Las y los jóvenes pueden ser altamente peligrosos para el status quo del sistema capitalista, por su capacidad de generar grandes cambios sociales, como lo demostró el movimiento estudiantil de 1968. A 50 años, no hay duda de que influyó en el escenario político, social y cultural de México y otros países.

El pasado 19 de septiembre las y los jóvenes se organizaron, y salieron a las calles para ayudar a la población damnificada por el sismo, cuando a seis meses, el gobierno no da explicaciones sobre los recursos para la reconstrucción. No es posible que la gente afectada siga viviendo en las calles. En el sismo de 1985 de igual manera, la protagonista fue la sociedad civil, donde los jóvenes tuvieron un papel estratégico.

Vistos desde el punto de vista laboral son altamente productivos, en condiciones normales no se enferman de manera frecuente, soportan largos periodos de trabajo sin comer y son susceptibles a recibir salarios menores.

Pero son, principalmente, el elemento de cambio social más vital. México ¿tiene condiciones para aprovechar dicha fuerza? Lamentablemente no. En otras notas hemos hablado de las cantidades escandalosas de las y los jóvenes que son excluidos de la educación media y superior: 70% (EL UNIVERSAL, 28/02/2018). Tomando como base la encuesta Emif Norte, más de 5 millones de jóvenes mexicanos entre 15 y 29 años, emigraron hacia Estados Unidos, entre 1993 y 2010, expulsamos del país lo equivalente a 36% de los jóvenes en México en ese último año. Ahora estamos en un momento político que nos obliga a reflexionar en los grandes problemas, y los jóvenes son un punto estratégico.

Como sociedad debemos brindarles una atención total, no asistencialista y los candidatos no deben verlos sólo como votos. Según información del INE al 2 de marzo de este año, 29.35% de la lista nominal está conformada por jóvenes entre 15 y 29 años, de ellos aproximadamente 17% votará por primera vez, estamos hablando de un poco más de 15 millones, que dimensionándolos con la diferencia de votos entre Peña Nieto y López Obrador en la elección de 2012, según datos del IFE, fue de un poco más de 3 millones (EL UNIVERSAL, 06/07/2012).

¿Qué decisión tomarán los jóvenes? ¿Qué elección tomar como sociedad en su conjunto? Veamos las propuestas emanadas en el marco de la 81 Convención Bancaria de México, foro importante, pues sabemos, los bancos palomean lo que se decide para nuestro país.

José Antonio Meade no hizo referencia alguna sobre ellos, en otros discursos como precandidato aseguró que pondrá “oportunidades en la mesa para que los jóvenes puedan cumplir sus sueños”, pero ¿qué sueños pueden tener si no han logrado ingresar a una universidad pública o no logran obtener un trabajo formal con un salario mayor a 2 salarios mínimos?

Ricardo Anaya propone el emprendedurismo, “México tiene que transitar de una economía de la manufactura a una de la mentefactura donde lo fundamental es lo que la gente piensa”, en un contexto donde, según datos de Inegi, 4 de cada 10 empresas de 0 a 2 personas ocupadas, mueren en el primer año de vida, tampoco es clara la propuesta. Por último Andrés Manuel López Obrador propone dar acceso a educación, asignar becas, incorporarlos en capacitación para el trabajo, sin embargo su propuesta tiene muchas limitaciones. No cabe duda que los candidatos deben esclarecer sus compromisos para asegurar a los jóvenes educación; remontar elempleo precario y ofrecer alternativas culturales y deportivas, pensarlos más allá de votos potenciales. Y los jóvenes participar, en la elección y más allá de ella, para garantizar la transformación de una sociedad que les excluye.


Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica
Política y Social – UNAM, caceps@gmail.com

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