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Una estrategia del nuevo gobierno es colocar a los jóvenes como un sector clave para el Desarrollo Económico de México, así lo indican en uno de sus programas centrales: Jóvenes construyendo el futuro.
¿Por qué son estratégicos? podemos enunciar diversos motivos, por espacio señalo dos: en primer lugar, son trabajadores altamente productivos porque tienen la capacidad física de dedicar más horas a trabajar a costa de realizar otras actividades importantes para su desarrollo físico como comer o dormir; en segundo lugar, son más baratos porque no son susceptibles a enfermedades incapacitantes, pero principalmente porque no tienen experiencia en la defensa de sus derechos laborales.
Es verdad que también tienen la desventaja de no tener “experiencia laboral”, y es ahí donde se plantea una estrategia a seguir, sin embargo, considero que el programa se debe ir modificando para que no tenga un enfoque asistencialista, por el contrario que contribuya e impulse la 4T.
Los jóvenes son atractivos para los mercados laborales informales, y son los más atacados por el desempleo. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (2018), la tasa de desocupación fue del 3.2 % de la PEA, a nivel nacional, para los jóvenes de 20 a 24 años fue de 6.7%, la más alta; para el grupo de 15 a 19 años fue de 6.4% y de 4.6% para los jóvenes entre 25 y 29 años. Dramático saber que el 59.5% de los jóvenes entre 15 y 29 años se encuentran en el sector informal, es decir casi 8.9 millones (2018). El sector económico que más los ocupa, de manera informal, es el de servicios (36.9%), principalmente en las actividades de hospedaje y preparación de alimentos y bebidas con 29%.
Jóvenes construyendo el futuro es un programa de capacitación, que actuará como bisagra entre la etapa formativa con la laboral, si bien es un programa impulsado desde la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, los jóvenes no serán reconocidos como trabajadores, serán becarios. Tendrán derecho a una beca de 3,600 pesos mensuales por 1 año. Cuando no se tiene ningún ingreso, al llegar la beca sirve para mejorar su calidad de vida personal. De acuerdo con el Coneval, en 2019 la línea de bienestar en el ámbito urbano es de 3,103.77 pesos; sin embargo, para una familia de 4 integrantes, según la misma institución, se necesitarían arriba de 11 mil pesos.
Su segundo beneficio es el seguro facultativo ante el IMSS, con el cual podrán ser atendidos de enfermedad, riesgo de trabajo y maternidad, a diferencia de los que trabajan en la informalidad, pero quedan fuera del marco de prestaciones sociales, como por ejemplo el servicio de guarderías. Ese año de capacitación no contará para su retiro, y no pueden hacer extensivo dicho servicio médico a sus dependientes económicos, por lo que se avanza en su cobertura médica, faltan estrategias para sus prestaciones sociales.
¿Y porqué darles derechos laborales si no lo son aún? Es verdad que son aprendices, pero trabajarán entre 6 y 8 horas por 5 días a la semana, cuando el esquema de un becario por lo regular establece 4 horas, y la etapa de aprendizaje dependerá de lo que realicen y la capacitación previa con la que cuenten, pero habrá procesos que les ocupe a los jóvenes menos de 12 meses aprenderla, por lo que sus actividades también aportarán a las utilidades de las empresas que los capaciten, y por su figura de becario tampoco tendrá una representación sindical. La beca es por cuenta del erario público, a medida que avance el programa también debiera contemplar medir el impacto benéfico que tendrán las empresas tutoras.
Profesora de la Facultad de Economía de la
UNAM e integrante del CACEPS