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Un mundo libre de pobreza, con acceso a la educación y servicios de salud para todos, así como control apropiado del cambio climático, buenos gobiernos y justicia para todos son algunas de las metas que más de 193 líderes mundiales fijarán en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible 2015, a celebrarse entre el 25 y el 27 de este mes en las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York.
En total hay 17 objetivos centrados en tres ejes: terminar con la pobreza extrema, combatir la inequidad y la injusticia y reparar el cambio climático en todo el mundo. Después de la implementación de los Objetivos del Milenio en 2000 que fijaron como fecha límite este año, los países acordaron la necesidad de fijar nuevas metas orientadas a alcanzar un desarrollo sostenible a nivel global.
El compromiso número 16 se refiere a lograr sociedades justas, pacíficas e inclusivas. Para esto, una de las medidas incluidas en el plan es reducir sustancialmente la corrupción y los sobornos en todas sus formas, así como desarrollar instituciones efectivas, transparentes y que rindan cuentas a todos los niveles.
La Organización No Gubernamental Transparencia Internacional (TI) celebró esta medida en un comunicado publicado en su sitio web: “los líderes mundiales finalmente reconocen el efecto corrosivo de la corrupción en sus vidas así como en las personas más vulnerables y están preparados para actuar”.
Sin embargo, la ONG también reconoció la necesidad de que estos objetivos trasciendan las palabras y sean implementadas acciones concretas centradas en conjuntar las políticas para el desarrollo y las políticas anticorrupción para que este plan sea realidad en 15 años.
Un aspecto central es la falta de indicadores para medir la corrupción. En este punto, TI se ofreció a ayudar, colaborando con la sociedad civil, a los gobiernos de todo el mundo por medio de sus datos abiertos, así como los de otras ONGs que ayuden a correlacionar y usar las cifras en beneficio de este objetivo.
Transparencia Internacional también incluye una serie de recomendaciones a seguir:
- Cada país debe implementar planes de acción de 180 a nivel nacional y local.
- La ONU debe monitorear los sobornos a nivel global
- Las ONGs deben dar a conocer con qué programas y recursos pueden contribuir a implementar los objetivos.
- El sector privado debe reportar cómo contribuirá con esta agenda.
