En ocho años, el número de accidentes automovilísticos en las 566 carreteras federales del país se redujo 41%. Mientras que en 2007 ocurrieron 30 mil 551 siniestros, la cifra disminuyó a 18 mil 14 percances en 2014. En 2007 se registraron en promedio 84 accidentes diarios en las vías que integran la red carretera federal y para 2014 el número bajó a 49 por día.
Durante los primeros cinco meses de 2015 hubo 47 accidentes diarios. De continuar la tendencia, este año cerrará con menos siniestros que en 2014, así lo reflejan estadísticas del Instituto Mexicano del Transporte y de la Policía Federal.
Con la disminución de incidentes en vías federales, la cifra de víctimas también se redujo. En 2007, 15 personas fallecieron a diario en un accidente carretero y 92 resultaron heridas. Hoy ocurren 10 muertes diarias por esta causa y 45 personas sufren lesiones.
Funcionarios consultados por EL UNIVERSAL señalan que detrás de la reducción en esos niveles están las acciones realizadas en el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011-2020, lo que ha contribuido no sólo a disminuir el número de decesos en las carreteras, sino en todo el país.
“No solamente ha sido un fenómeno a nivel de carreteras, sino también en las zonas urbanas”, señala Martha Hijar, secretaria técnica del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra).
La estrategia nacional consta de 44 acciones integradas en cinco grandes pilares: reforzamiento de los sistemas de gestión de la seguridad vial, modernización de la infraestructura, uso de vehículos más seguros, incidencia en el comportamiento de los conductores y mejoramiento de los servicios prehospitalarios y hospitalarios después de un accidente.
Cifras oficiales indican que 95% de los incidentes viales en México ocurren en zonas urbanas y sólo 5% sucede en una carretera federal. Sin embargo, esa pequeña fracción de accidentes cobra la vida de 30% de los mexicanos que mueren por esta causa, afirma Javier Benito López, secretario técnico de Caminos y Puentes Federales (Capufe).
De acuerdo con el funcionario, el que casi la tercera parte de los decesos por accidentes viales ocurra en una carretera se debe a que éstos “involucran vehículos que van a mayor velocidad y la probabilidad de morir aumenta conforme también se incrementa la velocidad”.
La estadística muestra que más de 70% de los accidentes son provocados por los conductores ya sea por exceso de velocidad, distracción o falta de pericia.
En este contexto las autoridades han puesto especial atención en fomentar una mayor conciencia de la seguridad vial y de la prevención de accidentes: 20 de las 44 acciones de la estrategia nacional están orientadas a ese objetivo.
Bajar muertes a la mitad
En México no sólo están disminuyendo los accidentes en carreteras, sino también en las ciudades. El fenómeno se debe a la Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011-2020.
En 2011 las secretarías de Salud y de Comunicaciones y Transportes suscribieron este proyecto, que está alineado al Decenio de Acción para la Seguridad Vial proclamado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un año antes.
Su objetivo principal es reducir en 50% las muertes al final de la década y rebajar al máximo posible las lesiones y discapacidades por accidentes de tránsito, tanto en la red carretera federal como en las vialidades urbanas.
Según estimaciones del Conapra, de no llevar a cabo las acciones de esta estrategia en el año 2020 habría 19 mil 536 muertes por accidentes de tránsito [los datos incluyen percances en carreteras y ciudades]. Sin embargo, a partir del plan se espera reducir el número de muertes a 9 mil 700, es decir, poco menos de la mitad de los decesos esperados para ese año.
Las proyecciones del Conapra no distinguen entre los accidentes que ocurrirán en carreteras y los que tendrán lugar en zonas urbanas.
Los decesos que se evitaron
EL UNIVERSAL construyó una base de datos para conocer cuál ha sido la evolución de los accidentes que ocurren específicamente en las carreteras federales del país.
Para ello se recurrió a dos fuentes. La primera fueron los anuarios estadísticos elaborados por el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) que contienen datos de 2007 a 2012. La información para los años subsecuentes fue proporcionada por la Policía Federal en respuesta a una solicitud de información.
De acuerdo con los datos, el número de accidentes viales en las carreteras federales disminuyó. En 2007 ocurrieron 30 mil 551 siniestros que dejaron un saldo de 5 mil 398 muertos y 33 mil 580 lesionados.
En 2011, año en que entró en vigor la Estrategia Nacional de Seguridad Vial, se registraron 24 mil 905 accidentes que cobraron la vida de 4 mil 376 personas y dejaron heridas a otras 25 mil 636. Para 2014 los siniestros cayeron a 18 mil 14, dejando como resultado un saldo de 3 mil 785 fallecimientos y 17 mil 503 lesionados.
Entre 2007 y 2014 el número de accidentes bajó 41%. Las defunciones también se lograron reducir 30%. “Estas son muertes que se lograron evitar en México. Si no hubiéramos hecho nada, no se habrían evitado”, señala Martha Hijar.
Durante los primeros cinco meses de este año ocurrieron 7 mil 30 accidentes que dejaron mil 470 muertos, es decir, hubo 10 decesos por día. Esto significa una reducción en comparación con las 12 muertes diarias registradas en 2011 o las 15 que ocurrieron en 2007.
Prevenir, antes que lamentar
Si usted está por viajar en carretera será conveniente que considere la siguiente información. La velocidad excesiva está asociada a 62% de los accidentes viales. De acuerdo con estudios especializados, a partir de 80 kilómetros por hora, cada 15 kilómetros por hora adicionales incrementan al doble el riesgo de morir al momento de un impacto; 30% de las lesiones y muertes en accidentes viales están asociadas al alcohol.
Según cifras del Departamento de Transporte de Estados Unidos, al tomar cuatro cervezas, la probabilidad de accidentarse es siete veces mayor con respecto a no haber consumido alcohol. Con seis bebidas embriagantes, el riesgo aumenta 25 veces; con ocho, la probabilidad de sufrir un accidente es 50% mayor.
Leer un mensaje de texto en el celular provoca un riesgo similar a conducir después de un día completo sin haber dormido o haber ingerido cinco cervezas. A una velocidad de 90 kilómetros por hora, dedicar cuatro segundos a leer un mensaje de texto significa haber recorrido a ciegas 100 metros, esto es, el largo de un estadio de futbol.
Hablar por celular no es menos riesgoso. Según un estudio de la Asociación para la Prevención de Accidentes Viales de Argentina, tras minuto y medio de hablar por celular el conductor ya no percibe 40% de las señales a su alrededor, ya que su atención se enfoca en la conversación. En consecuencia, su capacidad de reacción disminuye significativamente.
Finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que usar un casco de buena calidad reduce el riesgo de muerte para los motociclistas hasta 40%. El mismo organismo también indica que el uso del cinturón de seguridad disminuye a la mitad la probabilidad de morir en un impacto.
Estos son algunos de los datos duros que Capufe busca transmitir a los usuarios que diariamente recorren los más de 4 mil kilómetros de autopistas y puentes a su cargo. Hace un mes lanzó la campaña “Yo te invito…”, que a través de 400 espectaculares invita a los usuarios a conducir con mayor responsabilidad.
Javier López, secretario técnico de Capufe, explica que la campaña se enfoca en cinco mensajes esenciales: respetar los límites de velocidad, no ingerir bebidas alcohólicas si se maneja, no utilizar el teléfono celular mientras se conduce, uso del casco en motociclistas y usar el cinturón de seguridad.
Las cinco recomendaciones vienen acompañadas de datos como los puntualizados líneas arriba para que los conductores sean más conscientes del peligro de manejar en una carretera sin precaución.
Aunque las actividades de Capufe se centran en el mejoramiento de la infraestructura a su cargo, su campaña de concientización no está fuera de lugar. De hecho, 20 de las 44 acciones de la Estrategia Nacional de Seguridad Vial se enfocan a este propósito. La razón es que más de 70% de los accidentes en carreteras son atribuibles al conductor.
“El problema con los conductores es que su percepción del riesgo está dominada más por la frecuencia que por la probabilidad… [Ellos] piensan que como nunca les ha pasado nada, entonces nunca les va a suceder nada en el futuro. No. La probabilidad de sufrir un accidente siempre está allí, y si tiene una conducta descuidada la probabilidad todavía es mayor”, explica López Garza.
Focos rojos
Aunque es clara la disminución de los accidentes y muertes en las carreteras, existen focos rojos en el país; algunos son autopistas operadas por Capufe.
Según datos del IMT, correspondientes de 2007 a 2012, el camino donde hubo más accidentes viales fue la autopista Puebla-Córdoba, caracterizada por sus numerosas curvas, así como su espesa neblina principalmente en el tramo de Cumbres de Maltrata.
Aunque la Policía Federal cuenta con datos actualizados a mayo de 2015, estos no pudieron ser analizados por carretera.
En segundo lugar está la autopista México-Querétaro, una de las más transitadas del país. Se caracteriza por ser una vía larga y totalmente recta, por lo que el conductor se puede adormecer. Al carecer de curvas se presta más para que el conductor rebase los límites de velocidad permitidos.
Le sigue en tercer sitio la vía Querétaro-San Luis Potosí, siendo sus tramos más peligrosos el que corre de San José Iturbide a El Arenal, en los límites del estado de Querétaro con Guanajuato, y el que va de Santa María del Río a San Luis Potosí.
En cuarto y quinto lugar están la carretera Coatzacoalcos-Villahermosa y la autopista México-Puebla, cuyo tramo más peligroso es una zona de curvas en pendiente pasando Río Frío, rumbo a la ciudad de México.
López Garza indica: “Las autopistas con mayor aforo en las que opera el organismo son generalmente las que tienen más accidentes como la México-Puebla o la México-Querétaro.
“Por la infraestructura, a cargo de Capufe, circulan alrededor de 460 millones de vehículos al año, estamos hablando de 1.3 millones al día en promedio. Si comparas la cantidad de accidentes, con la cantidad de vehículos que transitan, 99.99% de los vehículos que se desplazan por la infraestructura operada por el organismo llegan a su destino”, declara.
El funcionario indica que para hacer más seguras las autopistas que opera la dependencia se han colocado superficies de rodamiento, señalamientos horizontales y verticales, bandas de alerta vibratoria que alertan al conductor cuando se va a salir de la autopista, amortiguadores de impacto, superficies de alta fricción en curvas, barreras centrales y rampas de emergencia en pendientes pronunciadas.
Además, Capufe cuenta con la figura de un auditor de seguridad para identificar los puntos en donde ocurren más accidentes. Como resultado, entre 2013 y 2014 se redujeron 23% los decesos en las autopistas administradas por la dependencia en relación con los que hubieran sucedido de no haber hecho nada.