Periodismo de datos

De qué mueren los mexicanos

Más de 500 mil personas fallecen cada año a consecuencia de alguna enfermedad. La diabetes y sus complicaciones tienen en problemas al sistema de salud

Una de las complicaciones más caras que tiene el instituto es costear el sector salud (ARCHIVO. EL UNIVERSAL)
06/11/2016 |03:00Daniela Guazo |
Redacción El Universal
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En 2014 murieron 633 mil 641 mexicanos en todo el país; 89%, es decir, 560 mil 784, fallecieron por alguna enfermedad. La diabetes mellitus, infartos y tumores malignos fueron las principales causas. Estos males crónicos representan 41% de las muertes en México.

En 23 de los 32 estados del país, la diabetes es el principal enemigo del Sistema Nacional de Salud mexicano.

La recurrencia de la enfermedad varía por zona: Tlaxcala, Estado de México, Tabasco, Guanajuato, Michoacán y Puebla tienen los números más altos: 20 de cada 100 certificados de defunción que se expidieron en 2014 dicen diabetes.

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Desde 2012, este padecimiento ha crecido rápidamente en México. En ese año se registraron 85 mil 500 muertes por ese mal, lo que fue considerado una cifra alarmante. En los datos de 2014 se tienen 94 mil 27 defunciones, según las últimas cifras de mortandad del Inegi.

De qué mueren los mexicanos

Es muy probable que la estadística siga creciendo. “Cuando la gente muere por esta enfermedad es porque se atiende tarde. El problema es que por cada persona que vive con diabetes, hay otra que también la tiene pero no lo sabe hasta que llegan las complicaciones”, explica Marcela Vega, miembro de la Federación Mexicana de Diabetes.

Fernando Juárez tiene 65 años y seis viviendo con un diagnóstico que cambió todo el ritmo de su vida. En 2010, sus estudios de sangre arrojaron niveles de glucosa superiores a 200. El médico general fue claro: diabetes tipo 2.

“El doctor me lo había advertido, pero era adicto al pan. Lo traía por herencia y además cometía muchos abusos al comer”, cuenta este hombre mientras espera su turno en una de las salas del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, en la capital del país.

En 2014, 52% de estas muertes, es decir, 49 mil, fueron de mexicanos entre los 60 y 80 años.

Fernando fue consciente de esa realidad meses después de su diagnóstico. “Entendía de qué estaba enfermo, pero cambiar todo de un día para otro era muy difícil. Nunca había hecho ejercicio. Querían que llegara a mi casa y comprara una caminadora”.

Su economía familiar también resintió la enfermedad. Al inicio las consultas mensuales, la compra de un medidor de glucosa y medicamentos le costaban cerca de 3 mil pesos al mes.

Estos gastos son bajos en comparación con las complicaciones, asegura el doctor Marco Antonio Villalvazo, “Una diabetes mal controlada te puede traer insuficiencia renal, problemas del corazón o ceguera; una hemodiálisis te cuesta, en promedio, 3 mil pesos, y es algo que requieren tres veces por semana”.

La enfermedad ataca a hombres y mujeres por igual. Los 94 mil fallecimientos registrados en 2014 se dividen por igual en cuestión de sexo. Pero la esperanza de vida parece ser mayor para las mujeres.

De los 45 mil 772 hombres que murieron por esta causa, 30%, es decir, 12 mil 216, tenían entre 61 y 70 años. Mientras que de las 48 mil 225 mujeres fallecidas, el mismo porcentaje, equivalente a 13 mil 123 casos, tenían entre 71 y 80 años.

En la experiencia de Villalvazo, esta es una enfermedad totalmente controlable si se ataca desde el origen. “El problema es que somos el país del mundo con mayor porcentaje de obesidad en niños y van a ser adultos que van a vivir seguramente con sobrepeso si no hacen cambios, y ese es el camino para la diabetes tipo 2”.

Lo que ocurrió en México fue una transición epidemiológica, así lo explica el doctor Francisco Navarro Reynoso, director general de Coordinación de los Hospitales de Referencia: “En los 50, la gente moría de infecciones, ahora no (…) Le ganaste a unas, pero aparecieron otras. Y resulta que estas otras su manejo es a largo plazo”.

De lo curativo a lo preventivo

Si las políticas públicas siguen igual, el panorama es “catastrófico”, coinciden especialistas en el tema, quienes señalan que la gente tiene la información, pero no una educación sobre la enfermedad ni la salud. Fernando vivió con un padre diabético por más de 20 años, sabía lo que eran dietas controladas y medicamentos a una hora exacta. Nada de eso le sirvió. “Mis triglicéridos estaban altos, pero no veía la necesidad de abandonar todo lo que me gustaba. En el desayuno comía pan y, si podía, otro a mediodía”.

El número de muertes por diabetes en México creció 4 mil casos por año, de 2012 a 2014. La tendencia no muestra números negativos.

Las estrategias del gobierno tienen que enfocarse en atacar el origen de la diabetes y no las consecuencias, asegura Villalvazo. “No se puede cambiar la genética, pero sí puedes modificar conductas. El otro problema es que un médico que recién sale de la carrera sabe poco de diabetes y prácticamente nada de nutrición”.

Para Navarro Reynoso, estas enfermedades implican “la participación de la sociedad. Tanto del paciente como de su familia”.

El costo de las complicaciones

Entre 2012 y 2014 murieron 36 mil 816 mexicanos por insuficiencia renal. “En México, el mayor grupo de pacientes con este padecimiento son secundarios a la diabetes”, dice el doctor Andrés Bazán Borges. Cada año, un promedio de 12 mil 200 mexicanos no superan la enfermedad.

Esta es una de las complicaciones más caras que tiene que costear el sector salud. “Cuando es algo que podemos resolver con una cirugía o un tratamiento y lo curamos, eso no es una carga económica, es un logro. Pero todo este grupo de pacientes [que están en hemodiálisis] que no lo vamos a lograr, implica gasto tras gasto”, asegura Bazán Borges.

Pueden sobrevivir hasta 10 años más, pero la enfermedad no disminuye. Los trasplantes por sí solos tampoco son la solución total. “Se necesita reeducarlos, porque si continúan con la mala alimentación y el poco ejercicio, en poco tiempo el riñón vuelve a fallar”.

Los especialistas en el tema no ven una solución cercana. Son cambios de conducta que no se dan de un día para otro, pero mientras no exista una educación para la salud y la detección temprana de enfermedades, el mexicano seguirá siendo víctima de su propio estilo de vida.