Como parte de su programa de verificación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó el año pasado mil 800 revisiones a gasolineras de todo el país, encontrando en el 70% de los casos anomalías o resistencias a la inspección. Robo de combustible, precintos rotos y alteraciones en el sistema de despacho de combustible son algunas de las fallas más comunes.

Esto contrasta con lo encontrado por la dependencia en años anteriores. Una investigación hecha por la Unidad de Periodismo de Datos de EL UNIVERSAL el año pasado daba cuenta de que entre 2005 y 2010 tres de cada 10 gasolineras presentaban alguna falla. En unos cuantos años esta relación se invirtió por completo: ahora, de cada 10 verificaciones, sólo en tres Profeco no halla irregularidades.

El cambio en la normatividad explica en parte el fenómeno. Mientras que la norma vigente en el periodo 2005-2010 (NOM-005) consideraba que las gasolineras despachaban litros incompletos cuando existía un faltante de 300 mililitros por cada muestra de 20 litros (aproximadamente la capacidad de una lata de Coca-Cola), con la norma actualizada se redujo el margen de error a sólo 100 mililitros.

Por otra parte, de acuerdo con el estudio Políticas de competencia y protección al consumidor: Hacia una convergencia necesaria, con la modificación de esta norma se hizo “obligatoria la instalación de los aditamentos de confiabilidad para revisar el historial de la gasolinera [y] consecuentemente aumentar el riesgo de que las alteraciones por parte de los proveedores fueran efectivamente detectadas y sancionadas por la autoridad.” También se creó la NOM-185 para estandarizar los sistemas informáticos que controlaban el funcionamiento de los sistemas de medición del despacho de gasolinas.

El resultado del endurecimiento de la normatividad es evidente. De mil 800 operativos realizados por Profeco en 2014, en mil 27 encontró algún tipo de anomalía, por lo que procedió a inmovilizar cuatro mil 88 mangueras despachadoras como medida precautoria. Además, 227 estaciones se negaron a ser revisadas.

Entre las 24 causales por las que la dependencia puede sancionar a las gasolineras destacan principalmente despachar litros incompletos y “errores de repetibilidad”, es decir, la inestabilidad del instrumento al efectuar distintas mediciones de combustible por la misma cantidad pagada. En 60 estaciones las irregularidades eran tan generalizadas que Profeco tuvo que inmovilizar todas las mangueras.

Otro problema que enfrenta Profeco es que no puede vigilar a todas las gasolineras. En zonas con fuerte presencia del crimen organizado —como Michoacán, Tamaulipas y Guerrero— la dependencia se limitó a revisar menos del 10% de las estaciones de servicio.

Las empresas con más bombas despachadoras inmovilizadas en 2014 por presuntas anomalías fueron Servicio Garman Querétaro S.A. de C.V., Petromax S.A. de C.V., Gasbo S.A. de C.V. y Gasolinera Lam S.A. de C.V., según datos publicados en el sitio web del Programa Nacional de Verificación de Combustibles.

El jueves pasado, el Senado aprobó una ley que endurece las penas para quien no venda litros completos de gasolina y diésel con multas que van de los cinco mil a los 15 mil días de salario mínimo y de cinco a 10 años de prisión.

Resisten verificación

El proceso de verificación inicia cuando el jefe de una brigada de la Profeco recibe la orden de inspección el mismo día en que realizará la visita, y no antes, con el propósito de evitar fugas de información que prevengan a la estación de servicio que será inspeccionada.

Una vez que llegan, la brigada se identifica debidamente y el jefe de la unidad entrega al responsable de la estación el oficio original que ordena la inspección; también le solicita que designe a dos testigos que acompañen todo el proceso de verificación.

En varios casos, los encargados de la gasolinera se niegan a ser verificados. Tan sólo el año pasado, 227 de las mil 800 estaciones visitadas se negaron a ser inspeccionadas, esto es, el 13%. Este fenómeno fue más recurrente en la zona que conforman los estados de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora, donde dos de cada cinco estaciones se resistieron sistemáticamente a la revisión.

Las anomalías

Aunque no es lo único que revisa, la Profeco destina parte importante de la verificación a constatar que las bombas despachadoras de combustible funcionen correctamente.

La brigada se debe asegurar, en primer lugar, que cada bomba cuente con el holograma de verificación vigente. Luego procede a realizar la verificación volumétrica, es decir, a revisar que la manguera despache litros de a litro. Para ello utiliza unos recipientes llamados “jarras”, que tienen una escala perfectamente graduada para detectar anomalías cuando se despacha la gasolina o el diésel.

Se llevan a cabo nueve mediciones por cada manguera verificada —tres en la velocidad más baja en que puede despachar, tres a velocidad media y tres más a la velocidad más alta— para detectar “errores de repetibilidad”. Estos se presentan cuando una bomba despacha distintas medidas de combustible para la misma cantidad solicitada.

En cuanto a la identificación de las gasolineras que despachan litros incompletos, la normativa vigente admite hasta 100 mililitros faltantes por cada 20 litros de gasolina despachada. Las mangueras que rebasan este margen de error son inmovilizadas. El error de repetibilidad se presenta cuando el margen de dispersión entre los resultados obtenidos en tres despachos consecutivos de 20 litros supera los 60 mililitros.

Éstas son las anomalías más comunes por las que Profeco procede a inmovilizar las bombas despachadoras. Tan sólo en el primer semestre de 2014, la mitad de las mangueras paralizadas presentaron alguna de estas dos fallas, según un comunicado de la dependencia.

Aunque no son las únicas causas para inmovilizar una manguera. Después de la verificación volumétrica, la brigada de Profeco revisa el sistema electrónico de las bombas para comprobar que el software, los registros electrónicos y la arquitectura del dispensario cumplan con las especificaciones aprobadas para el modelo examinado. En total, la dependencia considera un total de 24 causales por las que puede sancionar a una gasolinera.

En la región conformada por Jalisco, Colima y Michoacán, las irregularidades alcanzaron a más del 70% de las estaciones de servicio verificadas. Las fallas también se hicieron presentes en siete de cada 10 gasolineras inspeccionadas en Oaxaca, Zacatecas y Nuevo León.

Ninguna entidad se salva de presentar anomalías. En el mejor de los casos, los estados de Baja California y Sonora presentaron irregularidades en el 30% de sus estaciones de servicio. Sin embargo, como ya se dijo, también fueron las entidades en donde las gasolineras se opusieron más a ser verificadas.

Las más tramposas

EL UNIVERSAL detectó las cinco empresas con más anomalías en sus bombas despachadoras. En primer lugar se encuentra Servicio Garman Querétaro S.A. de C.V., a la que le fueron inmovilizadas 48 de 56 mangueras al detectar que estas fueron alteradas y contaban con componentes distintos a los aprobados para su modelo. Esta estación se localiza en la Autopista México-Querétaro, Km 193, en el municipio queretano de El Marqués.

Luego sigue la compañía Petromax S.A. de C.V., a la que le fueron inmovilizadas 43 mangueras en 14 estaciones de servicio. Las estaciones con más sanciones se ubican en el Libramiento Torreón-Gómez-Lerdo Km 4.5 (Durango), Vía Gustavo Baz No. 2000, Esq. Filiberto Gómez, Col. Industrial Tlalnepantla (Estado de México) y Av. Pablo Livas No. 101 y Av. México, municipio de Guadalupe (Nuevo León).

En tercer lugar se encuentra una estación de la compañía Gasbo S.A. de C.V. localizada en Miguel Alemán y Cajeme No. 806 Norte, municipio de Cajeme (Sonora), donde Profeco procedió a inmovilizar la totalidad de sus 36 bombas principalmente por encontrar alteraciones en el sistema de despacho de combustible.

Una suerte similar corrió la empresa Gasolinera Lam S.A. de C.V., pues la Profeco detectó que sus 32 mangueras despachaban litros incompletos. Un mes después la dependencia realizó una segunda verificación e inmovilizó de nueva cuenta dos bombas al detectar anomalías parecidas. La estación se localiza en Av. Emiliano Zapata No. 198, colonia 25 de Julio, en la delegación Gustavo A. Madero del DF.

Finalmente, la procuraduría también inmovilizó las 32 mangueras de la gasolinera perteneciente a la persona física David de Anda Chávez, que se encuentra en Sierra de Tapalpa Esq. Av. 18 de Marzo No. 1545, colonia Las Águilas, municipio de Zapopan, Jalisco.

Además de la inmovilización de las bombas despachadoras, la Profeco también impone sanciones económicas que pueden ser superiores a los dos millones de pesos más otras multas por otras infracciones a la ley.

Endurecen penas

Con la reciente aprobación en la Cámara de Senadores de la nueva Ley para Prevenir y Sancionar Delitos Cometidos en Materia de Hidrocarburos, se endurecieron las penas para los concesionarios que vendan al consumidor litros incompletos de gasolina o diésel.

De acuerdo con el dictamen enviado a la Cámara de Diputados, se castigará con cinco a diez años de cárcel y una multa de cinco mil a 15 mil días de salario mínimo a quien “enajene o suministre gasolinas o diesel con conocimiento de que está entregando una cantidad inferior desde 1.5% a la cantidad que aparezca registrada por los instrumentos de medición que se emplean para su enajenación o suministro”, es decir, a quien no venda litros de a litro.

La ley también establece sanciones de 10 a 18 años de prisión y multa de 17 mil a 27 mil días de salario mínimo a quien “permita, colabore para la alteración o altere los sistemas de medición en posesión o al servicio de los asignatarios, contratistas o permisionarios con el fin o propósito de obtener un beneficio propio o para un tercero”.

Difícil vigilar

El problema es que es muy difícil vigilar a todas las gasolineras. El año pasado Profeco realizó mil 800 operativos de verificación a mil 680 estaciones de servicio (algunas fueron verificadas en más de una ocasión). Es decir, que de cada cinco gasolineras sólo una fue inspeccionada. Además, el número de operativos fue menor a los realizados en 2013, cuando la dependencia efectuó dos mil 359 revisiones.

A esto se suma el problema de que en algunas zonas, en especial aquellas con fuerte presencia del crimen organizado —como Michoacán, Tamaulipas y Guerrero— la dependencia se limitó a revisar menos del 10% de las gasolineras.

En Michoacán y Tamaulipas apenas cubrió el 3% de las estaciones de servicio, mientras que en Guerrero revisó el 9%. En Chihuahua, otra entidad golpeada por el narcotráfico, las verificaciones sólo incluyeron al 8% de las gasolineras. Aun en la capital del país, los ojos de la Procuraduría del Consumidor apenas vigilaron al 45% de los concesionarios.

Profeco no es la única dependencia federal con limitaciones para supervisar a todas las gasolineras del país. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó a la Cámara de Diputados que en cuatro años el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sólo ha auditado al 15% de los contribuyentes que tienen concesionadas estaciones de servicio por Petróleos Mexicanos (Pemex).

Este año, la SHCP auditará a alrededor de 400 contribuyentes, un 10% más respecto a las revisiones de 2014, con el objetivo de “tener una mayor presencia para verificar el correcto cumplimiento de sus obligaciones fiscales, con énfasis en las retenciones de Impuesto Sobre la Renta por sueldos y salarios”, señala un comunicado de la Cámara de Diputados.

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