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Para los habitantes de La Pintada, lo que debió ser un festejo patrio se convirtió en una pesadilla. La noche del 15 de septiembre de 2013 el ciclón tropical Manuel golpeó las costas de Guerrero provocando el deslave de un cerro que sepultó a decenas de personas y casas de aquella localidad guerrerense.
Manuel, que se había formado en el Océano Pacífico, convergió con Ingrid, una tormenta tropical que llegó por el Golfo de México. Dos tormentas provenientes de costas diferentes azotaban a México. Los vientos intensos y las lluvias torrenciales fueron suficientes para desbordar ríos, provocar deslaves y afectar a 20 estados del país.
Diez ciclones tropicales se encuentran entre los desastres naturales de mayor impacto en México entre 2002 y 2014. Ingrid y Manuel están en esa lista. Junto con ellos, los ciclones Isidore, Wilma, Stan, Dean, Alex, Karl, Matthew y Odile dejaron pérdidas por 14 mil 946 millones de dólares, según datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
La cantidad equivale al 42% de los daños ocasionados por todos los desastres naturales que azotaron al país entre esos años.
Tras su paso, estos 10 fenómenos meteorológicos dejaron en conjunto 365 mil 713 viviendas dañadas, casi dos millones de hectáreas de cultivos y pastizales destruidos y 4.4 millones de personas damnificadas. En cambio, sólo cobraron la vida de 326 personas, casi la mitad pereció con el golpe de los huracanes Ingrid y Manuel.
El fenómeno Ingrid-Manuel ha sido el más costoso y mortífero en la historia reciente de México. Juntos, estos dos ciclones consiguieron afectar a 20 estados de la república y sumaron más de 3 mil millones de dólares en daños y pérdidas. Esto los coloca como el fenómeno natural más destructivo después de los sismos que sacudieron a la Ciudad de México en 1985.
La lista del Cenapred también incluye las inundaciones que anegaron el estado de Tabasco durante 2007 y que, entre otros estragos, afectaron 123 mil 386 viviendas y 93 mil hectáreas de cultivo. Aunque no hubo muertos, 1.5 millones de mexicanos resultaron damnificados. En total, el fenómeno provocó pérdidas por 2 mil 918 millones de dólares.
Huracanes, los más destructivos. Un ciclón tropical es una masa de aire cálido y húmedo con vientos fuertes que giran en forma de espiral alrededor de una zona central. Según la velocidad de sus vientos, éste puede clasificarse en depresión tropical, tormenta tropical o huracán.
Una depresión tropical tiene vientos que alcanzan velocidades de hasta 63 kilómetros por hora, una tormenta tropical, de entre 63 y 118 kilómetros por hora, y un huracán, de más de 118 kilómetros por hora. A esta escala se le conoce como Saffir-Simpson.
A su vez, los huracanes se dividen en cinco categorías, según la intensidad de sus vientos. La categoría 5 corresponde a los huracanes más destructivos con vientos que sobrepasan los 249 kilómetros por hora. Este fue el caso del reciente huracán Patricia, considerado como el más poderoso de la historia, que tocó tierra como categoría 5, pero rápidamente se debilitó dejando daños menores a los esperados.
Los ciclones, lluvias e inundaciones son los fenómenos que más han afectado a México en los últimos años. De acuerdo con datos del Cenapred, el 90% de los daños y pérdidas desde 1991 se deben a desastres de origen hidrometeorológico.
Pérdidas millonarias. En 2010, nueve ciclones tropicales afectaron directamente al país, algo que no sucedía desde 1971. De estos, Alex fue el que más daños y pérdidas ocasionó. El fenómeno tocó tierra como tormenta tropical, pero en poco tiempo creció a huracán categoría 2. El ciclón pegó con más fuerza en el noreste del país, dejando 29 muertos, 649 mil afectados y dos mil millones de dólares en pérdidas económicas.
Meses más tarde, otros dos ciclones alcanzaron el sureste mexicano. Se trató del huracán Karl (categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson) y la depresión tropical Matthew, que azotaron con mayor fuerza a los estados de Veracruz y Puebla. Los costos económicos fueron casi similares a las pérdidas que causó Alex (mil 972 millones de pesos).
El azote de los tres meteoros provocó que 2010 fuera el año con las mayores mermas económicas causadas por desastres naturales.
De acuerdo con Cenapred, las pérdidas en ese año ascendieron a 7 mil 384 millones de dólares, de los cuales 3 mil 973 millones se debieron al impacto de Alex, Karl y Matthew.
Los años con más pérdidas por desastres naturales son justamente aquellos en que los ciclones tropicales tocaron las costas mexicanas.
Otro ejemplo es el año 2013, cuando las pérdidas por desastres causados por la naturaleza sumaron 4 mil 816 millones de dólares. De este monto, 3 mil 41 millones se debieron al impacto combinado de Ingrid y Manuel.
El fenómeno Ingrid-Manuel es considerado por Cenapred como “el más destructivo de México”, lugar que Patricia no le logró arrebatar. Ambos huracanes afectaron en conjunto más de 20 estados; 401 municipios fueron declarados en desastre.
Manuel e Ingrid dejaron un saldo de 157 muertos, convirtiéndose en el fenómeno meteorológico más mortífero en los últimos 15 años. Además resultaron dañadas 23 mil casas y 900 mil personas fueron damnificadas.
En 2007, el huracán Dean azotó a Veracruz, Hidalgo y Quintana Roo, causando 877 millones de dólares en pérdidas. Sin embargo, el fenómeno que provocó los mayores daños fueron las inundaciones que afectaron a Tabasco y que costaron casi 3 mil millones de dólares.
La llegada de los huracanes Wilma y Stan al sureste mexicano en 2005 y de Odile a Baja California Sur en 2014 hizo que esos años también fueran de los más costosos para el país.
Según Cenapred, este último huracán causó los mayores daños a la infraestructura de transmisión y de distribución de la CFE en su historia, dejando a 95% de los sudcalifornianos sin energía eléctrica.