Rosas Osuna, director de Información y Evidencia del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra).
Durante la época decembrina de 2006 a 2015 murieron 88 conductores capitalinos. El Regio fue uno de ellos. A los 23 años dejó una carrera trunca en Economía en la UNAM. “Eran vacaciones y lo últimos que pensábamos era en portarnos bien”, narra Moisés.
En 2013, las muertes en diciembre por accidentes tocaron su punto más alto: 40 en todo ese mes.
Delegaciones más accidentadas. Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo y Benito Juárez son las cinco principales delegaciones en donde ocurrieron más accidentes de tránsito en la última década, según cifras del Inegi. Dos de cada cinco percances, es decir 56 mil, de los más de 151 mil registrados, fueron en calles de estas demarcaciones.
“Hay más accidentes porque son las que registran el mayor número de viajes de la ciudad. Pero si quitamos ese flujo de población, las zonas que presentan el mayor número de accidentes y muertes son las delegaciones periféricas de la capital, como Tláhuac y Xochimilco, porque cuentan con una menor infraestructura segura”, indicó la Subsecretaria de Planeación de Semovi. Estas dos zonas registran cada año, en promedio, 300 accidentes.
Prevención. La educación y la capacitación son esenciales para peatones y conductores, comentó el doctor Rosas Osuna. “Se necesitan más intervenciones en materia de políticas públicas”.
Nadie está exento. “Había viajado mil veces en el carro de El Regio, él siempre manejaba rápido, pero jamás como esa noche”, cuenta Moisés.
El 90 % de los accidentes vehiculares en la capital se pueden prevenir. “Ocho de cada 10 accidentes en la Ciudad de México son causados por conductas inadecuadas, 20% restante por factores como el clima y mala condición de los vehículos, pero los conductores son los principales responsables” apuntó el director de Información y Evidencia de Conapra.
“Ya no tomo como antes y no me volvería a subir a un carro con alcohol de por medio. Aprendí que nadie es inmune a los accidentes”, afirma Moisés.