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Kenia no tuvo una infancia como la de los libros. Desde los nueve años decidió que su casa serían las calles de la Ciudad de México. No iba a la escuela, se alejó de su familia y comenzó a drogarse. A los 13 intentó frenar su adicción, pero la abstinencia le provocó crisis y delirios que la llevaron al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez. Después de varios estudios le dieron un diagnóstico que no esperaba: su sangre tenía el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

“Me dijeron que tenía tiempo con el virus, pero no me di cuenta porque no tenía ningún síntoma. Si no es por la prueba tal vez nunca me hubiera enterado”, relata esta mujer trans, hoy de 43 años. En México todos los días se registran 30 nuevos casos de VIH.

Desde 1983, fecha en la que se reportó el primer caso de Sida en el país, hasta noviembre de 2016, se tiene un registro de 250 mil 761 personas que se infectaron de VIH o desarrollaron Sida. Esta cifra es tres veces la capacidad del Estadio Azteca. Dos de cada cinco, es decir 99 mil 337, fallecieron.

Además, se calcula que en México hay 74 mil infectados con VIH que desconocen que lo tienen, según los datos de Censida de 2015.

“El sistema de prevención es complicado porque tienes que intervenir en las conductas individuales […] la gente sabe que el condón sí funciona, pero les cuesta trabajo usarlo siempre”, explica el doctor Carlos Magis, director de Atención Integral en Censida.

Seis de cada 10 mexicanos no utiliza preservativo durante una relación sexual, señala un reporte de la asociación civil AHF México. El número de mexicanos que se contagiaron por transmisión sexual mostró un descenso entre 2013 y 2014, pero 2015 registró un aumento de 17% y la cifra terminó con 11 mil 785 nuevos infectados.

El uso de drogas intravenosas también es uno de los frenos en la lucha contra el VIH/Sida. “Una parte que nos preocupa es el norte del país . Ahí detectamos un aumento ligero de los casos, pero es por el consumo de drogas inyectadas […] lo que hacemos también es que si no pueden dejar de inyectarse, se les dan jeringas limpias”, afirma el doctor Magis. Entre 2004 y 2007 se dio el brinco en esta forma de contagio al pasar de 91 a 233 casos.

Diagnosticar es prevenir. Kenia sabía que era portadora del VIH desde los 13 años, pero hasta los 28 empezó el tratamiento. “Al inicio fue como un juego para mí, no veía la magnitud del problema. Tuve que pasar muchas cosas para ser consiente de mi enfermedad”, narra. En un momento de su vida terminó en la cárcel. Ahí todo cambió. “La mitad de mi cuerpo se infestó de herpes, esto casi me lleva a la tumba”. Sus defensas no tuvieron forma de combatir la enfermedad y fue cuando decidió tratarse.

En los últimos 15 años su salud se ha mantenido con una dosis diaria de Atripla, un retroviral que le ayuda a tener mejor calidad de vida.

Un enfermo de VIH no necesariamente termina en Sida, explica Nicole Finkelstein, directora de AHF México. “Con un tratamiento oportuno y medicamentos adecuados, incluso la probabilidad de contagio del portador a su pareja disminuye en 96% con el uso del condón”, afirma la experta.

Para el sistema de salud, el problema principal viene desde la detección. “En diciembre de 2015 tenemos 126 mil casos con nombre y apellido, pero el resto [más de 70 mil] no los conocemos porque no se han ido a hacer la prueba y pueden estar teniendo relaciones sexuales y seguimos teniendo transmisión”, explica el doctor Magis.

Desde 2010, Kenia se convirtió en promotora en prevención del VIH para trabajadoras sexuales: “Trato de sensibilizarlas para que se hagan la prueba de detección, les doy información de prevención y les llevo condones que la clínica Condesa me provee”.

Perfiles jóvenes. Las estadísticas revelan que en México, el VIH/Sida prevalece en un sector de entre 15 y 24 años, sobre todo en el género masculino. “Por cada cuatros hombres hay una mujer con VIH; sin embargo, la cifra en mujeres va en aumento,” explica Finkelstein.

“Estamos encontrando que la tasa sí va en aumento entre jóvenes de 15 a 30 años, y la mayoría es por trasmisión sexual”, afirma el funcionario de Censida. De 2000 a 2015, la población de hombres con VIH/Sida, de 15 a 24 años, aumentó más del doble al pasar de 908 a 2 mil 294 casos diagnosticados. El número de mujeres infectadas no ha tenido un aumento drástico en esos 15 años. La cifra más alta se presentó en 2012, cuando se reportaron 587 mexicanas portadoras.

Sectores de vulnerabilidad. México tiene una epidemia concentrada, es decir, hay poblaciones clave en donde está el virus, así lo explican ambos especialistas. Los hombres que tienen sexo con hombres, personas que usan drogas inyectadas, mujeres y hombres que ejercen el trabajo sexual y mujeres trans son los más vulnerables a esta enfermedad.

“Para estas poblaciones no sirven mucho las campañas en televisión, necesitas estar cara a cara con ellos y crear programas enfocados en esta población”, asegura Magis.

Kenia vivió la experiencia de perder amigos a causa del Sida. “Lo que más me ha dolido es ver a personas cercanas en fase terminal”; sin embargo, eso es lo que la motiva para seguir ayudando a otras mujeres, “sigo luchando para que ninguna persona con VIH llegue a este punto de enfermedad”.

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